Credibilidad escasa
Ramón Zurita Sahagún lunes 15, Oct 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Desde hace mucho tiempo, el gobierno federal va perdiendo credibilidad, debido a una serie de mentiras, engaños y triquiñuelas que dejan grandes dudas sembradas entre la ciudadanía.
Éstas se han generado por la insistencia de algunos personajes en no decir la verdad de hechos y acontecimientos que, al paso del tiempo, se conocen con certeza cómo sucedieron.
Es cierto que no son todos los funcionarios, ni todas las dependencias se pueden medir con el mismo rasero, pero también lo es que sucede una cadena de mentiras que fomentan la susceptibilidad entre los cada vez más dudosos ciudadanos.
Y es que una y otra vez, el gobierno se abstiene de clarificar las cosas e informar sobre algunos hechos que se mantiene oscuros y cuya transparencia se encuentra lejana, cuando menos en la agonizante actual administración.
Casos acumulados hay muchos, pero en esta ocasión -el más reciente que debía considerarse como un triunfo de la lucha emprendida por el gobierno en contra del crimen organizado- el abatimiento de uno de los delincuentes más buscados se convirtió en un nuevo ejemplo de las dudas.
Sucedió como antaño con los casos de otros personajes de la delincuencia organizada que dejaron dudas que aún siguen sin ser despejadas, ya que la muerte de Heriberto Lazcano y la desaparición de su cadáver se asemejan a la trama de una burda película de antaño.
Lo que resulta diferente es que la dependencia implicada en este caso es una que mantenía altos niveles de credibilidad y que ahora ingresa al terreno de lo absurdo.
Antes de la muerte de Heriberto Lazcano, la Secretaría de Marina era, dentro de las dependencias gubernamentales, una de las que mayor respeto producían entre la población en general.
Pero en lo que se refiere a entidades que protegen a la población y garantizan la seguridad de los habitantes del país, era por mucho, la que mayor reconocimiento recibía.
Desde que fue incorporada a la lucha contra el crimen, luego de los frecuentes traspiés de las secretarías de la Defensa Nacional y de Seguridad Pública y de que varios elementos de una y otra fueron focalizados como partícipes del crimen o asociados con la delincuencia, la Marina mereció mayores reconocimientos públicos.
La pulcritud en sus operativos -con excepción del exceso en el enfrentamiento que costó la vida a Beltrán Leyva-, aunado a la transparencia y alto grado de honestidad con que se manejan los elementos comisionados para estas tareas, generaron mayor confianza y credibilidad en estos elementos.
De ahí que el presidente electo, Enrique Peña Nieto, anunciara que los marinos seguirían encargados de la lucha contra el crimen organizado y que el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, realizara un homenaje al actual titular de la Semar, Mariano Francisco Saynez Mendoza, por su contribución en esta tarea.
Sin embargo, lo sucedido con “El Lazca” sí produce urticaria y amenaza con hacer perder a la dependencia su alto grado de confiabilidad y credibilidad, hasta ahora todavía existente.
Y es que las contradicciones en el operativo e identificación del personaje caído en el enfrentamiento ocurrido en una pequeña población del norte de Coahuila, dejó sembradas muchas dudas.
Y es que con el robo del cadáver y las señas físicas contradictorias, además de las versiones distintas sobre la forma en que fue abatido Lazcano Lazcano, las dudas subsisten y se ahondan más.
Como si ello fuese poco, la oficina de Comunicación de la dependencia y su vocero destinado para el caso han mostrado fallas garrafales y poca destreza para informar del asunto.
Pero en lugar de corregir los errores, éstos aumentan y las filtraciones generan mayor incertidumbre.
Son tantas las fallas en la información que producen, tanto la Secretaría de Marina, como las autoridades estatales de Coahuila y hasta la proveniente del extranjero, que lo mismo se menciona que el mítico personaje padecía una enfermedad terminal y luego lo desmienten, la estatura, el número de disparos recibidos, la forma en que fue abatido, la edad y muchas otras informaciones son conocidas y luego modificadas.
Ante este embrollo, se hace necesario que la Secretaría de Marina informe con certeza y claridad sobre este caso en particular, ante el riesgo de perder credibilidad y dejar de gozar de la confianza ciudadana, para caer en el mismo terreno en el que transita la Secretaría de Seguridad Pública federal, la mayoría de las corporaciones policíacas estatales y municipales y algunas dependencias del gobierno federal.
Despejar las dudas sobre la identificación del personaje abatido y la forma en que se montó el operativo, sin importar si fue fortuito, se trabajó con los aparatos de inteligencia o fue, simplemente, un soplo por parte de los enemigos del delincuente abatido.
NUEVO PARTIDO
Lo comentamos hace unos días, Manuel Espino, René Arce, Víctor Hugo Círigo y otros políticos más de diferentes tendencias e ideologías decidieron emprender la ruta para formar otro partido político.
Ex legisladores federales y locales, además de otros que se encuentran vigentes fueron invitados para sumarse, aunque tendrán que analizar si continúan en los partidos que militan o si se unen a la nueva causa partidista.
Algunos nombres que suenan son los de Ricardo García Cervantes, ex diputado y ex senador panista; Horacio Martínez, ex jefe delegacional en Iztapalapa, de militancia perredista; Ruth Zavaleta, diputada federal de la bancada del Partido Verde y ex diputada federal perredista; Ramón Sosamontes, ex delegado y ex diputado, ex militante del PRD.
Habrá que esperar para ver cuál de las dos nuevas opciones reúne mayor clientela, el de Andrés Manuel López Obrador o el de la mescolanza de derecha e izquierda que encabezan Manuel Espino y René Arce.