¿Seguirá Galván en Sedena?
Ramón Zurita Sahagún martes 18, Sep 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Una versión proveniente de las fuerzas armadas establece la posibilidad de que el general secretario, Guillermo Galván Galván, continúe al frente de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Se consigna que el divisionario es la mejor estrategia que podría tener el gobierno mexicano para el combate al crimen organizado, ya bajo otra vertiente y sin los frecuentes desencuentros que tiene con el titular de la Secretaría de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna.
Como hace seis años, Galván Galván tendría que luchar contracorriente para alcanzar el nombramiento y ya hay quienes señalan posibles coincidencias entre lo ocurrido en la administración anterior y ésta.
El referente natural son los personajes que han encabezado el desfile militar del 16 de septiembre como comandantes del mismo en el último año de los dos últimos sexenios: Juan Alfredo Oropeza Garnica y Augusto Moisés García Ochoa.
Cuando todo el mundo daba por hecho que Oropeza Garnica sería designado titular de la Sedena, surgió relampagueante el nombre del entonces subsecretario Guillermo Galván, para encabezar la importante dependencia.
De 63 años en aquel entonces, el subsecretario se convirtió en la pieza necesaria para las estrategias del nuevo Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, especialmente en la intención de meter a las fuerzas armadas en la lucha contra la delincuencia organizada. Y es que el nombre de Jesús Alfredo Oropeza se vinculó con el de un posible plagio de un arma desarrollada por la milicia mexicana que desató un escándalo -contenido antes- en 2007, un año después de la designación del general secretario.
Los rumores sobre esta arma ya circulaban cuando Oropeza Garnica fue designado comandante de la parada militar del 16 de septiembre y dos meses después se convirtió en el primero de los generales que no concretaron ese paso de una distinción a otra.
El reciente caso de Augusto Moisés García Ochoa podría ser el segundo en no conseguir catapultarse de una distinción similar al paso siguiente.
Y es que desde el pasado 16 de julio, “El Universal” publicó una información referente a la compra realizada por la Secretaría de la Defensa Nacional de un equipo para espionaje e inteligencia por valor cercano a los 5 mil millones de pesos.
Como director general de Administración, el general García Ochoa firmó los contratos respectivos y como contienen una cláusula de confidencialidad en la que se obliga al proveedor a guardar en secreto todos los datos y condiciones del contrato, éstos fueron calificados como altamente sospechosos. Las sospechas radican en que los equipos fueron comprados como adjudicación directa a una sola empresa.
Por supuesto, los ataques en contra de García Ochoa no se han hecho esperar y su designación como comandante del desfile del 16 de septiembre, arreciaron los mismos.
García Ochoa es partidario de la participación de las fuerzas armadas en materia de seguridad pública, como lo asienta en un libro sobre la materia que data de 2009.
García Ochoa precisa que resulta pertinente promover las reformas y adiciones legales necesarias para que en forma expresa se señalen las funciones, atribuciones, autoridades, modo, tiempo, lugar y circunstancias en que deben actuar las fuerzas armadas como coadyuvantes de las autoridades directamente responsables de la seguridad pública.
Pero Augusto Moisés no es el único aspirante con posibilidades de alcanzar el rango de general secretario, ya que otros divisionarios buscan el mismo encargo.
Otros aspirante para el mismo cargo son Salvador Cienfuegos Zepeda, oficial mayor de la Sedena; Carlos Demetrio Gaytán Ochoa, subsecretario de la Defensa Nacional; Luis Arturo Oliver Cen, jefe del Estado Mayor de la Sedena y Roberto Miranda Sánchez, ex jefe del Estado Mayor Presidencial y el único en situación de retiro.
La inclusión de Miranda Sánchez entre los nombres de los prospectos irritó a algunos sectores militares, pero no por su situación de retiro, sino porque se trata de un divisionario que no es bien visto por la tropa.
En el caso de Gaytán Ochoa su cercanía con el actual general secretario y su paso como jefe del Estado Mayor de la Defensa, lo sitúan en una posición privilegiada.
Cienfuegos Zepeda y García Ochoa mantienen buena relación con los mandos intermedios y con la tropa en general.
Sin embargo, la incorporación -como posibilidad- del nombre del general Galván Galván para que repita en el cargo, abre una nueva correlación de fuerzas al interior del sector militar.
VAN TRES PRIÍSTAS
Dos diputados locales y un alcalde electo, todos de militancia priísta, fueron asesinados en menos de un mes en distintos sitios del país. Edgar Morales Pérez, alcalde electo de Matehuala, San Luis Potosí, fue el primero en ser abatido a manos de delincuentes, en agosto pasado. La semana pasada -viernes- Eduardo Castro Luque, diputado local electo en Sonora, también sucumbió en forma violenta.
Apenas el domingo, el diputado local mexiquense Jaime Serrano Cedillo, se convirtió en la tercera víctima abatida. Si eso sucede con la llamada clase política, qué pasará con los ciudadanos comunes expuestos ante la ola de violencia que sacude al país.
Los crímenes políticos ocurren antes de que suceda el cambio de Ejecutivo federal y en medio de una nueva oleada de sangre que algunos consideran represalia por la detención de algunos personajes del mundo criminal.
MISIÓN CUMPLIDA
Marcelo Ebrard rindió su VI y último informe de Gobierno y se dijo satisfecho y feliz por haber cumplido. Los panistas le expresaron un amplio reconocimiento por concluir con el período para el que fue electo. El más feliz de los asistentes, además de Marcelo, era el senador Manuel Camacho Solís, ante el crecimiento político de su discípulo consentido.
Asistieron los gobernadores electos de Morelos, Graco Ramírez Garrido y de Tabasco, Arturo Núñez Jiménez.