Luego no se quejen, legisladores
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 17, Dic 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Que no se quejen que son repudiados. Llegan con las manos vacías al final de un periodo de ordinario de sesiones porque, se justifican, “no tenían materia de trabajo”. Los diputados, así, sólo fueron el último día, el lunes, a medio calentar con las asentaderas la curul.
Los senadores otro tanto. Deciden clausurar abruptamente el periodo, por la sencilla razón de que no había quórum. Como si en este país no hubiera problemas, carencias, urgencias. Pero nuestros legisladores son flojos, retorcidos, desvergonzados y algo cínicos.
Nada, sobre el sistema anticorrupción que tanto le urge al país. Ninguna respuesta para el pliego petitorio que les entregaron los padres de los desaparecidos de Ayotzinapa. Nada, sobre la reforma política del Distrito Federal, de la que dependen derechos de millones de ciudadanos.
Que se pudra todo porque los legisladores ya bajaron la cortina y regresarán hasta el próximo año… si es que no pasa algo grave como el caso Iguala, que para ellos ya se empieza a olvidar.
Pero a veces parece que las cosas van juntas con pegado. Mientras los senadores y diputados duermen o juegan o simplemente se rascan el ombligo, hay otros que fácilmente les comen el mandado. Raúl Salinas de Gortari -informaron los diarios- quedó limpio ante la justicia. El viernes, antes de irse de vacaciones, el encargado de un tribunal lo exoneró en definitiva del delito de enriquecimiento ilícito.
Ayer se leía en el “Reforma”: “Al resolver la apelación 180/2013, interpuesta por el actual procurador, Jesús Murillo Karam, el Tercer Tribunal Unitario Penal del DF, que lleva un mes sin titular, consideró que la PGR no acreditó que el incremento de la riqueza de Salinas sea producto de actos de corrupción como funcionario”.
De ese modo, el fallo puso punto final a 19 años de acusaciones penales contra el hermano del ex presidente Carlos Salinas, al absolverlo en forma definitiva e inapelable de un enriquecimiento ilícito estimado en 224 millones de pesos, el último de los expedientes que tenía abierto.
Los agravios o alegatos que presentó la PGR en la apelación resultaron insuficientes para revertir la sentencia absolutoria dictada el 19 de julio de 2013 por el juez federal Carlos López Cruz, cuyo fallo fue ratificado.
La presunción de la PGR era que el enriquecimiento provenía de la partida secreta de la Presidencia, de la que se desviaron 2 mil 218 millones de pesos entre 1990 y 1994 por órdenes del entonces director de Administración de Los Pinos, Ernesto Sentíes, muerto en 1998.
Sin embargo, la Procuraduría nunca pudo probar su acusación. El tribunal que ahora dictó la sentencia favorable no tiene titular desde el 15 de noviembre, cuando la magistrada Martha del Carmen Hernández -ex subprocuradora del Estado de México en el gobierno de Enrique Peña- fue nombrada consejera de la Judicatura Federal.
En lugar de Hernández quedó como encargado de despacho el secretario Fermín Cotero, quien, de acuerdo con fuentes del Poder Judicial de la Federación, finiquitó el caso Salinas y el mismo viernes salió de vacaciones.
En este último expediente, la PGR lo acusó de adquirir 49 bienes inmuebles en el DF, Edomex, Guerrero, Morelos y otras cinco entidades, con recursos que sobrepasaban sus ingresos como funcionario. En suma, la PGR calculó en 224 millones de pesos el supuesto enriquecimiento ilícito.
Raúl es inocente según un tipo en un juzgado, aunque jamás pueda probar de dónde sacó semejante riqueza. Seguirá siendo rico e impune, así los diputados o senadores pongan luego en la ley que habrá extinción de dominio sobre las propiedades mal habidas.