Sobre advertencia no hay engaño
Roberto Vizcaíno viernes 24, Ago 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- López Obrador habla ya, abiertamente, de la posibilidad de estallidos sociales
- Argumenta que el pueblo está inconforme y que si no se invalida la elección, provocaría una reacción
- AMLO lo dice y los demás lo repiten, para hacer un coro en el que no hay duda
En los hechos, este es el último fin de semana que viviremos relativamente tranquilos los mexicanos.
A partir de hoy, comienzan a correr los 12 días quizá más complicados dentro de este 2012 para quienes habitamos esta sufrida República.
Y es que el jueves 6 de septiembre se vence el plazo legal para que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación califique la elección presidencial y declare ganador oficial en esta contienda.
Si nos atenemos al discurso de Jesús Zambrano, dirigente nacional del PRD; de Alberto Anaya, el jefe histórico del PT, pero sobre todo de Andrés Manuel López Obrador en los días recientes, no hay que ser adivino para advertir que la calificación presidencial terminará en un conflicto en las calles y plazas del país.
Por lo pronto, todo nos indica que a partir de este lunes 27 y hasta el jueves 6 (si es que los magistrados no deciden dar su fallo antes), las amenazas de estos y otros personajes de la supuesta izquierda mexicana, agrupada ahora en eso que denominan Movimiento Progresista, con López Obrador a la cabeza, arreciarán y trasladarán hacia sus bases los elementos del conflicto.
Hay que recordar cómo hace 6 años este mismo López Obrador ordenó sitiar al Trife y cómo sus seguidores llegaron incluso a agredir a ciudadanos, periodistas, autoridades y personal del tribunal además de pretender escalar bardas y lanzar objetos a edificios y vehículos para crear un clima de amedrentamiento.
Y de cómo encabezó luego él mismo una marcha hacia San Lázaro y luego hacia el Auditorio Nacional, para obstruir la llegada de Felipe Calderón. Dentro del Salón de Plenos de la Cámara de Diputados se vivió la confrontación, los golpes, el cierre de puertas y una violencia que por poco y logra impedir la toma de posesión del nuevo presidente. Si lo hubiese logrado, el país hubiera entrado en un conflicto constitucional nunca antes visto.
Aquello hoy es historia y confirmación de los riesgos que representa López Obrador para la vida democrática y la constitucionalidad del sistema.
EL AHORA
Hoy, conforme se acerca el día de la calificación de la elección presidencial, todos ellos dejaron atrás sus promesas de que respetarían el fallo del Trife cualesquiera que este fuese, para pasar a advertir y amenazar. Nada nuevo en los de las izquierdas el cambiar de ideas y de abandonar promesas para irse al conflicto.
Nada más hay que rescatar las declaraciones hechas por López Obrador al periodista Ricardo Rocha el miércoles anterior a las elecciones presidenciales del 1 de julio, y publicadas como la nota principal de “El Universal”, en que AMLO afirma que él no veía en ese momento, a 3 días de la elección, la posibilidad de un fraude en este proceso, para entender que el tabasqueño y los suyos, como la veleta, cambian en minutos de rumbo, según el viento que les toque.
Así las cosas, luego de que a lo largo de esta semana Zambrano, Anaya y López Obrador alimentaron a los medios informativos con sus advertencias, verdaderas amenazas a los magistrados del Trife, a quienes responsabilizaron de un posible estallido social en caso de no invalidar la elección como el tabasqueño lo exige, escondieron la mano y se evadieron bajo el argumento de que sus comentarios sólo expresaron el sentir de los mexicanos de la calle, quienes –afirman-, viven la inconformidad.
Silvano Aureoles, senador saliente y líder de la próxima bancada de diputados del PRD en San Lázaro, afirmó que su líder nacional, Jesús Zambrano, nunca llamó a la rebeldía y que su señalamiento sobre un posible estallido social, responde a lo que él percibe de los mexicanos.
Y agregó:
“Lo que dijo el presidente (del PRD, Jesús) Zambrano es que hay ese riesgo (el del estallido social) y el riesgo de que varios sectores de la población estén inconformes y de que se expresen, no depende de nosotros”, subrayó.
