Informe presidencial
Ramón Zurita Sahagún jueves 30, Ago 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los informes presidenciales ya no son como antes. Ni siquiera el Presidente de la República acude a la Cámara de Diputados y del 1 de septiembre se pasó al 2 o 3 para que se celebre como lo que antaño se llamó el Día del Presidente.
Desde que los diputados dejaron atrás la subordinación que tenían ante el Ejecutivo federal, los primeros de septiembre convirtieron San Lázaro en un herradero, con jaloneos, insultos, agresiones verbales y hasta físicas.
Es cierto que en tiempos de los gobiernos de Plutarco Elías Calles, Manuel Ávila Camacho y hasta Miguel Alemán, surgieron voces discordantes con lo expuesto por el presidente en turno, pero también lo es que se convirtió en cíclico con José López Portillo. Ya a Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo les tocó lidiar con unos legisladores opositores encendidos, pero fue más terrible para Vicente Fox y Felipe Calderón.
De ahí que se rompió la tradición de que el Ejecutivo leyera su discurso ante el pleno del Congreso de la Unión y se siguiera un nuevo formato, el de que un enviado del Presidente entregue la documentación con datos y cifras de lo realizado en el año de gestión correspondiente.
Ahora el Ejecutivo procede a reunir al gabinete en pleno, los líderes de las fracciones, los gobernadores y sus invitados de lujo en una ceremonia posterior al día del informe.
En esta ocasión no será al día siguiente por ser domingo y realizarse el Maratón Internacional de la Ciudad de México, por lo que se fechó para el tres de septiembre en Palacio Nacional.
Será la última de estas ceremonias que le corresponda encabezar a Felipe Calderón Hinojosa, ya que el 1 de diciembre se procederá al cambio del Ejecutivo federal y el Presidente acudirá, si hay las condiciones necesarias a San Lázaro, para entregar la banda presidencial.
Le corresponderá a Jesús Murillo Karam pasar de mano a mano la banda presidencial, del saliente al entrante, una distinción que pocos han tenido en sus carreras políticas.
Socorro Díaz, otrora priísta y ahora entusiasta perredista, lo hizo, como también Ricardo García Cervantes y Jorge Zermeño, entre otros.
No sucede nada trascendente con los personajes en cuestión, aunque en el caso de Murillo Karam parece será diferente.
Jesús fue seleccionado por ser un político catalogado como duro y recio, pero con amplio conocimiento de lo legal, con carácter y amplia experiencia, acostumbrado a los embates de todo tipo, pero con buenas relaciones con todos los partidos.
Pero también a su favor ser parte del grupo cercano de Enrique Peña Nieto, de quien fue coordinador en su campaña por el gobierno del Estado de México, donde pasó en una cuantas semanas de un 20 por ciento desfavorable en las encuestas a superar en las urnas con amplitud a Rubén Mendoza Ayala y Yeidckol Polevnsky.
Esa decisión de que Jesús Murillo presidiera la mesa directiva de la Cámara de Diputados lo privó de encabezar la Mesa de Decanos que instaló la actual legislatura. Murillo, Arnoldo Ochoa y otros más formaron parte de la LI legislatura de la Cámara de Diputados, pero la diferencia con los otros es que Jesús tiene mayor carrera legislativa, política y edad.
Dos veces senador, otras tantas diputado, gobernador sexenal y no interino o de semanas como otros, subsecretario de Gobernación y oficial mayor de Reforma Agraria, son algunas de las cartas credenciales de Jesús.
Es cierto que Arnoldo es un eterno burócrata de partido, con incursiones en cargos de elección popular, pero la mayoría de ellos por designación o emergente.
Pero si Felipe Calderón realizará su ceremonia personal del Informe Presidencial el lunes 3 de septiembre, la que lo hará un día antes es Ivonne Ortega Pacheco, con su quinto y último informe. La gobernadora de Yucatán se despedirá con una ceremonia espectacular, a la que se espera acudan el grueso de los gobernadores, así como el ya para entonces Presidente de la República electo.
Dicen que el interés tiene pies y los políticos ven en la yucateca a un probable integrante del próximo gabinete presidencial, aunque la ubican diferentes áreas. Algunos la sientan en la Secretaría de Desarrollo Social, otros más en Turismo, los menos en Fonatur o alguna dependencia vinculada a esa rama.
Lo cierto, es que Ivonne es de las que tienen un futuro promisorio y son muchos los que se le acercan con el propósito de ser tomados en cuenta en el momento mismo que se sepa para dónde va.
La culminación del gobierno de Ortega Pacheco ocurre en medio de una gran controversia, ya que algunos la consideran como una gobernadora cumplidora, pero otros la señalan por supuestos abusos.
Sin embargo, Ivonne rinde buenas cuentas, ya que su gobierno fue reconocido a nivel internacional, al lograr la inclusión de Chichén Itzá como una de las maravillas del mundo moderno.
La obra pública también es sustanciosa y el aval hacia su gobierno se lo dieron en las urnas, ya que los electores refrendaron al PRI como partido gobernante, luego de una experiencia nada grata de un gobierno panista.
Para los priístas las noticias no fueron tan satisfactorias, ya que perdieron las dos senadurías y la alcaldía de Mérida, que retornó a manos del panismo, pero su candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, pudo superar el obstáculo y ganó.
El que se quedó en el camino fue el primo de la gobernadora, Felipe Cervera, quien no alcanzó a convertirse en senador, al perder en las urnas. El hijo de Víctor Cervera Pacheco fue derrotado como lo fue su padre en su intento por presidir el ayuntamiento de Mérida.