El acuerdo interno
Roberto Vizcaíno lunes 18, Ene 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Las siguientes candidaturas surgirán en su mayoría de acuerdos de unidad y algunas por Convención de Delegados.
Las advertencias han sido muchas y contundentes. El PRI –y quienes operan hoy sus liderazgos reales, no van a permitir rompimientos ni nada que afecte la unidad tricolor.
Así debe ser entendido en las 11 entidades restantes el principal de los muchos mensajes de la decisión de lanzar a César Duarte Jaquez como candidato de unidad a la gubernatura de Chihuahua.
Y por si alguno no lo entendió, habría de ver la foto que apareció el sábado en varios diarios donde se muestra sentados en la primera fila del quinto informe del gobernador de Puebla, Mario Marín, a Francisco Rojas, Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones y a Enrique Peña Nieto, en ese orden.
Hoy más que nunca nada es casual en política.
Habrá quien diga que algunos de ellos, de ser posible, se darían de puñaladas. Pero la obviedad indica que en ésta van juntos.
Quizá no sean todos, pero sin duda son los principales factores del poder dentro del PRI.
Cada uno representa una fuerza real, actuante, pero sobre todo futuro.
Es obvio que Francisco Rojas trae detrás a Carlos Salinas y a su grupo, vivo y actuante en muchos niveles de la empresa, organismos internacionales, redes de poder en el mundo y en la política y el gobierno en México.
Beatriz es sin duda Jefa de Grupo y Manlio Fabio ni se diga, es quizá el representante más conspicuo de un PRI tradicional que se entrevera con nuevas generaciones.
Su capacidad de negociación y acuerdo es obvia y su influencia con amplios segmentos del PAN, PRD, PVEM y otros lo hace quizá uno de los políticos más poderosos del momento en México.
Enrique Peña Nieto ha surgido de un desastre –ese donde llegó a perder todo: la mayoría en el Congreso estatal, la mayoría de las alcaldías, la mayoría de las diputaciones federales y no tener ni una sola de las senadurías de su estado-, para convertirse en el aspirante más sólido hacia Los Pinos. Cierto, falta mucho, todo puede cambiar en cualquier momento, pero hoy no existe nadie que le haga sombra.
Como tal, es en sí mismo el factor central de la unidad priísta. Esperanza y temor son sus dos elementos.
Te unes, haces caso y te premiaremos… te sales, reniegas, rompes, entonces no tienes futuro a nuestro lado. Así de simple podría ser su mensaje.
Prácticamente no hay nadie dentro del tricolor que objete sus posibilidades de ser Presidente. Como tal representa la promesa de cargos y reparto de responsabilidades, la recuperación del gran poder en México.
Así que cualquier sugerencia de todos ellos debe ser atendida por el resto de los personajes del poder priísta.
Y, dicen quienes saben, son especialmente ellos quienes han comenzado una delicada tarea, la de hablar primero entre sí y llegar a acuerdos, que en el fondo es un solo compromiso: el de mantener la unidad del PRI casi a pesar de todo.
Es, saben, la única fórmula para recuperar y mantener el poder. Es la única posibilidad que tienen de volver a conducir ideológica, política, social y económicamente a México.
Por ello también se acercan, conversan, inducen, arreglan las cosas entre los aspirantes. Calman ánimos y acuerdan con los gobernadores de los estados gobernados hoy por priístas y que estarán en juego el 4 de julio. Ya salió el primero, el de Chihuahua. Faltan Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Q. Roo, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz.
Sólo hay tres fórmulas para elegir candidatos: por consulta a la base, por convención de delegados y a través de las candidaturas de unidad, surgidas del acuerdo de todos los interesados.
Las de consulta a la base provocan el desastre, rompimientos, mala imagen, se prestan para mapacherías y nunca dejan contentos a ninguno de los participantes ni a sus electores.
Esa fórmula está descartada hoy por los priístas.
Así que las siguientes candidaturas surgirá en su mayoría de acuerdos de unidad y algunas por Convención de Delegados.
En el fondo, cada una será una decisión de estos factores de opinión.
No hay que confundir sin embargo con el regreso de viejos esquemas. Esas decisiones –nos dicen-, tendrán sustento en levantamientos de encuestas, en un análisis de tendencias y de la fuerza que cada uno de los aspirantes beneficiados alrededor de sí mismo: capacidad de negociación, madurez, experiencia de gobierno, proyectos, consistencia ideológica, profesionalismo.
