Triste aniversario
Ramón Zurita Sahagún viernes 14, Sep 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Nunca una celebración de aniversario pudo ser menos lucidora que la del año 73 de la fundación del Partido Acción Nacional. La mayoría de sus militantes coinciden en que no hay nada qué celebrar, ya que primero perdieron al partido y ahora lo hicieron con el poder político y gubernamental.
Es cierto que los panistas se tardaron 50 años exactos para conseguir su primer triunfo electoral a nivel estatal (Baja California) y 28 años para alcanzar su primera presidencia municipal capital de estado (Mérida).
Para llegar al triunfo culminante transcurrieron 61 años (la Presidencia de la República) y doce años después perdieron la principal presea electoral del país. Para colmo de males, los panistas llegan a la celebración anual de la fundación del partido en un estado lamentable. Sus derrotas electorales, pero más las pugnas internas mantienen en zozobra al panismo tradicional.
La elección del 1 de julio del 2012 marcó a los panistas, ya que no solamente perdieron la Presidencia de la República, sino que además cayeron en dos entidades emblemáticas y su cuota de diputados y senadores se vio seriamente reducida. El panismo verdadero sufre esta masacre, esta arrastrada que le dieron sus adversarios naturales, contra los que se fundó el partido allá por el lejano 1939.
Tenía unos cuantos días que había iniciado la segunda guerra mundial y Manuel Gómez Morín y un grupo de prestigiados abogados y de otras especialidades crearon al partido de la derecha.
Los tiempos ubicaron al partido en otra dimensión, ya que el acceso directo que tuvieron empresarios y personajes de la ultraderecha lo convirtió en otro, distinto al de la fundación.
Durante los 73 años de vida, el PAN ha sufrido varios sobresaltos y purgas internas que obligaron al éxodo a personajes de gran trascendencia, entre los que se ubicaban ex diputados, ex dirigentes nacionales y ex candidatos presidenciales.
Carlos Castillo Peraza, José González Torres, Jesús González Schmall, Pablo Emilio Madero, son algunos de esos nombres de prosapia dentro del partido que por razones diversas dijeron adiós al partido. Luis Calderón Vega, padre del actual Presidente de la República, hundió también sus naves panistas, para no regresar nunca jamás.
Sin embargo, aquellos fueron parte de los tiempos románticos del partido, donde el organismo político conquistaba y celebraba triunfos en alcaldías y un puñado de diputaciones federales.
La conquista del poder público los llevó a la pérdida del partido, como lo advirtieron varias veces sus santones.
En la actualidad Acción Nacional se encuentra en una encrucijada que es tan grande que los lleva a revisar algunos aspectos de lo que se ha hecho mal. Uno de los principales retos es el de revisar su padrón de militantes, el que creció con enorme velocidad, para que los aspirantes a cargos de elección popular vieran satisfechas sus ambiciones personales.
Depurarlo es todo un reto, como también lo es el de los miembros adherentes que rebasan por mucho a los militantes. Sin embargo, el reto más difícil de superar es el de la unidad, ya que existen dos corrientes en busca de mantener el control de lo que queda de la agrupación.
El grupo del Presidente de la República, con él mismo a la cabeza y el del presidente nacional del partido, entraron en una lucha de poder a poder para quedarse con los despojos del otrora orgulloso y poderoso instituto.
Los panistas de tradición buscan una tercera figura emblemática que pueda mantener su cohesión interna y evitar que siga resquebrajándose.
El reto es grande, ya que encima se tienen los comicios de Bajaca California, donde el PAN consiguió su primer gobierno estatal y lo mantiene en su poder desde hace 24 años. Pero no solamente estará en juego el gobierno estatal del norteño estado, también la renovación en 12 estados de los ayuntamientos y los congresos locales. En tres de ellos (Oaxaca, Puebla y Sinaloa) Acción Nacional conquistó buenas posiciones, en virtud de mantener una alianza con los partidos de izquierda y ganar los respectivos gobiernos estatales.
Las capitales de Puebla y Oaxaca se encuentran bajo dominio panista, aunque los tres gobernadores: Rafael Moreno Valle, Gabino Cué Monteagudo y Mario López Valdez, prefirieron pactar con otros organismo políticos que con uno de los partidos que los llevaron al poder, mediante una alianza amplia.
Los tres personajes en cuestión nacieron políticamente al amparo del PRI y renunciaron a ese partido en razón de que no consiguieron la candidatura anhelada.
Moreno Valle fue proclive del PRI a Nueva Alianza y mantiene una relación fría con el PAN, lo que desató una guerra verbal entre gobierno estatal y dirigencia del partido blanquiazul. López Valdez (Malova) despreció también a los blanquiazules y empujó a favor del partido tricolor, donde formó parte de la LX y LXI legislatura, aunque mantiene buena relación con la izquierda, especialmente con el todavía jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubond. Gabino Cué también se alejó de los panistas y hasta de la izquierda que en forma conjunta lo llevó al triunfo electoral. El gobernador de Oaxaca jaló con el PRD y no con Movimiento Ciudadano (antes Convergencia), aunque versiones tendenciosas lo sitúan en un supuesto pacto para el triunfo presidencial del priísta Enrique Peña Nieto, algo no confirmado.
En el caso del panismo, los tres gobernadores mostraron alejamiento y hasta desprecio por el partido que todavía gobierna al país.
Por eso, un aniversario panista no podría ser más desangelado que el actual.
BARAJA NUEVA
Los diputados están decididos a estrenar baraja o cuando menreciclarla. Parece ser que el secretario general de la Cámara de Diputados, Fernando Serrano Migallón, parece despedirse del cargo, ante el eventual retorno de Rodolfo Noble.