La incógnita
¬ Augusto Corro lunes 24, Sep 2012Punto por punto
Augusto Corro
Después de las elecciones de julio, la izquierda mexicana entró en un proceso de redefinición política.
Para empezar, Andrés Manuel López Obrador decidió abandonar las filas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para formar su propio partido con base en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
La postura del tabasqueño obligó a dirigentes de las tribus perredistas a definir su situación política.
Así lo hizo el controversial líder de Izquierda Democrática Nacional (IDN), René Bejarano, “El Señor de las Ligas”, quien ya consideró continuar como perredista en el partido de “Los Chuchos”. Lo anterior fue determinado antier durante su primer Consejo Nacional.
Quienes sabían de la estrecha relación entre López Obrador y “El Señor de las Ligas” apostaron por la continuidad de esa relación política añeja.
Sin embargo, la actitud de Bejarano rompió los pronósticos. ¿Se terminó la lealtad de “El Señor de las Ligas” hacia su mentor y guía?
Esta pregunta la contestará el tiempo.
Algunos comentarios fueron en el sentido de que Bejarano se quedará en el PRD para hacer la función de “caballo de Troya” y minar la fuerza del PRD desde el interior.
La fragmentación de la izquierda en el Distrito Federal tendrá repercusiones importantes, toda vez que chuchos, lópezobradoristas, marcelistas, manceristas y bejaranistas buscarán llevar agua a su molino.
Claro, no hay que olvidar a las demás tribus que lucharán por parte del pastel.
¿Se pulverizará la izquierda? ¿Empezó la fragmentación esperada en el PRD? Ahí está la incógnita.
SIGUE LA PESADILLA
Cuando empezó el sexenio de Calderón, la meta del panista era limpiar de narcos el estado de Michoacán.
No funcionó la estrategia al michoacano y a unos cuantos meses de dejar el poder, la entidad mencionada continúa sometida a las peores de las violencias.
El fin de semana fueron localizados los cuerpos calcinados y mutilados de siete personas en una camioneta, en el poblado conocido como San Gregorio, en el municipio de Venustiano Carranza, Michoacán.
Hace menos de ocho días, en los límites de Jalisco con Michoacán las autoridades encontraron 17 cadáveres de gente originaria del último estado.
Los cárteles de la droga como “La Familia Michoacana” y “Los Caballeros Templarios” siguen con sus actividades delincuenciales en todo su apogeo. Son un ejemplo real del fracaso de la guerra de Calderón contra el crimen organizado.
UN CAOS
A raíz de la fuga masiva de reos de la cárcel de Piedras Negras, Coahuila, el tema volvió a interesar a los analistas.
En los medios, las conclusiones fueron determinantes: se trata de un caos total en las cárceles de México.
Las causas son múltiples y podrían encontrarse en la corrupción de las administraciones, la sobrepoblación, y la convivencia al interior de los penales de reclusos que purgan condenas por toda clase de delitos. Todos revueltos forman una mezcla explosiva que produce resultados que ya conocemos.
Cuando no se trata de matanzas de reos, se registran las fugas masivas.
Los hechos violentos en las prisiones y las fugas de presos se convirtieron en hechos que empiezan a verse como normales. ¿Cuándo se decidirán las autoridades a separar a reos federales e internos del fuero común?
La falta de cárceles para narcos fue una de las fallas en la estrategia contra el narcotráfico que es delito federal.
Todos los reclusos revueltos son dinamita pura.
Y si se pretende un coctel aún más explosivo, solo basta con agregar la corrupción inevitable en las cárceles mexicanas.











