Uniendo antagonismos, SNTE y CNTE
¬ José Antonio López Sosa viernes 8, Jul 2016Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
El gobierno de la República ha tenido la habilidad de unir antagonismos en su contra, luego de décadas de caminar por senderos distintos, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) están buscando una alternativa a la reforma educativa planteada y aprobada en la presente administración.
No es cosa sencilla que dos caras tan distintas del sindicalismo mexicano estén en el mismo tenor —con diferentes variables y acciones—, con un tema presionando al gobierno federal a dialogar, actuar y sobre todo, resolver.
Resulta muy sencillo señalar a estos movimientos como una “bola de huevones”, como no cesan de señalar en redes sociales, quienes manifiestan ello tienen a sus hijos en escuelas particulares o bien, en escuelas oficiales en la Ciudad de México con maestros que dan clases y no padecen la precariedad de la sierra norte de Oaxaca o de la región de Istmo de Tehuantepec o la montaña en Guerrero.
Hay que salir un poco de nuestra zona de confort y entender el panorama nacional.
Hay que tomar en cuenta por un lado lo que transformó a los maestros en activistas políticos (“El efecto boomerang de los maestros” 28 de junio en esta columna https://www.diarioimagen.net/?p=276488 ) y hay que recordar que se trata de uno de los gremios más golpeados económicamente, donde a través de los años se le dio poder a la lideresa del sindicato (Elba Esther Gordillo) y se hizo permisible la corrupción, sobre todo en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón.
El tema está sobre la mesa, la reforma educativa, que más que educativa es una reforma laboral para el sistema educativo nacional.
Hay puntos muy claros donde el gobierno tuvo que revisar, como la homogeneidad de un examen sin importar la región del país, si se trata de una escuela urbana o rural, también el hecho que los mismos gobiernos estatales tienen cuotas de poder dentro del magisterio, en fin, hay decenas de puntos que deben revisarse para que la educación, sea en efecto una prioridad para gobierno y maestros.
La política precisamente da esos recursos, la negociación entre ellos para poder llegar a acuerdos que prioricen el bien común y no una necesidad política, ni de un lado ni del otro, ¿por qué no usó esa herramienta del diálogo antes Emilio Chuayffet y Aurelio Nuño?, ¿por qué siempre esperar a que reviente el conflicto para querer darle solución?, ¿por qué meter a la fuerza pública cuando hay un conflicto legítimo?
Este conflicto magisterial puede volverse tan grande o tan pequeño dependiendo de la habilidad de ambas partes para dialogar y llegar a acuerdos sustanciales. La sordera de un lado o del otro es un paso a la catástrofe.