Responsabilidad de partidos, formar ciudadanos: Coldwell
* Especiales, Nacional viernes 12, Oct 2012- Tras siete años de haber dejado de encabezar la COPPPAL, el dirigente nacional del PRI asumió la presidencia del organismo
El dirigente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, fue electo presidente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina (COPPPAL).
Los partidos deben ser formadores de ciudadanía y esforzarse por ser más eficaces en procesar los problemas sociales para ofrecer respuestas al electorado, destacó Pedro Joaquín Coldwel, luego de ser elegido, por unanimidad, presidente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL).
Ante los partidos integrantes de la Coordinación de la COPPPAL, Joaquín Coldwell destacó que la democracia no es una clase que pueda aprenderse en un aula, “los demócratas se forman en ambientes democráticos”.
Si queremos combatir esa tendencia a la burocratización partidaria, remarcó, es preciso ofrecer capacitación política y estudios académicos, pero junto a ello crear organizaciones democráticas en donde los jóvenes practiquen el debate informado, la confrontación de ideas y propuestas, y en las que las decisiones se sometan al escrutinio libre de las bases.
Ante representantes de 56 partidos de 29 países de la región, reunidos en la XXX Sesión Plenaria de la COPPPAL, Joaquín Coldwell subrayó que los institutos políticos “tenemos una agenda particular conforme a la realidad política que enfrentamos en nuestros países; todos pugnamos por la independencia, por el desarrollo económico y el bienestar social, pero bien podríamos ayudar, además, a incrementar los lazos regionales, oficiales y civiles”.
Es necesario, puntualizó, hacer que nuestra gente se conozca más y no sólo en los mapas en las escuelas, que si la distancia material y las fronteras políticas han de prevalecer nuestros descendientes o buena parte de ellos compartan una patria espiritual única, la de Latinoamérica y el Caribe, de la que se sientan, con legitimidad y con orgullo, ciudadanos plenos, como lo soñara Simón Bolívar.
