Una iniciativa “cuestionable”
Luis Muñoz miércoles 26, Sep 2012Segunda vuelta
Luis Muñoz
La diputada Estela Damián Peralta, a nombre del Grupo Parlamentario del PRD en la Asamblea Legislativa, presentó un punto de acuerdo para rechazar la reforma laboral, pues la consideró como “un intento de presionar los trabajos de la Cámara revisora”.
Con la finalidad de que la ALDF se pronuncie en contra de la reforma laboral que envió el presidente de la Republica a la Cámara de Diputados, el pleno aprobó el punto de acuerdo que presentó la diputada Damián Peralta.
En su exposición, la legisladora indicó que el proyecto de decreto que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo, denominada como la reforma laboral, fue promovida como Iniciativa Preferente, lo que significa deberá ser discutida y votada por el pleno de la Cámara de Diputados en un plazo máximo de 30 días.
La reforma laboral (que para algunos especialistas limita los salarios vencidos, abre la posibilidad de utilizar en gran escala los servicios de subcontratación, pretende incluir mecanismos de limitación y regulación en materia de huelga), exceptúa al patrón de pagar el reparto de utilidades, y elimina las juntas federales y locales de conciliación, que afectan la figura del trabajador.
La legisladora señaló que las fuerzas políticas del país han entrado en un debate nacional sin que ello implique que la clase trabajadora, haga un análisis pormenorizado y con ello emitir opiniones y posturas al respecto.
Incluso, dijo, se ha propiciado la falta de diálogo entre las partes, cuando la práctica parlamentaria en estos casos obliga a la Cámara de Diputados a convocar un foro de discusión y análisis donde todos los directa o indirectamente involucrados puedan expresarse y opinar al respecto.
EL MERCADO LABORAL
A propósito del tema, no estaría de más que los legisladores tomaran en cuenta lo que es el mercado laboral, en donde influyen la oferta y la demanda, para que, efectivamente, la reforma laboral propicie el bienestar de la clase trabajadora.
El mercado de trabajo tiene particularidades que lo diferencian de otro tipo de mercados (como el financiero, inmobiliario, de materias primas, etc.) ya que se relaciona con la libertad de los trabajadores y la necesidad de garantizar la misma.
En ese sentido, el mercado de trabajo suele estar influido y regulado por el estado a través del derecho laboral y por una modalidad especial de contratos, los convenios colectivos de trabajo.
Los empleadores y los empleados precisan sus acciones y reacciones frente una serie de medidas, que afectan su utilidad como agentes económicos. Estas medidas que en el caso concreto se observan en el mercado laboral, están directamente relacionadas a múltiples factores como el salario, precio, beneficio y condiciones relacionadas al empleo.
Es importante destacar que en virtud de lo antes expresado confluyen entonces dos posiciones diametralmente opuestas o divergentes, ya que por una parte se encuentran los empleadores quienes procuran extender su beneficio y en la otra cara de la moneda se encuentran los trabajadores quienes con toda lógica, tienen como objetivo maximizar la remuneración a percibir que les permita obtener potencialmente, la mayor satisfacción a sus necesidades.
Así las cosas, éste antagonismo existente entre empleadores y empleados es regulado por el Derecho del Trabajo, a través de cuyas normas jurídicas se equilibrará lo que se considera es una relación entre el “poderoso económicamente”, que es el empleador, y el “débil jurídico”, que es el empleado.
NO RESUELVE EL DESEMPLEO
Por ejemplo, José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación en Economía y Finanzas del Tecnológico de Monterrey, sostiene que la herencia que deja la administración del presidente Calderón es “mayor pobreza y la precarización del empleo”.
El alcance que tendrá la iniciativa de reforma laboral que presentó el Ejecutivo al Congreso, apenas alcanzará para generar entre 150 mil y 200 mil empleos formales.
Comentó que esas cifras “se quedan cortas” para las necesidades que tiene el país, pues se requieren abrir cada año 800 mil plazas de empleo, para absorber la demanda de jóvenes que se incorporan al mercado laboral, o hasta 1.3 millones para abatir los actuales rezagos que hay en esa materia.