El “destape” de Claudia
¬ Augusto Corro lunes 3, Jul 2017Punto por punto
Augusto Corro
Nos falta por ver el desenlace de la pugna por la candidatura morenista en la Ciudad de México. Será muy interesante.
La lucha por el poder tiene a tres personajes enfrentados: Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum, delegados en Cuauhtémoc y Tlalpan, y Martí Batres, presidente de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en la capital.
Los tres políticos son gente cercana a Andrés Manuel López Obrador, dueño de esa organización política. En este caso, la pregunta es la siguiente:
¿Por quién se inclinará el tabasqueño? Este es el tema a analizar.
De los delegados, Monreal desde que asumió el cargo de delegado gritó a los cuatro vientos que estaba decidido a llegar al gobierno de la Ciudad de México. No quitó el dedo del renglón.
Aunque se suponía que otros morenistas también deseaban gobernar en la capital se guardaron sus inquietudes y no las manifestaron.
Pero ahora, ya son dos más personajes, ambos con una fuerte presencia política en la cúpula del poder de Morena: Claudia y Martí.
De estos dos. La delegada es cuestionada por su destape. ¿O sea, que Monreal sí podía hacerlo anunciar sus proyectos políticos y ella no?
Pues resulta que la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena inició una investigación a los jefes delegacionales de Azcapotzalco, Tláhuac y Xochimilco, por expresar de manera pública su apoyo a Claudia.
El propio Martí Batres también externó su deseo de contender por la jefatura de gobierno capitalino. No tuvo problema por su destape.
Los tres morenistas Monreal, Claudia y Martí con autorización o no del propietario de Morena, López Obrador, ya se encuentran de lleno en plena precampaña política.
¿Se brincó las trancas la delegada Claudia o los delegados que la destaparon? ¿La férrea disciplina del tabasqueño no funcionó en el primer nivel de allegados? ¿Qué tanta es la libertad política que se practica en Morena? ¿Continuará el divisionismo de la izquierda en Morena? La delegada llamó a su partido a no caer en el encono o en una disputa entre grupos. ¿Habrá eco a las palabras de la aspirante al gobierno capitalino?
Ya veremos. Lo que sí se pronostica es una guerra sin cuartel entre la cúpula morenista por el gobierno capitalino, el segundo hueso más importante en el poder político. De ahí que los aspirantes, por ahora tres, echarán mano de todos sus recursos para lograrlo. No importa que el dueño de ese instituto político los apoye o los rechace.
OCUPADOS EN EL FRENTE
Los perredistas, panistas, etc., se encuentran muy ocupados en la construcción del denominado Frente Amplio Democrático (popular, etc.). En las diferentes tribus que integran al PRD se hacen pronunciamientos a favor o en contra de ese proyecto.
No todos los grupos se inclinan por las alianzas políticas. Hay rechazos y aceptaciones. El hecho real es que el tema se encuentra sometido a su análisis, como asunto de mayor importancia.
Claro que es importante porque el PRD se encuentra en situación difícil. En vías de extinción para ser preciso. De ahí que no importa aliarse con el partido que sea para mantenerse con vida.
Es tal la desesperación de los amarillos que piensan en una coalición con el Partido Acción Nacional (PAN), de ideología, principios y convicciones diferentes, para las elecciones presidenciales del 2018.
La corriente Nueva Izquierda, propiedad de “Los Chuchos”, se reunió para evaluar el asunto de las alianzas. Vieron la posibilidad de la derrota si van solos en los comicios presidenciales.
La disputa por apoyar o no a la alianza, entre otras con Acción Nacional, tiene muy movidas a las tribus perredistas, en una lucha que refleja una imagen negativa del partido. Proyectan una falta de unidad total; pero algo tendrán que hacer para levantar de la lona al PRD.
Como se informó, los líderes del PAN y del PRD promueven la alianza en un frente, que según los analistas, el ganador de esa coalición será el partido blanquiazul, en caso de concretarse. Porque es más fuerte la organización panista que la perredista. Y si de escoger al candidato se trata, el PAN podría designar como su abanderada a Margarita Zavala de Calderón, la esposa de Felipe Calderón, que sería rechazada automáticamente por las tribus perredistas.
Por otra parte, los panistas no aprueban algunas políticas sociales de los amarillos; pero ante la debilidad de ambos partidos, las ideologías, principios y convicciones se pueden a hacer un lado. Qué más da.