El turno de Moreira
Ramón Zurita Sahagún lunes 8, Oct 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Humberto Moreira Valdez sufrió la pérdida de su hijo mayor (José Eduardo), víctima de un vil y cobarde asesinato, como ha sucedido con miles de familias en todo el país, durante esta imparable ola de violencia que ahoga en sangre al territorio nacional. El ex gobernador de Coahuila y ex dirigente nacional del PRI se encuentra alejado (temporalmente) de la vida política, con bajo perfil, aunque la muerte de su hijo lo sitúa nuevamente en primerísima fila de la atención pública.
Con agravios por distintas partes, el político coahuilense tendrá que padecer ahora situaciones extrañas que van desde las tradicionales condolencias, los sentimientos reales de personas cercanas y extrañas que se solidarizan con su pérdida, pero al mismo tiempo, revivirán los ataques y críticas sobre su desempeño político.
Moreira como todos los políticos, no es monedita de oro y la reinserción de su nombre en los medios de comunicación, servirá como pretexto para que se reactiven algunos pendientes dejados en su paso por el gobierno de Coahuila.
La deuda dejada por su administración mantiene pendientes de aclarar y los personajes implicados en supuestos ilícitos continúan prófugos, aunque los espacios que se le daban a este escándalo han disminuido.
Considerado como un personaje político con perfil atractivo, el alejamiento político de Humberto Moreira ocurrió en razón de su relevo del PRI, motivado por el escándalo del endeudamiento y el uso de documentos apócrifos, sucedido durante su administración, reducida a cinco años por su incorporación como presidente nacional del PRI. Hasta ahí, el destino de Humberto Moreira Valdez se veía promisorio, dejaba atrás una festinada y difundida obra pública, un amplio reconocimiento de la ciudadanía, estándares altos de popularidad y un ascenso frenético en su carrera política.
De dirigente magisterial a secretario estatal de Educación Pública, a presidente municipal de Saltillo, a gobernador del estado y a presidente nacional del PRI, todo en menos de una década.
Incluso, el propio Moreira Valdez se autodesignó aspirante a la candidatura presidencial de su partido, de la que bajó, para respaldar la nominación de Enrique Peña Nieto. Se auguraba un enorme futuro para Moreira, ya que se advertía el regreso del PRI a la Presidencia de la República y con ello, una secretaría para el dirigente nacional del partido, para conforme a la lógica priista, formar parte del gabinete del nuevo Ejecutivo federal. Lo menos que se veía para él, un escaño en el Senado de la República y eso cuando arreciaron los problemas sobre su gestión gubernamental.
Sin embargo, el desplome del coahuilense fue terrible. A los 45 años de edad y después de esa carrera vertiginosa fue relevado de la presidencia nacional de su partido y enviado al ostracismo político, del que salió alguna vez, para relatar que estaba dedicado a la vida empresarial, produciendo mermeladas.
Alrededor de la figura de Humberto Moreira se tejían leyendas, que se encontraba fuera del país, evadiendo cualquier intento de denuncia que pudiese presentarse en su contra. Que se encontraba amparado, que había negociado para librar su nombre de presuntos delitos y que nadie sabía de su paradero.
Nada de eso ocurría, Humberto Moreira vivía y vive en el estado que gobernó, haciendo vida cotidiana, rodeado de su familia, sin esconderse de nadie y realizando actividad social, como dan cuenta los reportes de bautizos y fiestas efectuadas en ese lapso.
Sus enemigos se encargaron de echar más leña al fuego y se contaban historias diversas y hasta antagónicas sobre su figura. El arribo de su hermano mayor (Rubén) al gobierno estatal incrementó las historias sobre Humberto y la familia Moreira.
Hoy se sabe que ese supuesto cacicazgo del que se habló alguna vez por parte de la familia Moreira, está lejos de serlo, ya que la familia se encuentra partida.
Y no lo está por la muerte del hijo mayor de Humberto, sino por otras razones, mismas que mantienen distancia entre el hermano mayor que hoy gobierna y el menor que ya hizo lo propio en Coahuila.
El mensaje enviado por las redes sociales por parte de la nuera de Humberto y viuda de José Eduardo, es una muestra clara de la tensa situación que vive la familia Moreira que alguna vez fue considerada como sólida y unida en torno a un proyecto político y familiar.
Hoy la pregunta que se hacen muchos es si el dolor de Humberto le permitirá aprovechar los reflectores con que cuenta para asumir un papel preponderante y asumir una responsabilidad como lo han hecho otros personajes afectados en lo personal por el clima de violencia imperante.
POLICÍA SOSPECHOSA
Resulta terrible para una población inerme ante los ataques violentos que sufre por parte de la delincuencia enterarse que policías de todos los niveles resulten los primeros sospechosos en toda clase de ilícitos. Los policías en servicio de Ciudad Acuña, durante el asesinato de José Eduardo Moreira, son investigados y fueron trasladados a la capital del estado, como sospechosos de participación en el crimen del hijo del ex gobernador.
DEMANDA CONTRA CACO
Una demanda laboral se avecina en contra de Carlos Alberto Cadena Ortiz, secretario del Trabajo del Estado de México, ya que en breve recibirá notificación por un adeudo económico que proviene del año pasado. CACO, como es conocido el funcionario estatal, se comprometió a pagar desde los tiempos en que se desempeñaba como coordinador de evaluación y seguimiento y contrato los servicios de una empresa para desarrollar una campaña de propaganda en favor y apoyo al candidato de ese momento Eruviel Ávila, así que o paga o tendrá que dirimir este conflicto en la misma dependencia que encabeza.