El Alzheimer de Ebrard
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 31, Oct 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
El senador perredista Alejandro Encinas le contestó así al jefe de gobierno del DF, vía twiter: “@m_ebrard agradezco tu invitación inauguración línea 12 metro, no puedo acompañarte teniendo de por medio a Felipe Calderón. Felicidades”.
Típico caso de cómo algunos olvidan bien fácil, pero otros no.
Marcelo se la pasó todo un sexenio fingiendo congruencia. Según él, nadie se lo pidió, no iba a reconocer nunca a Calderón por aquello del fraude electoral.
Incluso le costaba trabajo asistir a actos que serían obligadamente encabezados por el “ilegítimo”, pues en el momento preciso tenía que esconderse o salirse de ellos para no tener que darle la mano.
Pero poco a poco fue dando su brazo a torcer, en forma velada. Hasta que un día le medio reconoció a Calderón lo que sus electores siempre le negaron y le seguirán negando por “espurio”. Y de ahí pal real.
Ya ayer, de plano, a Ebrard y a Calderón se les vio plenamente juntos en la inauguración de la Línea 12 del Metro, que se supone dará servicio a cerca de 500 mil usuarios al día y prestará servicio gratuito los primeros cinco días.
Pero ninguno de los dos sabe ya reír. Ambos hacen una mueca tensa, queriendo proyectar lo contrario, frescura y naturalidad.
Hasta se echaron sus cebollazos. Calderón destacó que la línea 12 “revolucionará el transporte en el sur del DF”. Órale. y dijo que la obra es un esfuerzo voluntades. Ya vas. Y hasta reconoció a Ebrard, por “la visualización de este proyecto”. Qué tal.
A su vez, Ebrard, como si fuese un gallego rescatado por Pemex, agradeció a Calderón porque faltaban dos mil millones de pesos para terminar la Línea 12 del Metro y ordenó que se incorporaran al presupuesto. Como si a fin de cuentas el dinero no proviniera de los impuestos que le sacan a la gente.
Total que Ebrard y Calderón ahora son cuates. Y que al final todo iba a depender de cómo se lubricaran las voluntades.
Pero hay otros necios como Encinas que no olvidan y que por ejemplo nunca dejarían de reconocer, en la estatua que Ebrard permitió que erigieran en Chapultepec de Heydar Aliyev, al ex dictador que fue de Azerbaiyán.
O acaso Ebrard no sabía lo que el New York Times escribió de este personaje: que generó “frecuentes quejas de sus oponentes acerca de malas prácticas electorales, abusos contras los derechos humanos y una prensa amordazada”.
Pero volviendo a Calderón, Ebrard sabe lo mismo que dice Encinas: “Calderón entró por la puerta de atrás, saldrá por la puerta de atrás y será ilegítimo por los siglos de los siglos”. Que no se haga.