Periodista asesinado en Sinaloa
¬ Augusto Corro martes 16, May 2017Punto por punto
Augusto Corro
El periodista Javier Valdez Cárdenas fue asesinado en Culiacán, Sinaloa.
Valdez Cárdenas, corresponsal de “La Jornada” y redactor del semanario estatal “Río Doce”, fue baleado desde un vehículo.
El comunicador caminaba por la avenida Riva Palacio, cuando fue agredido.
Valdez Cárdenas también se dedicaba a escribir libros. Entre sus obras se encuentran las siguientes: Narcoperiodismo, la prensa en medio del crimen y la denuncia, Huérfanos del Narco, Los Morros del Narco, Miss Narco y Con una granada en la boca.
Del año 2000 a la fecha, 107 periodistas fueron asesinados. Los asesinos no fueron detenidos.
Entre 2004 y 2013 México ocupó el séptimo lugar a nivel mundial y el primero en Latinoamérica de 13 países, donde los comunicadores fueron ultimados y los autores intelectuales siguen libres.
En algunos estados como Tamaulipas, Chihuahua, Sinaloa, etc., los medios de comunicación y sus representantes se encuentran a merced de la delincuencia, que usa la violencia para intimidar a los periodistas.
En los sitios controlados por la narcodelincuencia, los periodistas viven amenazados por los capos de los cárteles de la droga y los caciques. Se trata de una realidad aterradora que parece interminable.
Palabras al viento
El sábado en la tarde un grupo de periodistas fueron retenidos y asaltados en el estado de Guerrero.
Tras intimidarlos con matarlos a los comunicadores les quitaron una camioneta y sus equipos de trabajo.
Se reconfirmó que la mencionada entidad es una de las más peligrosas para el ejercicio del periodismo.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) condenó la agresión y la Procuraduría General de la República informó que ya se investiga el caso.
Los pronunciamientos de la CNDH quedarán en simple condena y al paso de los días todo quedará en el olvido. Está comprobado que a nadie le interesa proteger las vidas de los periodistas. La PGR también informó que investiga el asalto a los reporteros de medios locales, nacionales e internacionales, ocurrido en el municipio de Acapetlahuaya, en la región de Tierra Caliente.
El grupo de comunicadores estaba integrado por Sergio Ocampo y Jair Cabrera, corresponsal y fotógrafo de La Jornada; y Hans Máximo Musielik, de Vice News; Pablo Pérez García, de Hispano Post; Jorge Martínez, de la agencia QuadratÍn; Angel Galeana, de Imagen TV; y Alejandro Ortiz, del diario Bajo Palabra.
El impresentable gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, dijo que los responsables de la multicitada agresión son elementos de “La Familia Michoacana”.
El domingo, más de cien periodistas condenaron la retención y asalto al grupo de representantes de los medios.
En otras zonas de México más de cien periodistas perdieron la vida en la última década. En la mayoría de los casos, los delincuentes siguen libres.
La condena de la CNDH y la investigación de la PGR no llevarán a ningún lado, pues se trata de manifestaciones demagógicas.
JOSEFINA Y LA DERROTA
El primer domingo de junio próximo, Josefina Vázquez Mota volverá a sentir el dolor de la derrota.
Las encuestas señalan ya a la panista como la perdedora en las elecciones del Estado de México.
No pudo levantar vuelo y es posible que termine en el último lugar de las preferencias electorales.
Las razones de su derrota son múltiples, pero una de ellas obedece a que el líder de su partido, el joven “maravilla”, Ricardo Anaya, la abandonó. No sería nada extraño. En las últimas elecciones presidenciales, a Josefina Vázquez Mota le tocó competir en representación de Acción Nacional.
A la blanquiazul le fue muy mal. Quienes debieron ser sus principales apoyadores le dieron de puñaladas. Hablo de Vicente Fox, el ex presidente panista, quien sin rubor alguno, declaró sus simpatías por otro candidato.
En la misma situación estuvo el entonces mandatario, Felipe Calderón Hinojosa, quien pudo ayudar a Josefina a hacer un mejor papel como abanderada blanquiazul.
Pero como su “delfín” fue repudiado por los panistas, el michoacano se vengó y abandonó a su suerte a la aspirante a la candidatura presidencial.
¿Repetirá la historia Ricardo Anaya? ¿Por qué Josefina es objeto de traición? ¿Ella se presta como perdedora? ¿Qué beneficios obtiene con esa actitud masoquista?
Aunque parece que en esta ocasión, Josefina no será la única perdedora, pues su líder, Ricardo Anaya, sabe muy bien que los panistas no tienen opciones de triunfo, pues se desplomó la candidatura de su abanderada.