“Menos sal, más salud”, con una intensa carga histórica
Salud lunes 29, Abr 2013- El condimento se ha considerado base de la alimentación y su consumo estaba legislado por el “Tribunal de Vagos”
Gloria CARPIO
La reciente medida dictada por el gobierno del Distrito Federal para el despliegue de una campaña sanitaria “Menos sal, más salud”, tiene una intensa carga histórica, que independientemente de las bondades y respaldo científico de la medida, es preciso tener como referente.
Y es que de 1828 a 1867 existió como autoridad de la ciudad de México el “Tribunal de Vagos”, una institución jurídica especial dedicada a castigar los delitos no graves, pero que al mismo tiempo tenía una carga social, que era combatir el hambre, pues se consideraba al vago como propenso delincuente, pues era necesario demostrar que toda persona mayor de edad fuera hombre de bien, es decir, que tuviera una forma honesta de vivir.
En aquellos años se consideraba “vagos o léperos” a quienes concurrían con cierta frecuencia a los cafés, cantinas, mesas de trucos, tabernas y otras diversiones, destinadas únicamente para el alivio de quienes trabajaban.
En esos años la autoridad vigilaba que no se fomentara el vicio ni el ocio, por lo cual se podía detener a quienes se encontraban parados en las esquinas y en las plazas, para preguntarles cuál era su honesta ocupación, pues de no tenerla, se les consideraba sospechosos y asumían la calidad de vagos.
Pero esto, qué relación tiene con la campaña de “Menos sal, más salud”.
Que en ese “Tribunal de Vagos” figuraba un artículo que era causal de amonestación y hasta castigo, para las mujeres que no pusieran el salero en la mesa de sus cónyuges o que no le pusieran sal a la comida, pues el tribunal preveía que el sodio que contiene la sal, era parte de la dieta o de la canasta básica. Y es que hace 200 años un hombre fue a dar a la cárcel ya que le propinó tremenda golpiza a su esposa por no ponerle el salero en la mesa, sin embargo, fue absuelto porque era deber de su mujera ponerle el salero, ya que el sodio era parte de la dieta y canasta básica.
Hoy casi 200 años después, la ciencia médica ha dictaminado que el abuso del sodio es el generador de múltiples enfermedades, entre ellas las principales: obesidad, diabetes e hipertensión, por lo cual la sal es uno de los peores hábitos alimenticios.
Pero en 1828 no existía la Organización Mundial de la Salud, que es la institución que emitió la recomendación a sus países miembros (México uno de ellos) respecto a que el sodio en la sal, ingerido con exceso, es maligno y generador de una serie de enfermedades.
Por ello, se convocó a los países a emprender campañas preventivas para que la gente (sobre todo las nuevas generaciones) no ingieran más de cinco gramos de sal al día.
La campaña tiene su respaldo científico en que está plenamente comprobado que los mexicanos ingerimos un promedio de 11 gramos de sal al día (el doble de lo permitido) y que más del 60 por ciento de los mexicanos consumimos sal en forma compulsiva, pues antes de probar los alimentos, estiramos en automático el brazo sobre la sal y le ponemos, en ocasiones a sopas, salsas, ensaladas y guisados cargados de sal.
Los representantes de la industria alimentaria se han sumado a esta campaña, pues con una medida tan simple se prevendrá la hipertensión, enfermedad que afecta a 31 millones de mexicanos.
Esto es tan simple como que la sal (en exceso) genera la hipertensión, ésta la diabetes y ambas el sedentarismo, que unidas son la principal causa de muerte en personas mayores de 60 años en México y el mundo.
Esta campaña deberá extenderse a los hogares, donde las amas de casa deberán retirar los saleros de las mesas “ya que es una mala costumbre la que hemos adoptado los mexicanos. Por este camino ya transitaron otros países como Estados Unidos, Argentina e Inglaterra”.
Sin embargo, el doctor Ahued aclaró que los restaurantes no deben negar un salero a quien lo solicite. Y eso está vinculado a las mediciones que muchas enfermeras hacen por la calle de presión arterial, inclusive en muchas estaciones del Metro existe ese servicio en forma gratuita, para hacer conciencia en que la sal sube la presión. Y se advierte que quien tiene hoy hipertensión, corre el peligro de sufrir infartos cerebrales o problemas cardiacos.