Los temores de Duarte
Ramón Zurita Sahagún martes 2, Oct 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
César Horacio Duarte aprovechó su segundo informe de gobierno para quemar incienso alrededor de la figura del presidente electo, Enrique Peña Nieto. Fue una exageración, a decir de otros gobernadores, el que el mandatario de Chihuahua repitiera una y otra vez los beneficios que traerá para el país la próxima llegada del priísmo al gobierno federal.
Pareciera ser que su obra de gobierno es tan escasa que de las cerca de dos horas de su discurso, Duarte Jáquez usó más de una para referirse al arribo del próximo Presidente de la República y a la presentación de sus invitados especiales, uno por uno, destacando atributos que él mismo ve en ellos.
Tal vez, las referencias sobre EPN se deban a los insistentes rumores que precisan una lejana relación entre el presidente electo, Enrique Peña Nieto y el gobernador César Duarte, por lo que el segundo pretende mediante la lisonja agradar al próximo Ejecutivo federal.
La realidad es que el Presidente electo no asistió al evento de Chihuahua, como tampoco lo hizo al de cambio de gobierno en Yucatán, donde Rolando Zapata Bello asumió la administración estatal, pero si envió representante personal a cada uno de ellos.
El informe de César Duarte fue un derroche de tecnología, con recursos que ya han adoptado otros mandatarios estatales, los que recurren a los avances de la modernidad para intentar hacer menos ásperos y aburridos los eventos.
La modernidad establece que los gobernantes intercalan sus discursos con una serie de videos que son transmitidos en pantallas gigantes, pretendiendo darle amenidad al evento, aunque se recae en excesos que provocan hastío entre los asistentes.
En el caso particular de Duarte Jáquez, el resultado de ello fue que cientos de asistentes abandonaron el recinto mucho antes de que terminara el discurso y los videos proyectados.
Y es que los invitados que abandonaron el gimnasio Manuel Bernardo Aguirre lo hicieron luego de soportar una espera de tres horas, más hora y media de discurso.Fue tan pesado el discurso que varios de los 18 gobernadores que asistieron, también salieron antes que terminara, aprovechando las sombras y escurriéndose, tratando de pasar inadvertidos.
El campechano Fernando Ortega fue el primero en abandonar el recinto, poco después lo hizo el hidalguense Francisco Olvera y le siguió el potosino Fernando Toranzo.Sin embargo, los restantes 15 soportaron estoicos el bombardeo de imágenes, cifras y loas que lanzaba el mandatario sobre sus homólogos.
Quince priístas reunidos respaldaron con su presencia a su compañero de partido, así como, dos panistas y uno sin partido.
Los priístas Rubén Moreira, Coahuila; Miguel Alonso Reyes, Zacatecas; Jorge Herrera, Durango; Rodrigo Medina, Nuevo León; Egidio Torre, Tamaulipas; Fernando Toranzo, San Luis Potosí; Mario Anguiano Moreno, Colima; Roberto Borge, Quintana Roo; Fernando Ortega, Campeche; Andrés Granier, Tabasco; Mariano González, Tlaxcala; Roberto Sandoval, Nayarit; Carlos Lozano, Aguascalientes; Eruviel Ávila, Estado de México. Los panistas Guillermo Padrés, Sonora, y Rafael Moreno Valle, Puebla, al igual que Mario López Valdez (Malova), sin militancia, por ahora, en ningún partido. Pero los actuales días son de gran actividad política, ya que Rolando Zapata Bello y Graco Ramírez Garrido asumieron los gobiernos de Yucatán y Morelos, respectivamente.
El primero para darle continuidad a su partido (PRI), en una entidad en la que los ciudadanos ya probaron la alternancia, reducida a dos partidos y el segundo en un estado, en que ya se han presentado las tres alternativas políticas reales que existen en México.
Yucatán fue gobernador por el PRI, luego por el PAN y reasumió el tricolor por segundo período consecutivo. Morelos fue gobernador por el PRI, dos administraciones consecutivas del PAN y ahora llega el PRD. Pero los cambios de gobierno se dieron en racimos, ya que alcaldes de diversos estados también asumieron ya sus encargos.
Tales son los casos de los de San Luis Potosí, Campeche y los 16 jefes delegacionales del Distrito Federal.
Entre estos últimos se encuentran 14 de extracción perredista que muestran el músculo de su partido en la capital del país, donde solamente perdieron dos jefaturas delegacionales, una a manos del PAN, en lo que está considerado como su bastión (Benito Juárez) y otra a manos del candidato del Verde, aliado con el PRI (Cuajimalpa).
LA DESPEDIDA DE IVONNE
Emotiva y sentimental como es, la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, no podía despedirse de sus gobernados sin derramar lágrimas. El gobierno de Yucatán cambió de manos, aunque seguirá gobernado por un político emanado del PRI, ya que Rolando Zapata como la propia Ivonne Ortega mantienen militancia en el partido tricolor.
La despedida de Ivonne fue en todo lo alto, con fiesta y verbena popular, donde la ciudadanía de Yucatán le manifestó su respaldo para que ocupe un sitio dentro del próximo gabinete presidencial, ya que su nombre es de los más reiterativos entre los probables integrantes.
Ivonne cumplió con un período de gobierno menor a los seis años que marca la Constitución y lo hizo mediante una reforma, con la que se permitió homologar el proceso electoral estatal con el federal, para evitar que los ciudadanos tengan que ir tan continuamente a las urnas.
LE TOCA AL SENADO
Le corresponde ahora al Senado de la República discutir y, en su caso, aprobar o rechazar la reforma laboral aprobada hace unos días en la Cámara de Diputados.
El debate se espera encendido, especialmente, en la parte que corresponde a la transparencia de los sindicatos, donde los priístas se opusieron por contar entre sus filas a los principales dirigentes y casi todos los más importantes del país. Ahora se verán los posicionamientos de cada uno de los partidos en este esperado debate.