Migración y narco ya no esperan
¬ Juan Manuel Magaña martes 13, Nov 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Ya está prácticamente abierta, digamos descarnada, la agenda sobre migración y narcotráfico entre México y Estados Unidos.
Ambos temas apenas si están esperando a que Enrique Peña Nieto asuma la nueva administración y a que Barack Obama relance su gobierno.
Esos son desde ahora temas que han cobrado mucha fuerza y que obligadamente deberán tratar Peña y Obama en su próxima reunión de los últimos días de este mes, antes de la toma de posesión del mexiquense. Tal es la prisa. Serán, durante 2013, los temas que se antoja habrán de reanudar un fuerte y propio ciclo político.
En el caso del narcotráfico un hecho rotundo ha tocado el corazón del problema: el que los habitantes de los estados de Colorado y Washington hayan decidido mediante un referéndum legalizar el “consumo recreativo” -así le dicen- de la marihuana, droga que ha permanecido prohibida desde hace 75 años a escala nacional.
De visita en México, la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, ha expuesto la preocupación inicial de ese hecho, que consiste en revisar la estrategia de combate al narcotráfico. ¿Por una mercancía que no está prohibida ha tenido y tiene sentido seguirse matando? ¿Tiene sentido la guerra de Calderón? A Chinchilla le preocupa ya que una “estrategia” así, parecida a la de Colombia, esté por afectar a su país en cuanto se diera un efecto cucaracha, como supone ocurrió de Colombia a México.
Sería interesante saber cómo será el momento en que Peña y Obama se pregunten, a la luz de dicha legalización y del estrepitoso fracaso de Calderón, ¿y ahora qué hacemos?
Otro tanto ocurrirá con el vuelo que tome el tema de migración, de lo cual habló el domingo Arturo Sarukhán, embajador mexicano en Washington, a modo de corte de caja sexenal.
Cree que entre enero del próximo año y los primeros dos meses del 2014 podría darse la reforma migratoria, pero no como resultado de una negociación entre México y Estados Unidos. ¡Ah caray! Si no es así entonces cómo. No deja de ser curioso que el enfoque provenga de alguien a quien se le pagó durante todo un sexenio para que trabajara en eso. Y no parece ser que con ello estuviese aceptando incapacidad.
El funcionario dijo que la reforma migratoria dependerá de Estados Unidos y los liderazgos para el tema migratorio, por lo que de insistir en el error de creer que será resultado de una negociación binacional “nos vamos a encontrar con un chasco público y político”.
También explicó que no es un tema de voluntades de la diplomacia mexicana, es un tema de Estados Unidos, donde el gobierno mexicano sí se puede posicionar y fortalecer las estructuras de alianzas”.
La pregunta es ¿por qué un tratado de libre comercio sí es posible con la voluntad de las partes y no un acuerdo migratorio?
¿Por qué en este caso tendría México que prácticamente hacerse a un lado para que el acuerdo se de? ¿Había que esperar a que el asunto sólo conviniera a EU para que esto ocurra y ya llegó ese momento? ¿Será este el enfoque que se dará al tema cuando Peña y Obama se reúnan? La pelota estaría sólo en la cancha de Obama y ¿a lo mejor nos ahorramos al embajador?