Calderón, fuera de la realidad
¬ Augusto Corro lunes 19, Nov 2012Punto por punto
Augusto Corro
Debe ser muy difícil cuando se gobierna fuera de la realidad.
Digo esto, porque Calderón en los últimos días de su mandato refleja que no está al corriente de los cambios que ocurren en el mundo.
Ahora, las sociedades son más abiertas, sin tantos prejuicios al qué dirán.
Temas como el divorcio, las bodas entre personas del mismo sexo, las leyes contra el aborto y el consumo de la mariguana a nadie espantan.
Ante ese panorama, el tema de la legalización de la mariguana irrumpe en una lucha que México libra contra la delincuencia organizada.
En algunos estados del vecino país, ya se aceptó el uso recreativo del cannabis: se puede consumir como el alcohol o el cigarro.
Sin embargo, Calderón, en su cerrazón total, dice que si en Estados Unidos se legaliza el consumo de mariguana para fines recreativos, es necesario mantener el combate al crimen organizado.
¿Qué significa seguir contra la narcodelincuencia sin explorar otras perspectivas de la lucha?
Pues simple y sencillamente vivir fuera de la realidad.
He repetido hasta el cansancio que combatir a los delincuentes es sano y representa una obligación ineludible de las autoridades. Lo negativo es no abrirse a otras alternativas de lucha.
Claro que se debe ir con todo en la guerra contra los cárteles de la droga; pero no ignorar lo que ocurre en otros países en función de las actividades del narcotráfico en sus territorios.
En Estados Unidos, son millones de consumidores que sin problema alguno consiguen estupefacientes. En Colombia, Bolivia, etc., la producción de coca se incrementa y no hay manera de evitarlo.
En México (trampolín natural del trasiego de droga) la lucha contra los cárteles se convirtió en una escalada de violencia que trajo daños irreparables a la sociedad.
Calderón se montó en su necedad de un combate frontal contra la delincuencia sin explorar otras alternativas.
En el presente, la legalización de la mariguana para fines recreativos se ve como algo inevitable. ¿Sirvió de algo el sacrificio de miles de víctimas?
Al contrario, se fortaleció el contrabando de armas, creció el consumo de drogas en Estados Unidos y en México sigue la espiral de violencia.
Vivir fuera de la realidad no conduce a nada bueno. Esto lo deberían entender los gobernantes.
EL CASO TRES MARÍAS
En el último capítulo de la telenovela Tres Marías, se siguió con la lógica de los acontecimientos.
Catorce elementos de la Policía Federal fueron declarados formalmente presos para ser juzgados por los delitos de homicidio calificado en grado de tentativa, lesiones, abuso de autoridad y daño en propiedad ajena.
También el inspector general y jefe de la base Tlalpan de la PF, Juan Manuel Pacheco Salgado, fue considerado del delito de encubrimiento.
Como se informó, los federales tirotearon una camioneta, con placas diplomáticas, en la que viajaban dos agentes de la CIA y un marino mexicano, quienes milagrosamente salvaron la vida.
La investigación y consignación de los federales realizada por la Procuraduría General de la República (PGR) agudizó la lucha entre esta dependencia y la Secretaría de Seguridad Pública federal, cuyo titular es Genaro García Luna.
Por cierto, en la PGR causó expectación la renuncia intempestiva de Cuitláhuac Salinas, titular de la Subsecretaría Especializada de Investigación en Delincuencia Organizada (SEIDO).
El hecho ocurrió a unos cuantos días de que termine el sexenio de Calderón y provocó un sinnúmero de especulaciones, entre otras, la relacionada con la descomposición que existe en la PGR y la limpieza que lleva a cabo la procuradora Marisela Morales.
La funcionaria le ordenó al todavía jefe de la SEIDO que corriera a dos subalternos que no desempeñaban correctamente su trabajo. Cuitláhuac dijo: si ellos se van, yo también me voy. Y se fue.