Caso SME: ¿son o no son?
¬ José Antonio López Sosa viernes 14, Sep 2012Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
El próximo 11 de octubre se cumplirán 3 años de la extinción de Luz y Fuerza del Centro por voluntad del presidente Felipe Calderón.
Bajo todo tipo de argumentos sin sustento, decidió desaparecer un organismo público descentralizado con el verdadero propósito de comercializar la fibra óptica en el centro del país. Sin lugar a duda uno de los actos más autoritarios de los últimos tiempos.
Desde aquel momento, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) —que hasta entonces fungió como titular del Contrato Colectivo de Trabajo entre Luz y Fuerza del Centro y sus trabajadores—, se proclamó en lucha y resistencia contra tal decreto.
Se agotaron los cauces legales como sindicato, la Suprema Corte decretó la constitucionalidad del decreto y en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje están de forma individual y colectiva, las demandas de miles de ex trabajadores electricistas en espera que la justicia llegue en algún momento.
Ahora bien, el SME ha adoptado conductas extrañas a lo largo del tiempo, sus líderes —que integran el Comité Central—, no han pasado hambre ni penas económicas, quizá no viven en la opulencia que acostumbraban pero el dinero periódico no ha hecho falta en sus billeteras, quizá por eso siguen enfrascados en una lucha a la que no se le ve fin.
Decidieron aliarse a Andrés Manuel López Obrador, cuando independientemente de la preferencia electoral de cada quien, debieron exigirle a todos los candidatos presidenciales la solución al conflicto. Andrés Manuel perdió y así se ha perdido la esperanza de una solución al conflicto.
Plantones van y vienen, marchas transcurren y los mismos gritos contra el gobierno se dejan oír cotidianamente en sus movilizaciones, esa casi esfumada esperanza del “venceremos” sigue en sus premisas y en sus consignas mientras el grueso de los ex trabajadores electricistas aún padece el desempleo y la falta de recursos económicos por estar enfrascados en una lucha que parece no tener final.
Los últimos hechos fueron el plantón del SME en el zócalo capitalino, el gobierno del DF a raíz del hecho decidió salir de la mesa de negociación como mediador (entre Gobernación y el SME), luego entonces presumiblemente Marcelo Ebrard logró con diálogo que se quitaran para dar lugar al grito de independencia y al desfile militar, a cambio en estos días los líderes del SME reanudaron las negociaciones con la Secretaría de Gobernación.
La cuestión es que el SME nada informa, se ignora en qué términos son las negociaciones, por qué se ponen o se quitan de sus plantones, cuál es la situación real, cosa que deja lugar a muchas suspicacias.
Me parece que los dirigentes del SME juegan con sus agremiados, los usan para mantener ese poder fáctico casi extinto sin resolverles un problema al que supuestamente se comprometieron arreglar.
¿De qué viven los miembros del Comité Central del SME?, tal vez el saberlo nos pueda traducir el hecho de no llevar prisa para que el problema se arregle. Ya un ex dirigente —que perteneció a la disidencia—,está en la cárcel, Alejandro Muñoz, si robó, que el peso de la ley caiga sobre él porque el hecho de haber negociado con César Nava, en otras palabras, la traición a su gremio no está sujeta a acción penal, pero el fraude sí.
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