A merced de la delincuencia
¬ Augusto Corro viernes 28, Sep 2012Punto por punto
Augusto Corro
Hace tiempo que la sociedad mexicana se encuentra expuesta a todo tipo de agresiones. Los delincuentes no se detienen en analizar a quién van a asaltar, plagiar o matar.
Todos nos hemos convertido en el blanco de los hampones.
En general, la corrupción e impunidad que priva en el país tiene en jaque a la población, porque los criminales no son castigados. Los hampones viven sin temor a ser alcanzados por el brazo de la justicia.
En esa condición de impunidad, “que Dios nos agarre confesados”. Quizá esta expresión fue pensada por un obispo y un sacerdote que fueron víctimas de la delincuencia.
Nos referimos a Alonso Gerardo Garza Treviño, obispo de la Diócesis de Piedras Negras; y al sacerdote Juan Armando Revonato, rector de la catedral, del lugar mencionado. Ambos fueron despojados del coche en que viajaban, de una sotana y de carteras y celulares.
Una vez superados los momentos de terror (“nos van a matar, nos van a matar”), el prelado católico narró lo que les ocurrió cuando detuvieron la camioneta en un semáforo del boulevard República: “Se acercó (uno de los asaltantes) con una pistola y me apunta a mí, que iba en el asiento del copiloto, y luego se dio la vuelta y encañonó al padre y nos ordenó ¡Bájense! Dejen las carteras, los celulares y todo lo que traigan”. Acto seguido, huyeron a bordo de la camioneta en la que se encontraba la sotana, un iPad, un celular y la cartera del padre Revonato con credenciales y mil pesos en efectivo.
Después los afectados solicitaron la intervención de la policía y el vehículo robado fue localizado. Conclusión: “Ya los perdoné”, dijo el clérigo una vez que se encontraba en la catedral.
También aprovechó para exhortar a los ladrones a que regresen al camino del bien, porque de otra manera “sólo tienen dos posibilidades o los matan o van a dar a la cárcel”.
LAS PRISIONES
Las cárceles mexicanas se encuentran en crisis total y permanente. El gobierno de Calderón no se interesó en aplicar una política de readaptación social de los miles de internos. Al contrario, los penales fueron abandonados a la corrupción y a los intereses de las mafias. Los cárteles de las drogas encontraron en los reclusorios la prolongación de sus cotos de poder.
Hoy, las prisiones son sinónimo de impunidad, corrupción y muerte. Su control está en manos de la delincuencia. Las luchas internas con decenas de muertos y las fugas masivas son el ejemplo claro de la situación grave que se vive en los reclusorios.
En este renglón, la estrategia contra la delincuencia organizada tendrá cambios importantes; uno: para dejar de operar como cuevas de delincuentes y dos: encaminarse a la readaptación social de los criminales. No será tarea fácil.
AISLADO
El ex jefe delegacional en Tláhuac, Rubén Escamilla, es la oveja negra de los perredistas en la Asamblea del Distrito Federal.
Resulta que el diputado local vive y trabaja aislado en el recinto parlamentario de Donceles, porque ninguno de sus compañeros ni siquiera le ofrece los buenos días.
Escamilla es aquel funcionario que daba chamba a las mujeres que accedían a sus peticiones sexuales.
El escándalo surgió cuando subió a la Internet la videograbación del ahora diputado en plena actividad sexual. Desde entonces, el líder del PRD, Jesús Zambrano, lo invitó a dejar el “hueso” en la Asamblea, para no dañar la imagen del partido, pero a Escamilla, poco o nada le importa lo que digan de él o de su organización política.
EXPEDIENTE ABIERTO
Sigue sin cerrarse el affaire de Tres Marías. Mientras las autoridades mexicanas aseguran que ya casi terminan las investigaciones, en Estados Unidos buscan que los 12 policías federales se conviertan en sus testigos protegidos.
El 24 de agosto, en Tres Marías, rumbo a Cuernavaca, una camioneta con placas diplomáticas y dos agentes de la CIA a bordo, acompañados de un marino, fueron tiroteados por los federales.
A partir de esa fecha, el caso se convirtió en un asunto delicado, oscuro y secreto.
Su total hermetismo lo único que propició fue un sinnúmero de sospechas.
¿Sabremos algún día lo que ocurrió realmente en ese hecho en el que los dos agentes extranjeros resultaron lesionados? Vaya misterio.
Feliz fin de semana.