¿Y los del Tucom?
Ramón Zurita Sahagún viernes 31, Ago 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Caído en desgracia, con acusaciones graves y orden de aprehensión en su contra, Tomás Yarrington Ruvalcaba es otro político priísta cuestionado que, seguramente, llegó al final de su carrera política.
Siempre polémico, fanfarrón y jactancioso, el hoy prófugo construyó una sólida y ascendente carrera política que buscaba escalar hasta la Presidencia de la República.
Lo intentó, pero no tuvo éxito cuando formó parte del grupo conocido como TUCOM (Todos Unidos Contra Madrazo), cuyo propósito primordial era encontrar un candidato fuerte que frenara la acelerada carrera de Roberto Madrazo Pintado en busca de la candidatura presidencial.
El grupo conformado por gobernadores de distintos estados y el líder de la bancada priísta en el Senado de la República, resultaba un antídoto contra el proyecto del dirigente nacional del PRI.
Arturo Montiel Rojas (Estado de México), J. Natividad González Parás (Nuevo León), Enrique Jackson Ramírez (Senado), Eduardo (Robinson) Bours Castello (Sonora), Manuel Ángel Núñez (Hidalgo), Enrique Martínez y Martínez (Coahuila) y el mencionado Tomás Yarrington (Tamaulipas).
Como es público Montiel Rojas resultó el ganador de esa quiniela, pero no pudo competir contra Madrazo Pintado, ya que antes se conocieron datos relevantes sobre su cuantiosa fortuna.
Tomás Yarrington no figuró en los primeros lugares, ya que el segundo sitio de la encuesta realizada resultó ser para Jackson Ramírez.
El entonces gobernador de Tamaulipas terminó su período de gobernador y como la mayoría de los gobernadores priístas de ese entonces, dejó sembrado a su candidato a sucederlo, Eugenio Hernández Flores, alcalde de Ciudad Victoria.
Yarrington ya no pudo conseguir nada en lo político, intentó ser candidato a diputado federal o senador y no pudo en 2006.
Tres años después fue mencionado nuevamente como aspirante a una diputación federal y su sucesor Hernández Flores fue el principal impedimento para conseguirlo.
Eugenio y Tomás rompieron relaciones, aunque ahora comparten destinos, ya que uno es buscado por la Interpol y del otro se dice que pronto seguirá la misma ruta.
Los dos ex gobernadores de Tamaulipas son señalados por presuntas relaciones con el crimen organizado y existen, supuestas evidencias de lavado de dinero y cuantiosos beneficios obtenidos durante sus respectivas gestiones.
Eugenio como Tomás también buscó colocar heredero en el gobierno de Tamaulipas e impulsó la candidatura de Rodolfo Torre Cantú, quien se encontraba encarrilado hacia el trinfo electoral, cuando unos días antes de la elección fue asesinado en una emboscada.
El crimen todavía no ha sido resuelto, pero se siguen indicios para deslindar si existió o no participación de personajes políticos en el artero asesinato.
Egidio Torre Cantú, hermano del candidato asesinado, fue improvisado como candidato.
Se trataba de un empresario cercano al afecto del gobernador Hernández Flores a quien había sustituido en la alcaldía de Ciudad Victoria, cuando Eugenio se fue de candidato a gobernador.
Sin problemas Egidio se convirtió en gobernador de Tamaulipas e inició un enfriamiento con su antecesor y quien había sido su protector político.
En esta elección del primero de julio pasado, los dos, Tomás y Eugenio, buscaron acercamiento con el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, buscando protección política, mediante una candidatura al Congreso de la Unión.
Hernández Flores fungió como delegado regional del partido en el sureste del país y cuando estalló el escándalo, motivado por filtraciones, pero sin acusaciones concretas, fue removido del cargo.
Los altos dirigentes partidistas y el candidato presidencial se deslindaron de los dos personajes y de otros más, dejando en claro que si hay elementos se procede en su contra.
Para Eugenio no hay más que filtraciones, para Tomás ya existe orden de aprehensión.
Pero vale la pena recordar a los seis gobernadores del TUCOM y cuál ha sido su destino.
Arturo Montiel Rojas es un apestado de la política, envuelto en líos judiciales por la potestad de sus hijos, provenientes del segundo matrimonio del político.
Su inmensa fortuna le generó problemas judiciales, de los que aparentemente, ya se encuentra librado.
J. Natividad González Parás terminó su gobierno en Nuevo León y dejó a su heredero (Rodrigo Medina) como gobernador, pero hoy es sumamente cuestionado, ya que durante su administración el crimen organizado sentó sus reales en Nuevo León y a su sucesor le ha ido peor.
La violencia es el signo de identificación del estado, donde se ha originado una serie de hechos, como fue el incendio de un casino, en que murieron varias decenas de personas.
Los enfrentamientos y el saldo de muertos, secuestros y violencia generalizada asustan por la frecuencia con que ocurren.
Eduardo (Robinson) Bours sonó con ser candidato presidencial y no pudo siquiera dejar un incondicional como gobernador, ya que su partido (PRI) perdió los comicios y el saldo dejado es de horror por el incendio de la guardería ABC, donde una cincuenta de niños menores de dos años perdieron la vida.
La violencia desatada por el crimen organizado fue el signo de identificación de su gobierno.
Enrique Martínez fungió cerca de cuatro años como delegado del partido en el Estado de México, por lo que cultivó una buena relación con Enrique Peña Nieto.
Manuel Ángel Núñez fue enviado como delegado del PRI a varios estados, aunque manteniendo un perfil bajo.
Tiene a su favor que Jesús Murillo Karam y Miguel Osorio mantienen una gran cercanía con el mismo EPN y pueden protegerlo políticamente.
Enrique Jackson quiso ser dirigente nacional de su partido y fue vencido por Beatriz Paredes y pasó casi seis años en el ostracismo, hasta que fue recuperado por su partido como secretario Técnico del Consejo Político Nacional de su partido.
A varios de ellos les fue mal, pero a Yarrington parece irle peor.