El cambio comenzará en Gobernación: Peña Nieto
Roberto Vizcaíno martes 13, Nov 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Se dice que Bucareli recuperará el control de las facultades de Seguridad Pública
- No se sabe si en su transformación se incluya al Centro de Investigación y Seguridad Nacional, el Cisen
- Penchyna afirma que Calderón nos deja un país quebrado y hundido en deudas
Desde hace días corre la versión de que la Secretaría de Gobernación volverá a concentrar el control de las instituciones de seguridad, especialmente las que tiene hoy la Secretaría de Seguridad Pública y la Policía Federal Preventiva, así como de los penales federales del país.
Bueno, pues eso lo oficializó ayer en Querétaro el presidente electo Enrique Peña Nieto al señalar que en los próximos días enviará dos iniciativas al Congreso a través de las bancadas del PRI. Una para crear la Comisión Nacional Anticorrupción y otra para reformar la administración pública, especialmente a 3 secretarías: la de Gobernación, la de la Función Pública (que desaparecerá para darle paso a la Comisión Nacional Anticorrupción) y la de Reforma Agraria.
Con este cambio, Gobernación recupera funciones que le fueron arrebatadas por Vicente Fox en 2001, cuando creó la Secretaría de Seguridad Pública debido una errónea evaluación de los crecientes mecanismos delincuenciales en México.
Al hacerlo, el guanajuatense canceló el proyecto contenido en el Sistema Nacional de Seguridad Pública que había echado a andar el entonces secretario de Gobernación Francisco Labastida Ochoa, quien luego se convertiría en el candidato presidencial del PRI y contendiente directo de Fox en la elección del 2000.
Peña Nieto no explicó ayer si al transformar de nuevo Gobernación le regresará el control del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, el Cisen, cuyo antecedente fue la muy temida Dirección Federal de Seguridad, que se encargaba del espionaje de los opositores del régimen y del mecanismo para eliminarlos.
De recomponer bajo este esquema a Gobernación, esta secretaría volverá a ser el eje de las negociaciones políticas del Presidente de la República y será sin duda una dependencia fuerte al tener bajo su control al Ejército de más de 40 mil elementos bien entrenados y pertrechados que hoy forman la Policía Federal.
Por lo demás la otra gran movida será la de crear la Comisión Nacional Anticorrupción, que sin duda se convertirá en uno de los mecanismos de control político de Peña Nieto para someter a gobernadores, alcaldes y otros dirigentes políticos.
Rotos los viejos esquemas de control presidencial priísta con la llegada de los panistas a Los Pinos… ante un sistema abierto, plural, donde la disidencia interna es ahora lo normal, el Presidente de la República contará ahora con tres ejes de negociación: la Secretaría de Gobernación reformada, la Comisión Nacional Anticorrupción y la secretaría de Hacienda que ejercerá con rigor el Presupuesto.
La reinvención del muy probado mecanismo de: a los amigos, gracia y a los enemigos, palo.
Con esta seguridad de la gobernabilidad interna, Peña Nieto se apresta a emprender uno de los retos más grandes que haya tenido ningún otro Presidente electo de México.
PAÍS QUEBRADO
Este reto fue descrito ayer mismo por el senador priísta hidalguense David Penchyna quien indicó que el panista Felipe Calderón le entregará dentro de 17 días un país altamente endeudado a Enrique Peña Nieto.
Por ello, a nombre de la fracción parlamentaría del tricolor en el Senado, acusó a Calderón de dejar pasivos que incluso rebasan las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional.
Penchyna explicó que la deuda dejada por Calderón a Peña Nieto alcanza un monto total de 5.53 billones de pesos.
“Y eso representa el 42.3 por ciento del PIB…
“Es importante mencionar que el FMI recomienda que la deuda pública de los países emergentes se mantenga cuando mucho en un rango de entre 25 a 30 por ciento del PIB, por lo que desde 2010 México superó el límite superior de ese rango en 12.3 puntos porcentuales”, subrayó.
Los problemas financieros derivados de esta enorme deuda, dijo Penchyna, no tienen nada que ver con la campaña que realiza el gobierno de Calderón durante los últimos meses en los medios de comunicación en la que presume enormes y múltiples supuestos logros.
