Con la brújula perdida
¬ Augusto Corro viernes 2, Nov 2012Punto por punto
Augusto Corro
A un mes de su salida de Los Pinos, Calderón dejará a México sumido en la violencia e inseguridad.
Su guerra fallida contra el crimen organizado sumó más de 70 mil muertos, miles de desaparecidos y el tejido social hecho trizas.
También quedará el problema del desempleo que afectó profundamente a diferentes capas sociales.
Sin embargo, el tema pendiente a resolver más importante para la próxima administración, es el relacionado con la espiral de violencia.
El gobierno de Calderón será analizado para encontrar una respuesta a su empeño de no variar la estrategia de su guerra contra el crimen organizado.
A raíz de esa lucha, la sociedad ha sido sometida a las peores agresiones por parte de la delincuencia que incluyen los denominados secuestros, “levantamientos”, hasta los asesinatos de todo tipo.
Comunidades enteras tuvieron que desplazarse de sus lugares de origen para eludir las acciones criminales de los grupos delincuenciales.
En algunas entidades la violencia e inseguridad llevan años de funcionar como si en esos lugares no hubiera autoridades para implantar el orden.
En Michoacán, desde el 2006, la sociedad padeció las incursiones de la fuerza pública y la resistencia de los cárteles de la droga representados, significativamente, por “La Familia Michoacana” y “Los Caballeros Templarios”.
En Nuevo León, el gobernador Rodrigo Medina no encuentra la salida a la ola de crímenes y a la actuación incontenible de la delincuencia organizada.
Monterrey cambió su imagen de ciudad progresista a la de un lugar propicio para la violencia.
De los estados fronterizos, lo que se puede decir es que la criminalidad continúa activa. En ocasiones descienden los hechos sangrientos, pero estos al poco tiempo vuelven a aparecer.
Un renglón importante que está presente en el tema de la inseguridad, es el relacionado con las desapariciones e identificación de víctimas.
Los cadáveres de miles de desconocidos terminan en las gavetas del Servicio Médico Forense o en las tumbas clandestinas: revueltos inocentes y criminales.
Aparte quedó el mundo de las viudas y los huérfanos. Las familias que sufrieron la pérdida de uno o varios hijos. En fin, un ejército de víctimas que no recibieron la atención de un gobierno federal panista insensible al dolor humano.
Desde luego, la administración de Calderón tendrá que responder por qué decidió enfrentar a los cárteles de la droga si no tenía las armas adecuadas para hacerlo. Por ejemplo, no contaba con la fuerza pública idónea para ir a la guerra.
Los resultados fueron negativos: las policías, en sus tres niveles, no tenían la preparación que exigía esta lucha singular. Un sinnúmero de guardianes del orden trabajaban para el crimen organizado. A grandes rasgos esos son los pendientes de Calderón que todos conocemos.
En la recta final, Calderón busca cerrar su sexenio con la inauguración de obras públicas. Su orgullo lo representan las nuevas carreteras. Ninguna de importancia. Por cierto, lo que se necesita en los caminos es una mayor vigilancia, pues los asaltos ocurren a cada rato y en todos lados.
Durante su sexenio, no hubo grandes obras que recordar. Uno de los proyectos que podría dejar alguna referencia del gobierno calderonista no se concluyó. Hablamos de la refinería de Pemex en Hidalgo.
Según se sabe, únicamente se alcanzó a levantar una parte de la barda perimetral.
Como ejemplo de obras del sexenio panista ese monumento a la corrupción: La Estela de Luz (Pus), cuya construcción costó un dineral debido al manejo turbio de aquellos que metieron las manos en la realización del proyecto.
En el tema del desempleo, quedó en evidencia que a Calderón no le interesó superar ese problema.
La tasa de desocupación creció alarmantemente en el sexenio. Los jóvenes incrementaron las filas de los desempleados.
En general, la sociedad a falta de empleos formales, optó por el comercio informal como una manera de conseguir algo de dinero para su sobrevivencia.
No hubo una política comprometida para brindar oportunidades de escuela (estudios superiores) y trabajo a millones de jóvenes, conocidos estos como “ninis” porque ni estudian ni trabajan.
Los pendientes de Calderón son, pues, el resultado de un gobierno que, desde el inlcio del sexenio, perdió la brújula.
Feliz fin de semana.