LA ESCALADA
No dice Aureoles que AMLO y ellos son quienes alimentan a sus seguidores del veneno de la irracionalidad.
Para entender esto, hay que hacer un repaso de lo dicho por el tabasqueño en este mes. El 7 de agosto López Obrador comenzó a apretar el cerco alrededor del cuello de los magistrados del IFE al indicar que “el futuro del país depende de la decisión de ellos”, porque, dijo, “una sentencia desdichada” puede llevarlos a perder la confianza de los mexicanos.
Y les sugirió reflexionar respecto de que la decisión correcta sería dictar la invalidación de la elección presidencial, como él lo reclama.
Agregó:
“La supuesta democracia nacional no puede estar tutelada por los poderes fácticos… en una democracia efectiva todos debemos valer igual y no debe prevalecer el valor del dinero.
“La democracia es el sustento básico de los tribunales, y no se puede perder la confianza por una desdichada sentencia, recuperar la confianza no solamente es fundamental para los tribunales, sino para la República… el futuro de la nación depende de ustedes”, sentenció.
El domingo 12 le subió el tono de sus advertencias al Trife al indicar que no aceptaría ninguna argucia legaloide que derivara en una violación a la Constitución. Por supuesto que esa “violación” sería la de no invalidar la elección, es decir, darle el respaldo al triunfo de Enrique Peña Nieto.
Días después arremetió de nuevo contra el Trife al indicar que es su responsabilidad “insistir tercamente para que se haga valer la Constitución, para que con todas las pruebas que hemos presentado, el Tribunal Electoral resuelva por la invalidez de la elección presidencial” y comenzó a hablar de la necesidad de designar a un presidente interino que convoque a nuevas elecciones.
Junto con el palo arrojó el dulce: “Es la oportunidad para iniciar otra etapa, haciendo valer la legalidad y la auténtica democracia… estamos actuando con responsabilidad, hemos presentado todas las pruebas, hay miles de pruebas, este es un ejemplo, esta exposición, y terminando, me dicen los organizadores, con este acto, se va a reunir todo y el día de mañana se va a entregar al Tribunal Federal Electoral, para que no digan que no hay pruebas”.
El miércoles pasado, le exigió al presidente Felipe Calderón dar a conocer una supuesta información que confirma la compra de votos por parte de Peña Nieto.
Y le dijo que sería un “delito equiparable a traición a la patria”, si no lo hacía e insistió en que habría consecuencias muy graves si el Trife decidía avalar la elección.
En una conferencia de prensa por esos días, e interrogado respecto a qué significa eso de “consecuencias graves”, López Obrador respondió:
“Bueno… si se impone a Peña Nieto, pues se estaría destruyendo la posibilidad de vivir en un sistema democrático bajo el mandato de la Constitución y de las leyes. Sería establecer de facto un régimen totalitario para favorecer a una minoría y yo diría algo más para favorecer a una banda de malhechores.
“Entonces hay que hablar así, ya no se puede decirlo de otra manera, por eso vamos a esperar a que el Tribunal resuelva”.
-Pero… ¿estallido social?
“Vamos a esperar, vamos a esperar a ver qué responde Calderón, tengo información de que él sabe cómo se manejó todo el dinero del PRI en el sistema bancario”, argumentó.
-Pero… ¿ayer los dirigentes del Movimiento Ciudadano, hablaron de la posibilidad de un estallido social?, se le insistió.
“Es que la verdad, desgraciadamente, lo que viene… si se consuma la imposición, es más sufrimiento para el pueblo de México, es más violencia, es más inseguridad”, subrayó.
-Pero… ¿tanto como un estallido social?, insistieron los reporteros.
“Es que ya hay una gran descomposición social, es que… es que a ustedes no sé qué pasa, qué pasa, es que estamos viviendo ya en una situación de emergencia nacional, hay miles de muertos por este régimen de corrupción y prologar este régimen de corrupción lleva a que se agrave esta situación”, respondió irritado.
Ahí queda para el registro. Lo que está anunciando es que podría llevar a sus inconformes a una situación extrema de estallidos sociales en el país bajo el argumento de que se violó la Constitución.
De ahí que entre hoy y el jueves 6 de septiembre viviremos momentos cruciales.