Los retos: inseguridad, pobreza y desempleo
¬ Augusto Corro lunes 3, Sep 2012Punto por punto
Augusto Corro
Son múltiples los problemas que enfrentará Enrique Peña Nieto como presidente de México.
No se necesita ser un experto, para saber cuáles serán los asuntos prioritarios que exigen una pronta solución: inseguridad, pobreza y desempleo.
En el primer tema, se encuentran conjugados todos los males que padece México a raíz de la guerra contra la delincuencia organizada. El gobierno de Calderón no logró erradicar la narcoviolencia y el país vive aterrado por las acciones delincuenciales de los cárteles de la droga, en gran parte del territorio nacional. No será fácil que la paz vuelva a los estados que el hampa convirtió en frentes de guerra: Chihuahua, Tamaulipas, Sinaloa, Durango, Michoacán, Guerrero, San Luis Potosí, Veracruz, etc. Fueron muchos años que el crimen organizado penetró en los cuerpos de seguridad y penetró hasta la médula. El mal se expandió y llegó a los órganos de procuración e impartición de justicia. De lo anterior se desprendió la corrupción e impunidad que afectó considerablemente la estabilidad social. Más del 90 por ciento de los criminales logró burlar la ley.
En la guerra contra la delincuencia organizada Calderón nunca escuchó los consejos de expertos para que revisara su estrategia. Nunca lo hizo. En el presente tenemos la cifra de más de 60 mil muertos; la delincuencia organizada fortalecida y el narcotráfico en auge.
DE LA POBREZA
El mandatario Peña Nieto logró un importante conocimiento de la realidad mexicana cuando se desempeñó como gobernador en el Estado de México (Edomex). Entendió que la lucha contra la pobreza se debe dar en todos los frentes, sin descanso alguno. El campo sufrió el abandono de las políticas federales y actualmente se corre el riesgo de una crisis alimentaria. El 60% de los mexicanos que viven en la pobreza extrema se encuentran en zonas rurales. 52 millones de mexicanos pobres luchan diariamente para sobrevivir. Entre ellos hace estragos la falta de alimentos básicos. La desigualdad es lacerante.
En los dos últimos sexenios, los gobiernos panistas no encontraron la fórmula para la creación de fuentes de trabajo.
Los desempleados se constituyeron en un sector propicio para proveer de delincuentes a las organizaciones criminales. El comercio informal y la piratería se convirtieron en las actividades obligadas de ejércitos de desocupados.
Las desigualdades sociales son desorbitadas: por un lado tenemos al hombre más rico del mundo y por el otro lado a etnias en riesgo de morir por falta de comida. Peña Nieto tendrá que efectuar una revisión integral para rescatar a un país que se encuentra en quiebra social y económicamente.
Si bien es cierto que en la macroeconomía, la situación marcha más o menos, no se contempla la posibilidad de cantar victoria. La economía mundial no ha logrado superar las crisis que la flagela: en los próximos meses se definirá el futuro de la unión monetaria y de todo proyecto en Europa.
En Estados Unidos las elecciones presidenciales también serán determinantes para el futuro de México. Si repite Barack Obama todo seguirá igual para México. Los mandatarios estadounidenses siempre mostraron poco interés para resolver los problemas que afectan a México y a Estados Unidos. En resumen el tema de la economía en crisis seguirá vigente por tiempo indefinido, debido a la globalización y sus repercusiones.
HACIA EL INTERIOR
Petróleos Mexicanos ocupará un lugar muy importante en la agenda de trabajo de Peña Nieto. Los mexicanos estamos cansados de escuchar un día sí y otro también, el desbarajuste que ocurre en la administración de Pemex.
Cuando no se informa de las pérdidas de la empresa en sus balances de contabilidad, por los motivos y razones que sean, las noticias se refieren a los saqueos que sufre Pemex en sus ductos: la ordeña de combustibles se volvió una tradición. ¿Cuál será el destino de Pemex? Sin duda de un futuro promisorio. Esa empresa descentralizada tendrá que ser otro de los factores del despegue de México hacia el progreso.
Deben promoverse y aprobarse nueva leyes que permitan el crecimiento de Pemex. Hacer lo contrario es negar la realidad.
QUE REGRESE LA PAZ
Como señalamos arriba, los problemas son muchos, pero solo hablamos de los que tienen mayor relevancia en el momento que vivimos. Los mexicanos queremos que regrese la paz, que se elimine la pobreza y que nuestros jóvenes encuentren trabajo y tengan universidades para continuar sus estudios.
En general, que todo ciudadano mexicano viva dignamente. Enrique Peña Nieto, próximo presidente de México, tiene en sus manos las posibilidades de sacar a México del atraso que padece por la mala actuación de sus gobernantes.