El cristianismo primitivo y su origen griego: Werner
¬ José Antonio López Sosa lunes 19, Nov 2012Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
¿Cuántas veces no nos hemos preguntado el origen de la controvertida doctrina cristiana?, el tema da para muchas mañanas y muchas tardes en especial, porque sus distintas variantes aseguran tener la verdad en las manos y desacreditan a los de enfrente cuando el origen es común: catolicismo, cristianismo, testigos de Jehová, evangélicos, pentecostés, ortodoxos, etcétera.
Al tratarse de un tema de fe, no hay mucho espacio para preguntar por qué todas las respuestas se refieren a un libro compuesto de muchos otros escritos y manuscritos: La Biblia.
Para judíos y cristianos (en todas sus ramas, judíos con el viejo testamento y cristianos con ese más el nuevo testamento) ese libro fue escrito por un ente divino, y por ello, resulta en su lógica impensable cuestionar siquiera el origen del mismo.
Werner Jaeger, filósofo y filólogo alemán (1888-1961) fue catedrático en Berlín, Alemania y en Estados Unidos (universidades de California, Chicago y Harvard). Estudió a lo largo de su vida el acontecer en la Grecia clásica y en el año 1960 dictó una serie de conferencias en torno al origen del cristianismo primitivo y su relación con Grecia, hoy día el Fondo de Cultura Económica (FCE) lo tiene como libro titulado “Cristianismo primitivo y paideia griega”.
Dentro de sus páginas, nos encontramos con la historia del cristianismo moderno en sus diferentes ramificaciones e inclusive del judaísmo contemporáneo, ambas religiones pasaron por un proceso -de nacimiento en el caso cristiano y de transformación en el caso judío- relacionado con el pensamiento y la filosofía griega, cosa que no deja de sorprender porque sigue siendo la civilización griega, cuna no sólo del Estado y la democracia moderna, sino incluso de la religiosidad.
Fragmentos del nuevo testamento inspirados en la filosofía griega, por ejemplo en la primera de Corintios (versículo 12) cuyo origen es la fábula que Menenio Agripa, contó a los plebeyos romanos al abandonar la ciudad, que a su vez resulta inspirada en la declamación de los sofistas griegos sobre la Homononia (pp. 27).
Jaeger demuestra como esa unidad de la iglesia planteada por San Clemente Romano corresponde al ideal filosófico griego (pp. 33), además que tanto el epicureísmo como el estoicismo tienen algo en común: satisfacer una necesidad religiosa no racional y tratar de llenar el vacío que dejó la antigua religión cultural griega de los dioses olímpicos (pp. 59).
Una verdadera conferencia magistral convertida en un libro de 132 páginas, donde vamos descubriendo cómo se aquilató una religión con una plena condición humana, buscando las bases filosóficas griegas con la intención de establecer un dominio y una universalidad en las creencias, cosa que más tarde fue empleado por distintos Estados-reinos para someter a la población y al día de hoy sigue fungiendo como un factor de poder, más allá de la fe.
En sus líneas encontramos explicaciones a gran parte de la historia judía y judeocristiana que persiste hasta nuestros días. Un libro que sin lugar a dudas rompe dogmas y debiera ser leído por quienes se asumen como portavoces celestiales en los templos y en las casas.
lopez.sosa@mexico.com
@joseantonio1977
www.formulaconfidencial.com.mx