Le cobraron a Calderón
Francisco Rodríguez viernes 13, Jul 2012Índice político
Francisco Rodríguez
Felipe Calderón debe asumir la absoluta responsabilidad de su enorme derrota. O del triunfo de la mayoría de la sociedad sobre sus políticas erráticas que propiciaron que la violencia y la muerte se enseñorearan en el país, por la enorme corrupción que envuelve a su fallida administración y, claro, por la muy desperdiciada gran oportunidad que le dio el PRI avalando su “triunfo” hace seis años.
Calderón debió amanecer el 2 de julio, cual decimos vernáculamente, “con la cola entre las patas”.
Ell país despertó de esta pesadilla sexenal. Clareó, sí, sobre nuestra división que en algunos casos es hasta polarización. Y ese es el mayor de los muchos crímenes de Felipe Calderón: haber partido al país desde aquella campaña negra del 2006.
Es gravemente reduccionista considerar lo sucedido en México durante los últimos seis años como una historia de buenos y malos. Pero eso fue lo que hizo Calderón. O están conmigo o están en mi contra. Tal fue su divisa.
El país, cierto y por fortuna, sale de lo peor de la pesadilla, pero permanecen intactos los factores que llevaron a nuestro enfrentamiento. Enrique Peña -que promete ser un líder reconciliador.
A la postre, eso mismo anunció Calderón cuando asumió -en Los Pinos, en la oscuridad de la madrugada, rodeados él y Vicente Fox de militares- en el 2006… ¡para desmentirlo inmediatamente y dar lugar a la guerra que rompió en dos a la República!
Y el 1 de julio la nación se lo ha cobrado.
En las urnas, la sociedad redujo a su mínima expresión al calderonato y al panismo.
Tercer lugar.
¡Qué pena!
Muy, pero muy lejos de quien obtuvo la mayor cantidad de sufragios a su favor.
Y hoy, sí, el destino de Calderón está sellado.
Ha recibido el repudio de los suyos, de los propios panistas. Y por supuesto el de priístas, perredistas, aliancistas…
De, prácticamente, ¡todo el país!
La derrota electoral de Acción Nacional, de Felipe Calderón. Está claro que se ha producido un severo voto de castigo contra ambos.
Voto que no sólo implica un correctivo o una advertencia, sino que cuestiona todo su proyecto político.
La fallida administración y Calderón ya quedaron fuertemente debilitados por la presión social y este descalabro electoral deja al panismo a los pies de los caballos.
La derrota electoral de los panistas es pareja en importancia a su histórico triunfo en julio del 2000, en el que revolcaron al priísmo, alzándose con la mayoría de los votos. Ahora, los datos electorales son otros: el panismo cayó al tercer lugar y el priísmo ocupa el primer lugar.
Es seguro, asimismo, que el panismo perdió su mayoría simple en el Senado y fue reducido, también, a tercera fuerza electoral en la Cámara de Diputados.
Ésta ha sido una derrota radical en toda regla, teniendo en cuenta la circunstancia de la fuerte inestabilidad institucional por la que atraviesa la República, a partir de la violencia desatada por Felipe Calderón.
En un amplio reporte publicado el sábado 30 de junio en el The Washington Post, se confirmó que, de acuerdo a sus cercanos, Calderón ha dicho que se irá del país al terminar el sexenio.
El Post agrega que el hecho de que “el comandante en jefe de la guerra antinarcóticos respaldada por Estados Unidos, sugiera que no ha otorgado suficiente seguridad para vivir en su país es una revelación asombrosa, y podría verse como una admisión de fracaso o evidencia de qué tan duro ha batallado y qué tan lejos aún necesita avanzar México”.
Fracaso. Es el nuevo sello de Calderón.
Índice Flamígero: A esta fallida administración que ¿impunemente? manda al Senado y a la “autónoma” Cofetel a freír espárragos –por decirlo suavecito— ¡ya sólo le quedan 142 días!