Cargada, a medias
¬ Augusto Corro lunes 30, May 2011Punto por Punto
Augusto Corro
- Falta aprendizaje a panistas
- Incredulidad de aspirantes
- Son “grises y débiles”: Pascual
La semana pasada 134 panistas, a través de una carta destaparon al secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, como precandidato a la Presidencia de la República.
El hecho fomentó inquietudes, angustias e incredulidades. Como en la más pura tradición priísta, los azules optaron por el madruguete, para presionar el “yo sí quiero” del funcionario mencionado.
Sin embargo, se trató de un destape a medias, si lo comparamos con los actos priístas en la época de los dinosaurios.
Por ejemplo, en una de esas acciones, don Fidel Velázquez, amo y señor del sindicalismo, desde su sede cetemista, en las calles de Vallarta, soltaba el nombre del ungido para candidato presidencial, e inmediatamente se desataban los pronunciamientos.
En un acto multitudinario, los sectores obrero, campesino y popular se daban cita en el Zócalo capitalino, para manifestar su apoyo al candidato beneficiado con el dedazo del presidente en turno.
El ritual político se cumplía al pie de la letra y todos felices. Quienes se retiraban del escenario político eran los perdedores, quienes, de todas maneras, tarde o temprano recibirían su recompensa, porque sabían que el candidato priísta sería, sin la menor duda, el primer mandatario.
El destape o madruguete, la cargada, los pronunciamientos y las resignaciones de los perdedores formaban parte de ese gran juego político priísta, que el escritor Mario Vargas Llosa denominó como una dictadura perfecta.
En el PAN, el destape de Ernesto Cordero está visto, fue diferente, aunque persigue los mismos fines: ser candidato a la Presidencia de la República en el 2012. Aunque los panistas copian fielmente lo negativo del PRI para aplicarlo en su gobierno y partido, no todo les sale bien, entre otras cosas, porque están divididos.
Por un lado. se encuentran miembros del gabinete que anhelan la candidatura panista: Ernesto Cordero, titular de Hacienda; Desarrollo Social, Heriberto Félix; Del Trabajo, Javier Lozano, y Alonso Lujambio, de Educación. Por otro, el senador Santiago Creel; la diputada Josefina Vázquez Mota y el gobernador jalisciense,Emilio González.
Las reacciones que siguieron al destape sirvieron para medirle el agua a los camotes y las acciones que vendrán inmediatamente, antes que se agudicen más las divisiones entre los panistas, porque mientras unos piensan que se trata de un hecho consumado la candidatura de Ernesto Cordero, otros no aceptan una imposición, es decir, el “dedazo” presidencial.
Es posible que el más afectado por el madruguete sea el senador Creel Miranda, porque él encabeza, según la puntuación de las encuestas, la lista de precandidatos. El legislador dijo que ese tipo de pronunciamientos pertenecen más bien a otros partidos políticos, y en el PAN no funcionan. Dijo que no le preocupan los “dados cargados”.
Además, pidió a la militancia del PAN rechazar, “por dignidad”, cualquier práctica autoritaria dentro de ese organismo político, como el “intento de imponer una línea, manipuleo o cargada” en la contienda interna para elegir al candidato albiceleste a la Presidencia de la República.
La diputada Vázquez Mota exigió “piso parejo” para la competencia interna y afirmó que seguirá con su agenda de trabajo y que confía en que desde la dirigencia nacional panista se garantice la igualdad de condiciones a todos los aspirantes a la candidatura presidencial.
El gobernador Emilio González manifestó, al hablar sobre el destape, que en el blanquiazul decide la militancia y no los altos jerarcas. Pidió a Calderón Hinojosa no sesgar la contienda interna del partido para nadie de los aspirantes.
El secretario del Trabajo, Javier Lozano, dijo que llegado el momento el blanquiazul deberá evaluar quién puede ganar la contienda, no quién es el más popular.
Alonso Lujambio, titular de Educación, señaló que no cree que Cordero sea el candidato del presidente Calderón, “porque en mi partido no tenemos esa cultura y precisamente esa (la cultura de la cargada) es la que combatimos durante muchos años y no vamos a caer en ella”.
Añadió: “lo que a mí no me gusta como panista es la cultura de la cargada. No creo en eso, y no creo que debamos seguir nunca esa tradición que no es nuestra, creo que es muy importante que nosotros deliberemos y contrastemos opciones. Manuel Gómez Morín, fundador de nuestro partido, hablaba de mover las almas, llegar a las conciencias y convencer, y creo que eso espera el panismo: argumentos, movimientos de almas y convencimiento”.
El presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, no quiere meterse en problemas y, como si nada, dejó que ocurriera el madruguete, sin asumir una postura condenatoria. Simplemente pidió a los aspirantes respetar los tiempos. Su tibieza como dirigente panista el traerá problemas difíciles de superar.
El destape de Cordero se presentó en un momento muy importante en la esfera nacional de la economía. Para empezar, el actual titular de Hacienda tendrá que dejar el cargo, porque el próximo mes de septiembre será presentado el Presupuesto de la Federación 2012.
De seguir en ese puesto, las presiones de los adversarios convertirán en una serie de escándalos, por lo políticamente inaceptable: el candidato panista virtual a la Presidencia de la República despachándose con la cuchara grande las asignaciones presupuestales.
Los aspirantes panistas, la jerarquía política y Felipe Calderón Hinojosa participan en una lucha campal que habla muy mal de la democracia en esa organización política. El PAN, por lo que usted quiera y mande, empezó a perder seguidores. Quienes compiten para la candidatura presidencial, según palabras del ex embajador Carlos Pascual, son “grises y débiles”.
Quizá esas fallas en los precandidatos azules provocaron un escenario en el que privan la incertidumbre y la desconfianza. Salvo Creel, los demás aspirantes no tienen madera para participar en las elecciones presidenciales. No lograron crecer. No en balde se les califica como los “enanitos” de “Blanca Nieves”.