Miles de secuestrados y levantados
¬ Augusto Corro martes 13, Nov 2012Punto por punto
Augusto Corro
La guerra contra la delincuencia organizada de Calderón envolvió a la sociedad entera y se dividió en dos partes: víctimas y victimarios.
Entre las primeras se encuentran 14 mil 300 personas desaparecidas de enero de 2008 a diciembre de 2011. Falta por incluir el número de personas secuestradas o “levantadas” en lo que va de 2012. Las cifras, como se quieran ver, son espeluznantes.
Las procuradurías de los estados tienen registros incompletos del número de personas que fueron desaparecidas por los comandos de la delincuencia organizada, que bien podrían trabajar para los cárteles de la droga o para grupos de plagiarios.
Así pues, los desparecidos oficialmente suman miles, más aquellos cuya desaparición no fue informada a las autoridades.
Lo hemos repetido aquí que el tejido social sufrió un impacto demoledor porque las familias mexicanas se vieron afectadas por la ausencia de uno de sus miembros: padre, hijo, hermano, etc.
De acuerdo con los informes de las procuradurías estatales, en la mayoría de los casos, los ahora desaparecidos fueron levantados o secuestrados por comandos armados.
A lo anterior se debe agregar que el 83 por ciento de los casos no han sido resueltos y en 17 por ciento se supo del destino de la víctima: se le localizó viva o muerta.
EL DOLOR DE MADRE
La búsqueda de sus hijos es cada vez más intensa por las madres que recurren a todas formas de protesta para exigir justicia.
En el presente, frente a las oficinas de Gobernación, en el Distrito Federal, un grupo de mujeres exige la atención de autoridades. Tres de ellas: Margarita López, Malú García y Julia Alonso iniciaron una huelga de hambre.
Las madres, desesperadas, denunciaron que, en ningún momento, las autoridades hicieron el intento de buscar a sus hijos desparecidos. Como señalamos al principio, los casos de secuestrados o “levantados” se multiplica miles de veces.
Ahora, las madres que se encuentran frente a Gobernación empiezan a sufrir los estragos en su salud por la falta de alimento.
Calderón en sus fiestas de despedida de Los Pinos no tiene tiempo para atender los reclamos de las mujeres que no encuentran a sus vástagos.
El grupo de madres demanda también la agilización de los trámites para la identificación de las personas desparecidas. Por ejemplo, existen exámenes de ADN que no son entregados con puntualidad a los familiares de las víctimas.
También la lentitud burocrática ha jugado un papel muy importante en la localización y reconocimiento de aquellos que fueron secuestrados o levantados, cuyo paradero se ignora.
El renglón de los miles de mexicanos desaparecidos incluye a los indocumentados centroamericanos que optaron por pisar suelo mexicano rumbo a Estados Unidos.
Recientemente, estuvo en México una caravana de madres de países vecinos que buscaban a sus hijos desparecidos.
Estos llegaron solos o en grupos, pero corrieron con la mala suerte de ser interceptados por delincuentes que los secuestraron y los asesinaron.
Pese a la indiferencia del gobierno mexicano, la caravana de mujeres recorrió gran parte de nuestro país, con resultados no del todo satisfactorios: solo cinco madres lograron el reencuentro con sus hijos.
EL FINAL
En resumen, miles de las victimas mencionadas arriba terminaron en fosas clandestinas o comunes o sus cuerpos desintegrados con ácidos o fuego, o simplemente dañados para no ser identificados.
¿Cuántas víctimas fueron enviadas a las fosas clandestinas? ¿Cuántas personas fueron consumidas por el ácido o el fuego? ¿Quiénes fueron esos desafortunados seres humanos? Nunca se conocerán las respuestas.