Endurece el PRI su posición frente a Calderón
Roberto Vizcaíno viernes 16, Abr 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
El asunto planteado por unos y otros invita a una reflexión masiva, en la que los ciudadanos no podemos quedar de lado. Es por demás importante participar y dejar en claro que lo que estamos viviendo, como bien dice César Augusto, no lo merecemos
Conforme transcurren las semanas luego del choque político ocurrido hacia fines del mes pasado entre el PAN y el PRI por el incumplimiento de un acuerdo firmado para que los blanquiazules no hicieran alianzas electorales con el PRD, el Revolucionario Institucional se aleja y endurece su posición respecto del gobierno del presidente Felipe Calderón.
Esto quedó por demás ratificado luego de que la Auditoría Superior de la Federación que encabeza Juan Manuel Portal Martínez rindiera los resultados de su análisis de la Cuenta Pública de 2008.
El informe de apenas ocho hojas, evaluó los resultados de la aplicación de varios billones de pesos en cuatro rubros: Educación, Salud, Seguridad Social y Asistencia Social.
Los resultados en cada una de las 4 áreas sometidas a 156 auditorias fueron desastrosos. Prácticamente no hubo resultado benéfico alguno.
La oposición en su conjunto se le tiró a la yugular al gobierno de Calderón. Los calificativos fueron subiendo de tono conforme tomaron la palabra más de una veintena de diputados de PRI, PRD, PVEM, PT y Convergencia.
Pero los más coherentes y duros en sus críticas fueron sin duda los priístas. De entre todos ellos sobresalen dos intervenciones: la de César Augusto Santiago y la de Carlos Flores Rico.
En su larga intervención, el primero se declaró asqueado de prácticamente todo. Indicó que el resultado del análisis de la Cuenta Pública de 2008 dejaba en claro que México vive no sólo un gobierno mediocre, sino también un Congreso mediocre que no han acertado a darles respuesta a los graves problemas de marginación y pobreza.
“Odio lo que voy a decir, pero creo que tiene razón la ciudadanía: este pueblo de México no merece el gobierno mediocre que tiene… no lo merece. Y, con un amplísimo sentido autocrítico tenemos que reconocer que también nosotros somos mediocres”.
César Augusto convocó luego a todos a ser más audaces, a dejar de lado la sobrereglamentación e impulsar reformas y cambios para sacar a México del atolladero del atraso.
Luego entraría Carlos Flores Rico quien no dejó ttere con cabeza. De entrada dijo “me sumo al sentimiento de decepción que advierte César Augusto Santiago” para luego subrayar que la conclusión del análisis de la Auditoría Superior de la Federación es muy simple:
“Junto con otras evaluaciones de otros esquemas desde la sociedad civil, la academia, la conclusión es la misma: la política social mexicana no está funcionando, no combate la desigualdad, no eleva el nivel de desarrollo humano, no combate el contraste regional y no combate la pobreza.
“(Y) si una política social no se encamina precisamente a eso, a generar igualdad para elevar el bienestar de la población, habrá que concluir que desde el punto de vista global, aunque sea en lo sectorial referido a lo social exclusivamente, el gobierno no funciona.
“No está funcionando… y no de hoy sino que tampoco lo está haciendo desde hace ya varios años. La realidad es que cuando apareció el primer viso de crisis económica de inmediato, el inmediato es casi 15 días después, aparece la pobreza en toda su crudeza y potencialidad, y efectivamente observamos un crecimiento en prácticamente todos los indicadores que la describen, no sólo en la línea de pobreza y el aumento de familias en esta indigencia, sino también en los niveles de movilidad, desempeño educativo, acceso a la cultura y prácticamente en todos los rubros… hay un problema de fondo.
