Chávez y las elecciones
¬ Augusto Corro martes 9, Oct 2012Punto por punto
Augusto Corro
Sinceramente, me sorprendió el desarrollo de las elecciones presidenciales venezolanas. En la víspera del domingo, el panorama se veía difícil, conflictivo, con barruntos de tormenta.
Sin embargo, los comicios revelaron que a pesar de los negros presagios, en Venezuela se llevó a cabo un positivo ejercicio democrático. El pueblo venezolano votó para que Hugo Chávez, a pesar de su controversial personalidad, siga en el poder otros seis años.
La vida económica y política de Latinoamérica ha estado marcada por las ambiciones de propios y extraños: los primeros empeñados en la instalación de gobiernos dictatoriales y los segundos en el saqueo abusivo, de los recursos naturales de la región. El presidente Chávez, a su manera, busca fortalecer la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, que busca la unidad latinoamericana, entre otros de sus propósitos.
El candidato opositor, Henrique Capriles Radonski, aceptó que el voto popular no le favoreció.
“Para saber ganar, hay que saber perder. Para mí lo que el pueblo diga es sagrado”, puntualizó”, dijo Capriles Radonski, tras felicitar a Chávez por su victoria. En síntesis, hasta donde se ve las elecciones presidenciales en Venezuela resultaron un ejemplo del ejercicio democrático.
LA ARDILLA, SUPER DELINCUENTE
En la competencia criminal que se desarrolla en México, los asesinos cada vez son más sanguinarios.
Por ejemplo, el caso de Salvador Martínez Escobedo (a) “La Ardilla”, quien fue capturado por la Marina, el fin de semana. Este sujeto es acusado de ser el autor intelectual de la matanza en 2010 de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas.
Además, las autoridades lo ligan con la fuga de 131 reos del penal de Piedras Negras, Coahuila. Y si lo anterior no fuera suficiente, La Ardilla está ligada a las narcofosas descubiertas en Tamaulipas el año pasado, en las que se localizaron al menos 200 cadáveres. También se le acusa de ejecutar a más de 50 personas por su propia mano. ¿Qué fue lo que ocurrió en México para que en la sociedad se encuentren criminales como Martínez Escobedo?¿Qué circunstancias determinaron que un sujeto se convirtiera en dueño de vidas humanas?
A la conducta de Martínez Escobedo se le debe sumar las acciones que realizan los narcos contra sus enemigos, como el descuartizamiento de los cuerpos humanos, incluida la decapitación, la inmersión en ácido, las inhumaciones en vida, etc.
Martínez Escobedo es identificado como responsable de las actividades criminales de los Zetas en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila.
UN CAPITULO MÁS
Si usted sigue el “affaire” de Tres Marías, nos permitimos informarle que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) metió la cuchara, como era de esperarse.
Envió a la reserva, por doce años, nada más, la información sobre los agentes de Estados Unidos agredidos en Tres Marías.
Aunque la SRE reconoce que en México trabajan elementos de distintas corporaciones estadounidenses, como la DEA, FBI, ICE, CIA Y ATF, señala que la difusión del número de agentes desplegados los pone en riesgo. La presencia de agentes extranjeros en nuestro país no es nueva. Como informamos, dos agentes de la CIA y un marino mexicano fueron tiroteados en la carretera, cerca de Cuernavaca, Morelos.
A partir de la agresión, las autoridades mexicanas manejaron tan mal la información que las sospechas de que algo extraño ocurrió y las dudas no han sido aclaradas. Por lo menos 12 policías se encuentran arraigados en una investigación que realiza la Procuraduría General de la República.
CRECE EL NUMERO DE SECUESTRADOS
La Procuraduría General de la República (PGR) realiza ochenta averiguaciones previas por secuestro al mes, “cifra que supera los 30 reportes mensuales generados de 2010 a diciembre del año pasado”.
Las entidades con mayor número de plagios son: Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila, Estado de México, Jalisco, Nayarit, Puebla, Guanajuato, Morelos, Guerrero y el Distrito Federal.
Claro, la cifra mencionada se deriva de las denuncias presentadas por los afectados; aunque el número de víctimas de secuestradores que prefieren no solicitar la intervención de la policía, no se conoce totalmente. El hecho real es que la población vive temerosa ante la espiral de violencia que multiplica el número de delitos y, consecuentemente, de víctimas.