Voto por voto
¬ Juan Manuel Magaña lunes 5, Nov 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Ya iban a romper las boletas de la fraudulenta elección de 2006, pero el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha frenado milagrosamente ese proceso.
Ojalá se tratara de un serio revés para Felipe Calderón.
Dicha instancia internacional notificó a la cancillería mexicana la determinación de adoptar medidas cautelares para impedir, a instancias de un recurso de la revista “Proceso”, la destrucción de ese material prevista para el próximo12 de noviembre.
El Alto Comisionado de la ONU tiene previsto definir si entra al fondo del asunto —la petición de la revista de acceder a las boletas del 2006, al amparo de la legislación sobre acceso a la información- hasta el primero de mayo, lo que supone que el IFE deberá mantener las 32 bodegas en donde resguardan esos materiales otros 7 meses por lo menos.
Hay que dejar muy claro que la solicitud hecha al IFE sólo abarca el material electoral de 2006; el de la elección presidencial de este año será triturado en los próximos diez días.
Se trata de las boletas electorales que contra viento y marea Felipe Calderón se negó a recontar ante la fuerte exigencia de “voto por voto”.
Y fue esa negativa la que terminó por confirmarle su carácter de “ilegítimo” y de “espurio”, de lo que jamás se podrá deshacer una vez que se escriba la historia.
Ya el IFE confirmó haber recibido la petición para que aplace la trituración del material de hace seis años y se supone que se ha puesto a analizar la situación.
Tiene toda la semana entrante o a más tardar a principios de la siguiente para responder a la petición.
Veladamente se han esgrimido pretextos como para rechazar la petición. Se ha dicho que aceptar esta moción significa que el IFE deberá seguir pagando la renta de las 32 bodegas en las que se hallan los votos de la polémica contienda de 2006.
Incluso se ha manejado que las secretarías de la Defensa Nacional y Marina tendrían que preservar la custodia de las bodegas, lo cual también representaría gastos.
Así de inmediato se han dado dos posturas sobre el tema.
En una, el consejero electoral Marco Antonio Baños reconoció que se trata de una instancia internacional con la cual México tiene suscritos pactos y acuerdos, por lo cual es necesario que el IFE sea prudente y se detenga el procedimiento que establecía la destrucción de las boletas.
En la otra, el también consejero Alfredo Figueroa planteó que si se acepta la exigencia nadie tendrá acceso a los documentos, pues el riguroso resguardo está determinado por el código electoral y los resolutivos que quedaron firmes en ese sentido, lo mismo del Tribunal Electoral que del Instituto Federal de Acceso a la Información y Datos Personales. Además, Figueroa subrayó que la medida precautoria es una solicitud de la ONU más no una orden.
Por supuesto, la revista “Proceso” quiere que se preserven esos documentos para que se sepa toda la verdad; precisamente la que Calderón se ha negado a mostrar. Ese sería el fondo del asunto que tendría que examinar la instancia internacional.
Y es muy posible que esa verdad sea la que no le convenía que se esparciera mientras estuviera sentado donde los verdaderos poderes lo pusieron.
Ahora que Calderón ya se va muy lejos la verdad podría saberse.
Que sí hubo fraude en el 2006 y que Calderón fue oficialmente “espurio”. Pero ese es el problema con la delincuencia política: que su crimen se juzga demasiado tarde, para cuando ya de nada sirve para fines prácticos.