Baja California a la vista
Ramón Zurita Sahagún lunes 22, Oct 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El PRI solamente tiene una forma de no recuperar el gobierno de Baja California y es la de seleccionar un mal candidato a gobernador.
De otra forma, el partido tricolor se apresta para gobernar la parte norte de Baja California a partir de la segunda mitad del año próximo.
Para los priístas representa todo un reto recuperar esa emblemática entidad que fue la primera que perdieron en toda la historia y que cuatro sexenios después parecen tener en la bolsa.
Desde que en 1989 Ernesto Ruffo Appel les arrebató la victoria, en una contienda que fue considerada como la primera “concertacesión”, los priístas vieron gobernar a puros panistas electos en las urnas:
Héctor Terán siguió a Ruffo Appel, Eugenio Elorudy, continuó la tradición panista y José Guadalupe Osuna Millán, parece ser cerrará el ciclo blanquiazul. Los panistas no parecen tener un gallo competitivo que pueda enfrentar, con éxito, en las urnas a los priístas que guardan varias cartas (unas más competitivas que otras), por lo que buscan extender sus redes hacia una alianza con la izquierda.
Kiko Vega, Jorge Ramos, Cuauhtémoc Cardona, parecen ser las cartas más fuertes de los panistas, aunque fuera del primero que mantiene alguna popularidad, los otros se encuentran lejanos de la posibilidad de ser siquiera competitivos.
El caso de Cardona es patético, tiene meses que renunció a la Secretaría de Gobierno para realizar proselitismo que lo elevará a la candidatura panista al gobierno del estado y los resultados son lamentables.
La acusación que realizó el general Alfonso Duarte Mújica sobre el comportamiento irrespetuoso y etílico del ex secretario de Gobierno parece haber pegado en su línea de flotación, por lo que su imagen se encuentra sumamente deteriorada.
Es tan pobre el panorama para los blanquiazules que quedaron todavía más golpeados con la pérdida de la Presidencia de la República que buscan animar a Gastón Luken, para formar una alianza con los partidos de la izquierda y presentar un mejor frente de batalla para los priístas.
La izquierda se resiste a ello y creen poder contar con un mejor perfil entre sus candidatos, donde se ubican el senador Marco Antonio Blázquez y el diputado federal Jaime Bonilla, que forman una mancuerna poderosa por el control que tienen de los medios de comunicación, el primero como imagen y el segundo como propietario de los mismos.
Bonilla consiguió superar a 18 compañeros de legislatura que aspiraban a presidir la Comisión de Asuntos Fronterizos Norte hace unos días y logró en julio pasado sumarle gran cantidad de votos a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.
Y es que la maquinaria priísta se encuentra sumamente aceitada y solamente sus propios errores, los podrían hundir, considerando que el trabajo realizado en los últimos años les ha redituado en el control del Congreso y detentado las dos principales alcaldías del estado Tijuana y Mexicali. Son precisamente los dos alcaldes de esas ciudades los que salen mejor posicionados en las encuestas, uno más que el otro, en cuanto a imagen y el otro en conocimiento en el estado.
Carlos Bustamante lleva casi 25 años esperando ser candidato y tal vez sea la edad lo que más le pese. Bustamante es un rico empresario, dueño de maquiladoras, hoteles y otras empresas que podría competir en cuanto a fortuna con la de Jorge Hank Rhon (un poco menor, solamente).
Fue concesionario en la entidad de una de las principales televisoras privadas del país y su gestión como alcalde ha sido mediana, ya que se le critican algunas acciones de gobierno.
Entre las cosas que se le critican se encuentran el cambio de 50 mil lámparas ahorradoras, cuya adjudicación se otorgó a una empresa de Monterrey, con resultados nefastos, ya que solamente 15 mil de ellas funcionan y proporcionan una luz más blanca. Otro asunto que se le critica es la demolición de la cárcel 8, un edificio emblemático de Tijuana, al que se le pudo dar otro uso y cuyo predio se pidió fuese un parque público.
El alcalde de Mexicali es un joven emprendedor Francisco Pérez Tejada Padilla, hijo del ex candidato priísta del mismo nombre.
Pérez Tejada se acerca más al perfil del nuevo PRI, que presenta candidatos alejados de lo que siempre se les censura y que con la dinámica de la juventud e ideas innovadoras, pueden presentar una mejor opción para los electores.
Hay un tercer candidato que mantiene bajo perfil, pero que se acerca también a los nuevos parámetros del partido tricolor.
Se trata de Daniel Quintero Peña, ex alcalde de Ensenada, con buena presencia en el estado. Uno más que quiere, pero que representa a ese viejo PRI es Jorge Hank Rhon, quien ya alzó la mano, para competir por segunda ocasión. Jorge es un personaje que es bien visto en algunos niveles, pero que se le ataca por sus extravagancias y que su respaldo podría ser valioso para otro candidato.
Otro que quiere, pero que es considerado el peor de los candidatos y que mantiene rivalidad con dos de los más poderosos priístas del estado es el diputado federal Fernando Castro Trenti, considerado como un demonio para los ahora santificados priístas.
Su problema es que nunca ganó una elección y que Jorge Hank y Carlos Bustamante lo tienen vetado, por lo que Castro se convierte en una opción para otros partidos.
Como simple anécdota, en el sepelio de María Elvia Amaya (esposa de Jorge Hank), Fernando Castro no pudo ingresar, hasta que llegó del brazo de la senadora Cristina Díaz y cuando pretendió dar el pésame, Jorge Hank lo dejó con la mano extendida.