Rumbo al matadero
¬ Juan Manuel Magaña martes 25, Sep 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
El ahora diputado Beltrones lo dijo ya de manera muy elegante: el PRI va (con el PAN) por una reforma laboral que no afecte los privilegios del corporativismo.
Lo dijo de esta forma: “cualquier cambio al artículo 123 y aspectos como el derecho de huelga o la autonomía sindical están descartados por razones de legalidad y principios que sostiene nuestro grupo parlamentario”.
La burocracia, las centrales obreras, Romero Deschamps y Elba Esther ya pueden respirar tranquilos al haber sobrevivido dos sexenios sin el PRI en el poder.
Toda la elegancia está en eso de usar el derecho de huelga por delante, como si de veras les importara. Es una manera de ponerse como que muy defensores de los trabajadores, cuando en realidad los están negociando.
La cadena alimenticia está más o menos así: el panismo, con el poder que aún le queda, quiere hacer de última hora lo que los empresarios le ordenan. Para negociar con el PRI, los abogados Calderón-Lozano lo chantajean con lo de la democratización sindical y la exposición de cuentas (lo que nunca se atrevieron a hacer).
El PRI no va a molestar en absoluto a nadie como don Joaquín Gamboa Pascoe, por ejemplo, que por cierto es el verdadero beneficiario del derecho de huelga.
Entonces, el arreglo queda como lo describimos ayer: no toquemos a los caciques sindicales, démosles su “modernización” de las relaciones laborales a los dueños del país y sacrifiquemos a los únicos que se pueden sacrificar por esta patria grande y próspera: los trabajadores.
Nada, dice el flamante diputado Beltrones contra las “conquistas” de los trabajadores. ¿Las tienen? ¿Les benefician? ¿O se refiere a los compañeros Deschamps, Gamboa y Gordillo?
Quién sabe si el PRI y el PAN hayan leído bien el resultado de la última elección, pero la cosa ya se va poniendo tan caliente que podría empezar a oler a quemado en las calles.
Es cierto que el PRI está actuando de alguna manera bajo presión, porque a Calderón se le ocurre hacer de último minuto lo que le mandan. O porque así es él de vengativo, pues la gente lo repudió y éste es su desquite.
Es claro que el PRI trata de darle la vuelta a Calderón, pero con bastante riesgo de exhibirse, de mostrar de nuevo y tan temprano su verdadera naturaleza.
Al proteger a sus caciques sindicales se meterá de nuevo en otro pantano, ese del que siempre le ha sido imposible demostrar que en verdad le choca y que de veras quiere salir: el de la corrupción.