¡Sálvese quien pueda!
¬ Juan Manuel Magaña lunes 17, Sep 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
El grito del 15 de septiembre prácticamente volvió a ser ¡sálvese quien pueda!
Los reportes nos informan que la Marina y la Defensa desplegaron desde la madrugada anterior más de 15 mil efectivos para resguardar a los asistentes a las ceremonias del Grito de Independencia en Tamaulipas, Veracruz, Nuevo León, Coahuila, Zacatecas, Michoacán y Guerrero, donde la mafias se disputan el territorio.
Es claro que había el temor de un atentado como el ocurrido hace unos años en Michoacán, que terminó con la muerte de ocho personas y más de cien heridos.
Aquella vez, presuntos integrantes del cártel de Los Zetas lanzaron dos granadas de fragmentación contra la multitud reunida en la plaza Melchor Ocampo, a escasos 50 metros del balcón donde el entonces gobernador michoacano, Leonel Godoy, daba El Grito.
Esta vez, en el caso del Distrito Federal, hubo despliegue de francotiradores, perros y arcos detectores de armas de fuego y explosivos, vallas metálicas alrededor de las calles donde se llevan a cabo los actos y patrullajes de militares y policías para prevenir cualquier ataque.
Y ni aun así Calderón estuvo a salvo de las molestas luces láser que le arrojaron en el rostro mientras estuvo en el balcón de Palacio Nacional para dar El Grito, ni de las leyendas contra el “fraude” que le mostraron en la cara.
Los integrantes del movimiento #YoSoy132 se manifestaron frente a Palacio Nacional también durante el desfile militar conmemorativo al 202 Aniversario de la Independencia de México.
Con gritos de “¡Asesinos!” y varias pancartas en las que pedían “No más sangre”, “No a la reforma laboral”, los jóvenes se colaron al festejo y le hicieron ver su suerte a Calderón.
En los carteles se leía: “¿Qué festejan, los miles de muertos de la guerra inútil de Calderón o la imposición de Enrique Peña Nieto?”, “¡Viva México! Pero sin monopolios, sin PRI, sin 80 mil muertos y sin políticos corruptos”, “Militares, defiendan al pueblo, no a un narcopresidente”.
Era lógico, Calderón termina peor de como empezó el sexenio. Y lo que indican esas expresiones políticas son dos cosas muy claras: una que la democracia debe de aguantar vara porque tiene para adelante una prueba enorme.
Otra, que las protestan tienen la habilidad de meterse a donde sea y que van a continuar.
Ojalá en los tiempos por venir haya sobrada tolerancia. Qué bueno, que los festejos no pasaron de eso, de protestas y registraron saldo blanco.
Porque el evidente temor que hubo previamente también indica que las cosas están delicadísimas.