Signos por todas partes
¬ Juan Manuel Magaña martes 28, Ago 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Se supone que ya todos los signos están dados y que es cuestión de escasos días, si no es que horas, para darle vuelta a la página de la elección presidencial.
Esos signos indican que el Tribunal Electoral bateará todas las impugnaciones que se le han hecho a la elección, que Peña Nieto será presidente electo y que el país tendrá un nuevo comienzo, pero como el de hace varios trienios, con un Congreso deprimido y entrampado en sus minorías, que no ha servido para gran cosa.
Lo que se ve como la más remota de todas las posibilidades -ese es un signo más- es la de que el TEPJF dé por buena la impugnación de la izquierda y determine invalidar la presidencial para que el país repita su elección. Sería perfectamente posible, pero las apuestas no se cargan por ese lado.
Lo que sí tiene altas probabilidades, y como reverso de la misma moneda, es que la inconformidad sea detonada. Eso está más que cantado y ahí los cálculos son más bien un enigma: no se sabe de qué tamaño puede ser el problema fundamentalmente con los jóvenes, ni cómo pueda tratarse con ellos.
Y eso que el ambiente ha experimentado algunos buenos días de distensión. El priísta Peña Nieto ha mantenido un preferible bajo perfil, incluso López Obrador se ha quitado un poco de los reflectores y ha querido dar a entender que las cosas dependerían en gran parte de un aporte insólito del gobierno a la impugnación, y es Calderón el que ha vuelto al escenario nomás para absorber críticas bien ganadas.
Y es el Congreso el más avanzado en ir más allá de la elección. Las bancadas legislativas ya están en lo que sigue, que pinta para poco. Ayer, panistas y perredistas se reunieron en minicumbre para intentar trazar una agenda común, porque ahí viene el PRI. La barrera por delante.
Los cálculos basados en números son bien pobres. El PRI tendrá 52 senadores, el PAN 38, el PRD 22, el Partido Verde 9, el PT 4, el Movimiento Ciudadano 2 y Nueva Alianza uno.
De ello puede resultar: que el PRI, el Verde y Nueva Alianza reúnan 62 votos, es decir, tres menos para completar la mayoría simple; que el PRD, el PT y Movimiento Ciudadano sumen 28 y se queden como la tercera fuerza senatorial, pues el PAN tendrá 39 asientos, y que por ello las reformas constitucionales en el Senado tendrán que volver a sudar por acuerdos hasta ahora imposibles para lograr la mayoría calificada.
En cuanto a diputados, el PRI tendrá 207 asientos, el PAN 114, el PRD 100, el Partido Verde 34, el PT 19, el Movimiento Ciudadano 16 y el Partido Nueva Alianza 10. Las combinaciones serían: que PRI, Verde y Panal llegarían justo a los 251 votos necesarios para la mayoría simple; que PRD, PT y MC suman 135, o sea, 21 más que el PAN, por lo que en San Lázaro sí serán las izquierdas la segunda fuerza política y que las reformas constitucionales estarán como hasta ahora en chino, porque se necesitan sumar 332 diputados para lograr la mayoría calificada.
En los últimos años, cualquier gobierno, sea priísta o panista, ha estado muy necesitado de que su partido le dé grandes reformas para poder brillar. Zedillo ya tuvo dificultades con eso y no se diga Fox y Calderón, que ya vimos lo grises que han sido. Y vistas las cosas como son, el que sigue no la tiene nada fácil.