“Si la educación no mejora, si la vivienda no se mejora, si la pobreza no se abate, si la desigualdad no se reduce, si el contraste regional no desaparece, si la salud tampoco mejora, entonces habría que hacer un replanteamiento muy amplio, no sólo de los programas, sino generalmente de toda la política pública relacionada con el desarrollo social…
“Eso implica casi el 60 por ciento del gasto programable, o el 46 del gasto total, entonces estamos hablando de la mitad del gasto público en cuestión, y si la mitad del gasto público en cuestión no puede detener ni el crecimiento de la pobreza, ni la profundización de la desigualdad ni el contraste regional, ni absolutamente nada que tenga que ver con el mejoramiento del nivel de vida, quiere decir que la mitad del esfuerzo nacional tiene que ser revisado de fondo, y si es de tantos años el asunto y existen tantos ángulos, y si es de tanta profundidad el asunto, quiere decir que el problema es mucho más allá de un gobierno que no está funcionando, porque sería muy sencillo, cambiamos de gobierno y listo, pero mucho me temo que aún cambiando de gobierno si el esquema sigue igual, los resultados tendrán que ser iguales, y mucho me temo que si hacemos un cambio en la eficiencia de los programas, si bien mejoraremos un poco la calidad del gasto, tampoco se va a resolver el problema”, indicó.
En el fondo, precisó, el problema tiene que ver “con la concepción de nación, con el proyecto de nación, con la visión que tengamos de la vida” junto con la aplicación y vigilancia del gasto.
“Entonces, estamos en un error al pensar que simplemente con equilibrar mejor el gasto público y con el asunto de mejorar la evaluación de desempeño, pudieran cambiar las cosas.
“Llamo la atención a eso porque lamentablemente como ha estado viéndose 2006, 2007, ahora 2008, ya vimos que 2009 viene peor, las cosas no van a cambiar de manera cualitativa, entonces habría que repensar el concepto de nación con el que estamos inscribiendo los actuales programas de la política social en todos sus aspectos.
“No es curioso que somos el lugar 56 de 57 en índice de desarrollo humano, que somos el 120 de 130 en calidad educativa, es decir, en todos los rubros, no hay uno sólo en que digamos: bueno, aquí somos campeones, no hay uno.
“Entonces, eso significa que el esfuerzo va mucho más allá que una simple recomendación del Presupuesto del año que entra. Aquí está Sebastián Lerdo que es un experto en presupuesto, como otros que hay en esta Comisión, que tienen esa experiencia y calidad, no van a encontrar tampoco en esta recomendación una utilidad práctica para los fines finales, o sea, los fines macros, amplios, de rumbo de la nación, que tienen que ver con la igualdad, la justicia, el combate a la pobreza y el bienestar.
“No desestimo que si se gasta eficientemente haya más beneficiarios posibles o haya un mejor nivel en el tratamiento de las enfermedades, o baje un poco la mortalidad de los niños y eso es cosa buena, pero finalmente seguirán siendo niños pobres, niños, desiguales, niños desamparados, incapacitados en la competencia por la vida cotidiana. Así las cosas.
“La pregunta que hago simplemente trata de preestablecer más que una recomendación una respuesta que pueda ser útil para el año inmediato que viene, pero también para ir reconformando desde nuestra labor legislativa, ese nuevo concepto de política social que pudiéramos construir juntos.
No hago obvia la mención a la necesidad del motor económico, a la posibilidad de un desarrollo económico con distribución de la riqueza que pueda hacer posible una política social exitosa.
“Aún en ese marco del actual modelo de desarrollo económico, la primera pregunta ¿es posible mejorar el desempeño del país en lo social a través de políticas públicas? No del gobierno, del país en lo social.
“Señoras y señores auditores ¿es posible, sin cambiar los esquemas de la política económica, de la política laboral, de la política ambiental, es posible en el ámbito del sector social encontrar un mejor desempeño del gobierno, incluido el Congreso, la Corte y el Poder Judicial, para mejorar el nivel de vida de los mexicanos, a través el gasto público de calidad?
“Entendiendo su cortoplacismo para este año 2011… ¿de qué manera comprendemos esta recomendación final del informe que dice: se recomienda vigilar el apropiado balance entre las políticas universalistas hasta ahora utilizadas, en la prestación de servicios sociales básicos, tales como educación, salud, vivienda, y las políticas dirigidas a categorías poblacionales específicas en materia de alimentación y capacitación para el trabajo?
“Es decir, esta recomendación de ustedes de vigilar el apropiado balance entre políticas universalistas ahora utilizadas, en la prestación de servicios y las dirigidas a segmentos poblacionales en materia de alimentación y capacitación”, concluyó.
El asunto planteado por unos y otros invita a una reflexión masiva, en la que los ciudadanos no podemos quedar de lado. Es por demás importante participar y dejar en claro que lo que estamos viviendo, como bien dice César Augusto, no lo merecemos.