Vientos democráticos
Ramón Zurita Sahagún viernes 26, Oct 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Nuevos aires soplan en las relaciones entre los integrantes de los poderes Judicial, federal y estatal, donde, aparentemente, la ideología no trastocará la buena marcha del país. Las reuniones sostenidas por el presidente electo, Enrique Peña Nieto, con los gobernantes actuales y futuros de las diferentes entidades muestran las posibilidades de una nueva forma de relación entre los gobernantes de los diferentes niveles.
Antes de la reunión con los cinco gobernantes perredistas con los que inicia el primer año de gobierno EPN, el futuro mandatario se había reunido, con anterioridad, con los gobernantes del PRI y del PAN, en forma separada, tendiendo los puentes de vinculación que habrán de tener.
La decisión de los gobernantes de dialogar con el nuevo Presidente de México deja abierta la puerta para mantener una comunicación fluida y abierta, entre unos y el otro.
Se espera que en esta ocasión, las puertas de mantengan abiertas para beneficio de los habitantes de las 32 entidades del país. Y es que en los años recientes, por razones diversas, algunos gobernantes prefirieron mantenerse alejados del presidente en turno.
Unos lo hicieron por no estar de acuerdo con el resultado de la elección, que no favoreció al partido que militan y otros por supuestos agravios, pero una u otra causa, perjudicó grandemente al estado que gobernaron.
Desde que se instauró el cambio de partido en la Presidencia de la República, algunos gobernantes prefirieron mantener distancia, ya que su militancia era de diferente partido e ideología.
El caso más notorio es el de Marcelo Ebrard Casaubond, jefe de Gobierno del Distrito Federal, quien durante cinco años se negó a participar en reunión alguna con el Ejecutivo federal.
Los perredistas tomaron distancia de Calderón Hinojosa, como método de protesta por lo que consideraron un fraude en la contienda electoral. Los motes de espurio e impuesto fueron endosados por los gobernantes perredistas hacia el Presidente de la República, en respaldo a quien fue su candidato presidencial en 2006 y quien usó esos motes para señalar al que le arrebató el triunfo en las urnas.
Andrés Manuel López Obrador se mantuvo como el gran jefe de los gobernantes de izquierda, por lo que éstos se mantuvieron alejados de Felipe Calderón.
Sin embargo, el mismo López Obrador había mostrado una actitud distinta, cuando el 2 de julio de 2000 ganó Vicente Fox Quesada la Presidencia de la República.
Los primeros meses de gobierno, el Ejecutivo federal y el gobernante de la capital del país, mantuvieron una relación cordial, hasta que el entonces perredista se alejó del primer presidente surgido de un partido ajeno al PRI.
Con el tiempo se inició la guerra frontal entre el Ejecutivo federal y el gobernante del Distrito Federal, que derivó en el desafuero y culminó en el resultado de las urnas del 2006. En la actualidad las cosas parecen cambiar, ya que el intercambio y diálogo sostenido por el futuro Presidente Peña Nieto y los gobernantes de los distintos partidos, habla de la posibilidad de un trato cercano y fluido entre gobernantes.
Los mandatarios perredistas fueron los últimos en platicar con el mexiquense, pero se manifiesta que el trato fue cordial y ameno y que el intercambio fluyó.
Ángel Aguirre, Guerrero; Gabino Cué, Oaxaca; Graco Ramírez, Morelos y los electos Miguel Ángel Mancera y Arturo Núñez, no buscaron puertas traseras u ocultas para dialogar con el próximo Presidente de México. Lo hicieron de frente y de manera abierta y transparente.
Habrá que ver si esas rutas trazadas desde ahora redundan en un buen gobierno y mejores respuestas para las demandas ciudadanas, toda vez que los puentes ya fueron tendidos.
Como una muestra de buena voluntad de los gobernantes perredistas, éstos expresaron su asistencia a la ceremonia de cambio de poderes.
El panorama que se aprecia es distinto al que se preveía hace seis años, cuando las manifestaciones y protestas ´por el triunfo otorgado a Felipe Calderón era impugnado una y otra vez, principalmente, por los partidos de izquierda.
Ahora se mantienen las protestas de algunos sectores de la izquierda, donde AMLO mantiene una amplia presencia, pero dista mucho de la fuerza de hace seis años.
Y aunque hay llamados para que los indignados acudan a las calles para protestar por la toma de posesión de EPN, se considera que no habrá mítines o marchas multitudinarias.
Hace seis años, Felipe Calderón Hinojosa, entró por la puerta trasera para rendir protesta como Presidente de México, hoy no se considera que Peña Nieto pase por una situación similar.
Las cosas parecen más transparentes y democráticas y el compromiso adquirido por los gobernantes de izquierda, permite adelantar que la ceremonia de toma de posesión del nuevo Ejecutivo federal será menos complicada que hace seis años y hasta se puede considerar que pasará por la tersura.
VERSIÓN DE NÚÑEZ
Uno de los participantes en la reunión, Arturo Núñez Jiménez, gobernador electo de Tabasco, ofreció conferencia de prensa para informar sobre los temas abordados con el Presidente electo.
Núñez se refirió a los temas que ya se habían abordado de carácter general: la seguridad, empleo, recuperación del campo y el combate a la pobreza y a la desigualdad social.
Y luego, entre los temas específicos de Tabasco dijo, en primer lugar el tema de las inundaciones, me referí también al tema eléctrico de las tarifas y del adeudo, y también a una nueva relación con Pemex, basado en el fomento del desarrollo regional del estado, pues si la paraestatal va ser palanca del desarrollo nacional, queremos que lo sea en primer término de la región donde opera.