Felipe Calderón reconoce lentitud e ineficacia contra el crimen
Nacional jueves 16, Dic 2010- Acepta el Presidente que el caso Wallace evidenció la falta de atención y sensibilidad de las autoridades; pide cerrar filas contra la delincuencia
El presidente Felipe Calderón reconoció que el caso de Hugo Alberto Wallace evidenció la falta de atención, sensibilidad, lentitud o ineficacia de las autoridades en el combate a crímenes como el secuestro, y ofreció combatir al crimen, pero sin tolerar que en esa tarea la autoridad atropelle garantías individuales.
Al entregar el Premio Nacional de Derechos Humanos 2010 a Isabel Miranda de Wallace, Calderón dijo:
“Su caso ha puesto de manifiesto la barbarie con la que actúan estos criminales, la urgencia de que los mexicanos cerremos filas para poner un alto a la delincuencia y a la impunidad, particularmente en este delito del secuestro, y también evidencia la falta de atención, de sensibilidad, la lentitud o la ineficacia, son muchas expresiones que pueden caracterizar a las autoridades, atendiendo un caso específico, o muchos casos específicos, como los que han ocurrido en el país”.
Ofreció que en el combate al crimen organizado la autoridad viole la ley o los derechos humanos.
“Nosotros partimos de la premisa de que la impartición de justicia y la defensa de los derechos humanos no son excluyentes. Y por eso no toleraremos que se combata al crimen violando la ley ni admitiremos que se aplique la ley atropellando garantías individuales”.
“Sólo habrá justicia, como bien decía el doctor Raúl Plascencia, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), cuando los servidores públicos cumplamos con el deber que tenemos encomendado”, añadió Calderón.
La causa abanderada por Miranda, expuso Calderón, “estoy seguro que es la causa de todos los mexicanos”.
El titular del Poder Ejecutivo federal consideró excelente idea la de construir un memorial de las personas víctimas de plagio.
Reconoció también la idea de la importancia vital de defender a las víctimas del secuestro, “las grandes olvidadas de la procuración de justicia durante años en el país”.
Con su tenacidad, Isabel Miranda envió un mensaje fuerte y claro a toda la sociedad: “Nadie, bajo ningún motivo, bajo ningún pretexto, bajo ninguna circunstancia, debe escapar de la acción de la justicia”.
Aquí está, dijo Calderón, “una prueba indiscutible del enorme poder que tiene la ciudadanía para transformar a México”.
El derecho a las libertades, explicó el mandatario, es lo que lo mueve a combatir frontalmente a la delincuencia, pero recalcó la urgente necesidad de la participación ciudadana como motor para fijar políticas de Estado.
“Sin la suficiente capacidad de asombro, el involucramiento y la participación de menores, incluso niños en los actos más crueles y despiadados de violencia que no puedo calificar formalmente de criminales, eso dependerá de los jueces, pero es una violencia que está, precisamente, en el corazón de nuestra sociedad y que hay que erradicarla de ahí”.
Para ello, indicó, es necesario educación, prevención, participación ciudadana, promoción de una cultura de la legalidad y una vuelta a valores fundamentales de respeto a la vida, al trabajo, a la responsabilidad.
Muchos jóvenes, adujo, no tienen oportunidades pero también “necesitamos un verdadero esfuerzo social, de gobierno, para poder crear ese ambiente que restituya la tranquila convivencia”.
Calderón ofreció a Isabel Miranda retomar “como puntual su señalamiento para fortalecer la Subprocuraduría de Investigación en Delincuencia Organizada (Siedo)”, que como otras requieren de un enorme esfuerzo de revisión, depuración y fortalecimiento.
“Necesitamos todos poner los ojos y nuestra exigencia para que en todo el país, en todos los órdenes de gobierno, en todas las policías, en todas las procuradurías, en todos los tribunales de justicia, en todas las instancias competentes de la seguridad y la justicia en México haya un esfuerzo similar en donde no descansemos todos los mexicanos hasta tener las instituciones de seguridad y justicia que merecemos”.
Porque, agregó, “es ahí donde se ha incubado la impunidad de la delincuencia; es ahí donde los mexicanos tenemos truncos nuestros instrumentos y nuestra capacidad para alcanzar a los delincuentes”.
Isabel Wallace pide a FCH despolitizar reuniones de seguridad
Isabel Miranda de Wallace recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos 2010 y, visiblemente emocionada, señaló lo que todos saben: “el motivo de haberme involucrado en temas de seguridad es el más doloroso de mi vida: el secuestro y muerte de mi hijo Hugo Alberto Wallace”.
Expresó que su caso es un claro ejemplo de que las autoridades y la sociedad deben de trabajar en equipo, pues las primeras por sí solas nunca hubieran encontrado a los responsables del secuestro de Hugo Alberto, y ella “hubiera tenido que hacer justicia por mi propia mano, alejándome de quien soy, convirtiéndome en un verdugo”.
Expuso que los ciudadanos necesitan a las autoridades para que garanticen las condiciones de seguridad, justicia y libertad que hacen falta a México, mientras que las autoridades requieren de los primeros “para que la realidad del país nunca sea la anarquía y el colapso nacional”.
Ante el presidente Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala, así como el titular de Gobernación, José Francisco Blake Mora, y el presidente de la CNDH, Raúl Plascencia Villanueva, hilvanó un discurso con algunas críticas al sistema de seguridad y justicia y pidió que no se tome su crítica como alusión al Ejecutivo Federal.
“Tome mi crítica como una reflexión hacia todas las autoridades de los tres Poderes y de los tres órdenes de gobierno, y también como un llamado a la responsabilidad de todos los ciudadanos que, con su apatía, hemos permitido que estemos viviendo el México inseguro que tenemos”, concluyó.
“Para lograr que México sea un país con pleno respeto a los derechos humanos, es claro que necesitamos mejores gobiernos. Es más, me atrevo a decir: necesitamos mejores ciudadanos. México necesita volver a sentar las bases de su sociedad”, indicó.
Desde su punto de vista, la solución a los problemas empieza en la residencia presidencial, en las reuniones del Gabinete de Seguridad, las cuales, anotó, “es necesario despolitizarlas y ciudadanizar la toma de decisiones”.
Aseguró que si México hubiera sido un lugar seguro y con un sistema judicial que realmente desincentivara el crimen, “Hugo jamás hubiera sido secuestrado y yo no hubiera emprendido la causa que me hizo merecedora a recibir esta condecoración”.
“Si México no hubiera perdido el rumbo hace muchos años, hoy tendríamos mucho más empleos y condiciones diferentes para los mexicanos. Por esta razón yo me pregunto si no es el momento para detenernos y reconstruir nuestro sistema político y social en vez de reparar lo irreparable”, expuso.
Consideró que se debe replantear el rumbo y analizar de qué elementos se dispone para hacer de México un país sano, productivo y seguro.
Se necesita, abundo, un nuevo pacto social donde los políticos y autoridades puedan ponerse de acuerdo sin sacrificar los intereses de la sociedad, y donde a los ciudadanos se dote de mayores herramientas para expresarse, proponer e involucrarse en la toma de decisiones.
Dijo estar convencida que la participación de todos y cada uno de los mexicanos es la única salida que queda para superar las condiciones en las que se encuentra el país.