Estemos atentos y confirmemos en los hechos la información privilegiada.
¿REGRESO DE QUIÉNES?: Beatriz Paredes no es la primera que desde el liderazgo del PRI lanza un llamado de puertas abiertas para el regreso de ex militantes. La otra cosa es que hasta hoy, que yo recuerde, nadie ha regresado… quizá uno de los pocos casos que conozco es el de Orlando Arvizu, quien no estoy seguro de que se haya ido, por más que lo cacareó en su momento. Su supuesta dimisión al tricolor nunca le impidió seguir en la nómina priísta. Nunca que yo sepa ha vivido en el error señalado por El Tlacuache Garizurieta. Hoy Orlando sigue enganchado y cobrando al lado de Manlio Fabio Beltrones. Pero esa es otra historia.
El caso es que durante el fin de la semana, al tomar protesta a la nueva dirigencia priísta en Guanajuato, Beatriz Paredes dijo que “es la hora de regresar al Partido”, y que las puertas están abiertas para los ex militantes.
El mensaje fue reforzado por José Luis González Uribe, nuevo dirigente priísta en el estado, quien subrayó: “Tendremos cabida para todos los priístas, porque privilegiaremos la búsqueda de coincidencias y entendimientos y porque necesitamos de todos para ganar”.
¿Para quiénes fue el mensaje?, ¿para el chauffetista Wintilo Vega Murillo, quien nacido en Purísima del Rincón y con una militancia priísta de casi 30 años renunció el martes 21 de marzo de 2006 cuando había ganado ya la candidatura a la gubernatura del estado?, ¿o para quién?
MANLIO AMPLÍA SU OBJETIVO: Por su posición y alcances, nada de lo que diga el senador Manlio Fabio Beltrones puede ser tomado a la ligera. Es por demás obvio que cada declaración tiene una intención.
Así que su mensaje de ayer deberá mover a una reflexión de los responsables de la Seguridad Social del gobierno de Felipe Calderón.
Y es que el ex gobernador sonorense indicó que otra de sus prioridades legislativas para el próximo período de sesiones, que comenzará justo en 13 días, será el de la reforma a la Ley General de Desarrollo Social.
No es un anuncio, sino una reiteración de algo que trae entre manos desde hace al menos un año, cuando advirtió que ante la incapacidad mostrada por los gobiernos de Acción Nacional para disminuir los índices de pobreza y marginación en México, y ante el evidente uso que hacen los panistas de los multimillonarios programas sociales con fines electorales, se hacía necesario ir a una reforma para garantizar que el área de Desarrollo Social fuese operada por expertos garantizando al mismo tiempo que no fuese utilizada partidariamente.
Se llegó incluso ha hablar de hacer de Sedesol un organismo autónomo como el Banco de México, INEGI, IFE o la Comisión Nacional de Derechos Humanos, a fin de que no dependiera más de la Presidencia de la República.
Hoy Manlio vuelve a la carga. Y considera que es justo el momento en que debe impulsarse la reforma de los programas de Desarrollo Social.
“Ante la significativa ampliación en los niveles de miseria y desigualdad económica derivados del impacto de la recesión y el fuerte incremento en el precio de los alimentos, urge replantear el enfoque de combate a la pobreza”, precisó.
Y, para comenzar, agrega, urge saber en dónde se encuentra el nuevo titular de la Secretaría de Desarrollo Social, el sinaloense Heriberto Félix Guerra, quien no aparece por ningún lado y parece que está pasmado.
Recordó luego que entre 2006 y 2008, México registró el mayor incremento en los niveles de pobreza en América Latina, y ahora se estima que podría haber 5 millones más en esa condición como resultado de la crisis.
En respuesta, dijo Beltrones, el Gobierno Federal sólo hace discursos, cuando lo que urge es un replanteamiento a fondo de la política social y conocer a través de qué mecanismos es que la política económica va a contribuir a generar riqueza y empleos productivos, que es la única forma eficaz y sostenida de reducir los márgenes de miseria.
El coordinador de los senadores priístas reiteró luego su propuesta de que la gestión del gasto social sea descentralizada a las entidades federativas, al tiempo que se transparente la fuerte inversión que se aplica en los programas de apoyo a los mexicanos en condición de pobreza.