Como si no tuviera problemas
¬ Juan Manuel Magaña jueves 18, Oct 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Ayer marcharon miles de manifestantes en Morelia, que se solidarizaron con los 98 normalistas detenidos por el gobierno de Fausto Vallejo.
La pregunta es, ¿por qué este gobernador deja crecer tanto un problema para sólo reprimirlo, cuando la solución podría comenzar por la vía del diálogo?
Se trata de alumnos de los planteles de Tiripetío, Arteaga y Cherán, a quienes se acusa de mantener retenidos desde el pasado 4 de octubre 46 vehículos y otra cantidad similar de unidades en días posteriores.
Después que fueron incendiados 13 vehículos la madrugada del lunes, policías federales y estatales irrumpieron en la Normal Rural de Tiripetío, donde detuvieron a 168 jóvenes, entre ellos 10 menores de edad que fueron liberados la tarde del martes. En la refriega hubo decenas de heridos.
Es decir, tuvieron que salirse las cosas de control para que el gobernador pidiera que le ayudaran con los federales, mediante el desprestigiado recurso de la represión. El caso es que decenas de jóvenes tuvieron que ser liberados “a reserva de la ley”, porque no se demostró su responsabilidad en los hechos delictivos relativos al robo y quema de vehículos de transporte de pasajeros y comerciales.
No aparecieron en los videos ni en las fotografías y en las documentales no se prueba su responsabilidad, además de que no mostraron resistencia durante el operativo.
Ayer, integrantes de la disidente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se concentraron frente a palacio de gobierno para exigir la liberación de los 98 normalistas que aún permanecían detenidos, y daban la imagen de aquellos días que Oaxaca vivió con Ulises Ruiz y su conflicto magisterial.
El problema ya creció y la pregunta es ¿ahora qué va a hacer Fausto Vallejo, esperar a que llegue el nuevo gobierno federal para que le resuelva el problema?
El asunto de las normales es un problema creado por el gobierno, que dejaría sin opciones de estudio y movilidad social a un sector de jóvenes de varias entidades del país. Las cosas no están para eso y ya las autoridades deberían repensarlas.
Es a todas luces un absurdo cerrarle el camino a más jóvenes y crear más conflictos de fuerza, como si el país no tuviera suficiente con la conflictiva del crimen organizado y su forma de captar sangre joven para las labores de sicarios.