Una auditoría más
¬ Augusto Corro miércoles 7, Nov 2012Punto por punto
Augusto Corro
Irregularidades y despilfarros. Con esto se sintetiza el gobierno panista de Marco Antonio Adame Castillo, en Morelos.
Por ejemplo, se entregaban sobres con dinero en efectivo a los secretarios de despacho, sin comprobación alguna, para gastos personales.
También se contrataba seguridad privada para las oficinas públicas. En la compra de medicinas, no existía ningún control.
Bueno, nos damos por enterados y nada más.
¿De qué sirve saber que Adame Castillo cumplió con el rito de saquear su estado, como ocurrió en Zacatecas, Oaxaca, Puebla, Michoacán y Chiapas? Las auditorías culpan de malos manejos a los gobernadores; pero nadie se atreve a llevarlos ante la justicia.
Adame Castillo no logró controlar a la delincuencia organizada en Morelos. Durante su mandato, esa entidad se convirtió en el paraíso para los narcos.
El nuevo mandatario Graco Ramírez al informar sobre la auditoría al gobierno saliente, no especificó si llevará a Adame Castillo ante la justicia. Es posible que se repita la historia de otras entidades, en las que los ex gobernadores gozan de impunidad total y nadie se toma la molestia de llamarlos a cuentas.
Por cierto, ¿cuánto dinero invirtió Graco Ramirez en los vidrios para blindar su nueva oficina?
EN VANO
Otra vez vuelve a plantearse la fragilidad en la lucha contra los ordeñadores de los ductos de combustible de Petróleos Mexicanos (Pemex). Resulta que las autoridades municipales y las policías son cómplices de los ladrones de hidrocarburos. Esta afirmación no nos causa ninguna extrañeza.
La población sabe que los representantes de la ley y los funcionarios públicos trabajan en contubernio con los ordeñadores.
De otra manera no sería posible el elevado número de ordeñas en diferentes partes del país.
Específicamente, en Hidalgo, el secretario de Gobierno, Fernando Moctezuma Pereda, declaró que las autoridades municipales saben lo que “está pasando con el robo de combustibles, solapan a sus policías, pues ellos están coludidos con los ladrones, porque cómo es posible que no sepan qué pasa en materia de seguridad y el robo a Pemex y a la nación”.
El funcionario dijo que las autoridades estatales se pondrán de acuerdo con Pemex para poner remedio al robo de combustible.
Mejor que le busquen por otro lado, en las oficinas administrativas de Pemex se encuentran ocupados en saquearlo, de otra manera, por supuesto.
LAS ESTADISTICAS
Las cifras frías nos dicen que aumentó en 70% el número de delitos vinculados con el narcotráfico, durante el gobierno de Calderón, con respecto al sexenio de Fox. Con el guanajuatense se registraron 199 mil hechos relacionados con los narcos. En el sexenio de Calderón van 339 mil entre enero de 2007 y septiembre de 2012. O sea que la incidencia de esos actos se duplicó durante los últimos 12 años.
Esas cifras vienen a confirmar lo que se sabe ya de la fallida guerra de Calderón contra el crimen organizado. Obviamente, los datos no son tan fidedignos como uno quisiera. Aunque no es necesario tener las cifras exactas, pues las tragedias derivadas de las acciones delincuenciales son muchísimas y una gran mayoría ni siquiera son registradas.
MENSAJE DIRECTO
El escritor Alfredo Bryce Echenique les respondió a sus críticos con un franco y corto mensaje: “¡Que se jodan!”.
La historia empezó cuando un jurado mexicano le otorgó el Premio FIL de Literatura 2012 al mencionado novelista peruano. En cuanto se conoció el nombre del galardonado, los intelectuales mexicanos pusieron el grito en el cielo. No era para menos, pues Bryce Echenique tiene una trayectoria rica en plagios literarios. En los tribunales se comprobó su manía de “refritear” (copiar) textos de otros autores para presentarlos como suyos.
En esta ocasión, el citado premio, que incluye 150 mil dólares, le fue entregado al peruano en su casa, en una operación casi clandestina, ante las críticas demoledoras de los intelectuales insatisfechos por las características cínicas del plagiario. Se trató de un reconocimiento que a propios y extraños dejó un mal sabor de boca.