“Con la Iglesia topas, Sancho”
¬ Gustavo Mora martes 25, May 2010Nostálgicos y acelerados
Gustavo Mora
No es la primera vez en las últimas tres décadas que el clero mexicano se quiere poner con Sansón a las patadas y amenaza al gobierno con tomar medidas que involucrarían a la cada vez menos cantidad de feligreses que le quedan.
Allá por los años setentas, el obispo de Ciudad Júarez, Manuel Talamás Camandari, amenazó con una guerra de cultos y quiso cerrar los templos de Ciudad Júarez y del estado de Chihuahua en protesta por un supuesto fraude electoral. Tuvo que intervenir el Consejo del Episcopado Mexicano para frenar al impetuoso purpurado.
Esta vez, el pretexto es sabotear el Censo Nacional de Población y Vivienda con el fin de que una de las preguntas que se harán a los encuestados no incluye la denominación completa de Iglesia Católica, Apostólica y Romana (hace años que los creyentes echaron tache a lo de Romana).
Pero los curas que promueven el sabotaje al Censo Nacional de Población y Vivienda 2010 no se han contado y de lo que tratan es de tomar revancha por las atrocidades de los Legionarios de Cristo y el problema de la pederastia que cometen quienes violaron el voto de castidad.
La Secretaría de Gobernación, que lleva las relaciones oficiales con el clero, debe tomar cartas en el asunto por más que Fernando Gómez Mont ande tan triste, preocupado y apurado por la desaparición de su amigo y socio de bufete, Diego Fernández de Cevallos. Lo primero es cumplir con la chamba, por más que Alberto Cortés cante con tanto sentimiento: “cuando un amigo se va…”.
El Consejo Nacional del Partido Acción Nacional más bien pareció una sesión del Consejo Municipal de Tingüindín.
El consejo es un órgano supremo que toma decisiones importantes y al más alto nivel. Y los consejos municipales son adultos chiquitos que casi dependen de la voluntad del gobernador del estado.
El calderonismo impuso su ley y voluntad a los dóciles consejeros panistas metiendo a varios colaboradores del presidente Felipe Calderón Hinojosa, con otra pequeña parte del grupo radical de “El Yunque” y casi nadie afín al dirigente nacional, César Nava.
Cuando el PRI era gobierno, los presidentes de la República jamás asistieron a las reuniones del Consejo Nacional, aunque sí hacían acto de presencia en los aniversarios del partido. Los secretarios de Estado tampoco estaban presentes y mucho menos peleaban los cargos de consejeros. Y el de Gobernación, tenía expresamente prohibido meter la mano en estas reuniones, aunque Luis Echeverría Álvarez daba consigna a los gobernadores para que estuvieran ausentes en la salida de Lauro Ortega Martínez como dirigente del Comité Ejecutivo Nacional y presidentes, al día siguiente, en la toma de posesión de Alfonso Martínez Domínguez, con el que rompió dos años después.
Pero Fox y Martha sí asistieron a los consejos nacionales del PAN y perdieron todas las apuestas cuando intentaron imponer candidatos. Y el que se le atravesó para que se no salieran con la suya, fue precisamente Diego Fernández de Cevallos, que promovió la reelección de Luis Felipe Bravo Mena como dirigente nacional, en lugar del foxista-sahagunista Carlos Medina Plascencia. Y el candidato presidencial no fue Santiago Creel, que era el que quería la pareja presidencial, sino Felipe Calderón.
Por eso, para evitar esos osos políticos, proponemos que no asistan a los consejos Felipe ni Margarita y que ésta renuncie al cargo de consejera.
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