Soñador o ingenuo
¬ Augusto Corro miércoles 12, Sep 2012Punto por punto
Augusto Corro
Andrés Manuel López Obrador es un soñador o un ingenuo. O ¿a quién le quiere ver la cara?
Esta reflexión se desprende una vez conocido el proyecto de estatus del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en vías de convertirse en partido político.
En el estatuto de Morena se prohíbe la creación de corrientes o tribus internas y la asignación de cargos por cuotas, además, de los siguientes renglones: “En Morena la participación será libre e individual, sin corporativismos de ninguna índole. No se reconocerán facciones, corrientes o grupos. No se permitirá ninguno de los vicios de la política actual: el influyentismo, el amiguismo, el nepotismo, el patrimonialismo, el clientelismo, la perpetuación en los cargos, el uso de recursos para imponer o manipular la voluntad de otros, la corrupción y el entreguismo”.
Desde luego, será muy interesante seguir de cerca a la organización política del tabasqueño, porque será ejemplar en todos los sentidos. No la integrarán hombres de carne y hueso, sino ángeles perfectos ajenos a las tentaciones mundanas, como AMLO dice ser.
Entonces, ¿qué ocurrirá con los perredistas, famosos por transas, que intenten seguir a su maestro? ¿Serán rechazados por el puritanismo de López Obrador? Con el reglamento de Morena ¿se romperá el cordón umbilical René Bejarano, “El Señor de las Ligas”-López Obrador? Los lópezobradoristas de hueso colorado buscarán liberar al citado Morena de los sectarismos como los que operan en el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Tiempo le faltará al tabasqueño para conseguir a los dirigentes políticos puros e inmaculados para su organización de militantes en olor de santidad.
López Obrador ni es soñador, ni ingenuo, es una persona que vive muy lejos de la realidad. Su empecinamiento por el poder no le permite ver al mundo en su justa dimensión y sigue ponderando purificación. Allá él.
NARCO-VIOLENCIA Y DESPEDIDA
Mientras Calderón continúa con sus giras por todas partes del mundo, en México se incrementa la violencia. Quizá la delincuencia sabe que en ausencia de la máxima autoridad no se quedó nadie para que la persiga. A los hechos sangrientos que se registran diariamente, habría que sumar la omisión o indiferencia de las autoridades para frenar las acciones delincuenciales.
Parece que la sociedad mexicana poco a poco empieza a ver la masacre de personas como algo normal.
Las agresiones del narcotráfico se multiplican en diferentes zonas del territorio nacional. Como señales de su presencia son los miles de muertos y sus mensajes macabros.
Antier en Guerrero se registró una más de las matanzas de gente relacionada con las drogas.
En un camión de redilas fueron encontrados los cadáveres de dieciséis hombres asesinados. Esto ocurrió en Coyuca de Catalán.
En Ciudad Victoria, Tamaulipas, siete delincuentes perdieron la vida al enfrentarse a los militares.
El día ocho del presente mes, en San Luis Potosí un grupo de sicarios masacraron a siete jóvenes que estaban reunidos luego de jugar futbol, en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez.
Los hechos señalados son parte de la gran cadena de crímenes que sucede en México. La cifra de muertos por la guerra de Calderón contra el crimen organizado rebasa los sesenta mil, en cifras moderadas.
De acuerdo con las actividades del mandatario panista, nos lleva a suponer que ya no le preocupa lo que sucede en México, pues estará en varias reuniones oficiales en varias partes del mundo.
La agenda presidencial, extraoficial, registra la presencia del michoacano en Nueva York, específicamente en la ONU; después en Washington, luego en España, posteriormente en Israel y Emiratos Árabes.
Vaya despedida internacional. Claro, un país ensangrentado no es el escenario apropiado para las fiestas del adiós.