“Lo que vamos a recibir es un país más endeudado de lo que hoy se ha tratado de establecer como estrategia de salida de gobierno. Estamos recibiendo un país en el que el Ejecutivo federal y las entidades de control paraestatal, en su conjunto, están mucho más endeudadas que hace 12 años”, afirmó.
El senador, experto en economía, adelantó que el tema es tan grave que sus compañeros de bancada han decidido subir hoy a tribuna este asunto pues la deuda contratada por el sector público en el mercado financiero mexicano, al mes de marzo de 2012, rebasó los 4 billones de pesos, para convertirse en el principal pasivo de todos los que enfrenta el gobierno.
“El endeudamiento interno del sector público alcanzó los 4 billones 24 mil 72.9 millones de pesos, cantidad que supera en 2.2 veces el monto que existía al inicio de la actual administración federal, en diciembre de 2006”, indicó.
Miembro de la Comisión de Hacienda, advirtió:
“Existe un registro ante Hacienda de las obligaciones financieras respaldadas con participaciones del Ramo 28 y 33, que consideramos que son las que ponen en riesgo las finanzas públicas de los estados y municipios, cuando no existe un control adecuado.
“El ritmo del crecimiento del PIB con el del gobierno federal no tiene nada que ver con el ritmo de crecimiento de la deuda.
“Y si a eso le aunamos que hay un endeudamiento importante de las entidades federativas y bastantes municipios, y entendiendo que se pagan con participaciones federales, pues el monto de la deuda, en el cambio de mandato, será mucho mayor que ese dibujo de estrategia comunicacional de Calderón, en el que pareciera que entregan un país maravilloso”, precisó.
Por todo ello los senadores priístas le exigirán a Felipe Calderón que, antes de irse, rinda un informe detallado de la deuda pública que deja.
Y AMLO DICE
Sobre este mismo tema, Andrés Manuel López Obrador, de visita en Monterrey, Nuevo León, para darle posesión a la dirigencia local de Morena, aseguró que Felipe Calderón culmina su sexenio no sólo dentro del desastre económico, sino social.
Su herencia, dijo, es un país llenó de luto y sufrimiento y por eso la izquierda debe tener muy clara la ruta a seguir, y cuál será su actitud en la relación con el nuevo gobierno, dentro y fuera del Congreso.
Consideró que el gobierno que llega no está libre de culpa en este desastre porque, dijo, “la mafia del poder compró millones de votos, traficó con la necesidad, con la pobreza del pueblo, por eso no vamos a reconocer nunca a Peña Nieto, sus patrocinadores compraron la Presidencia de la República”.
Dentro de su mismo discurso, anunció que Morena y sus aliados preparan protestas en la mayoría de las ciudades del país, para cuestionar el ascenso al poder de Enrique Peña Nieto el próximo primero de diciembre.
Y como genio y figura duran hasta la sepultura, AMLO arremetió también en contra de la dirigencia del PRD a la que le exigió explicar por qué se alió con el PAN, ahora para supuestamente enfrentar infructuosamente la reforma laboral.
“Hay que preguntarle a los dirigentes del PRD… yo no tengo por qué responder eso, yo siempre he sostenido que el PRI y el PAN son lo mismo”, dijo ante la pregunta de qué opinaba sobre esa alianza que terminó entre acusaciones y reproches entre panistas y perredistas.
“Nosotros no queremos nada ni con el PRI ni con el PAN… aparentan que son distintos pero todo es pura simulación”, afirmó.
DEFINIR LA ESTRATEGIA
A su vez el coordinador del PRD en la Cámara de Diputados, el michoacano Silvano Aureoles, invitó a su bancada y a su partido, a los gobernadores perredistas y a los dirigentes nacionales del PRD, a un encuentro para que definan cuál debe ser el comportamiento de todos ellos durante la ceremonia de toma de posesión de Enrique Peña Nieto.
Indicó que su opinión es que, si el PRI no fue serio en el debate y aprobación de la reforma laboral, los perredistas no tienen por qué serlo durante la ceremonia en la que Calderón le entregará la banda presidencial a Peña Nieto.