Arropados
Ramón Zurita Sahagún lunes 30, Abr 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
A propósito del inicio de las campañas de los aspirantes al gobierno del Distrito Federal, vale la pena establecer algunos conceptos. Y es que el Distrito Federal sigue siendo la caja de resonancia del país, donde los distintos eventos repercuten de forma más amplia que en el resto de la República.
La concentración del gobierno federal, de los medios de comunicación y de una creciente población la convirtieron en un monstruo de cemento, que jala reflectores. El efecto que emite hacia las demás entidades es mayúsculo, aunque en el terreno electoral no parece producirse el efecto multiplicador de otros temas.
Desde que se abrió a la democracia la entidad en que se encuentra la capital del país, el PRD se apropió de su gobierno y nadie parece capaz de derribarlo del pedestal en que se encuentra.
Tan es así que la candidatura del partido del sol azteca fue disputada fuertemente por varios aspirantes, mientras que las de los otros partidos no contaron con muchos prospectos y hasta se tuvo que improvisar con los mismos.
La disputa perredista se centró en el actual candidato Miguel Ángel Mancera Espinosa, los ahora candidatos al Senado, Alejandra Barrales Magdaleno y Mario Delgado Carrillo, principalmente.
En el priísmo se decidió que ante la ausencia de aspirantes bien posicionados se repitiera la fórmula de Beatriz Paredes Rangel, que cuando menos les podría garantizar el millón de votos obtenidos hace seis años.
Peor estaban los panistas y panalistas, los que tuvieron que recurrir a elementos ajenos al partido.
Isabel Miranda fue la persona seleccionada por la dirigencia panista, pensando en que su lucha por la justicia, remitida a la investigación de la desaparición de su hijo podía ser trasladada a los efectos electorales, les concedería un plus.
La realidad es que los aspirantes con militancia no garantizaban nada. Gabriela Cuevas, Mariana Gómez del Campo, Demetrio Sodi y José Luis Luege, sonaban demasiado ajenos para los ciudadanos y los ubicaban hasta el tercer sitio de las preferencias, el mismo lugar en que se ubica a Isabel Miranda.
En la dirigencia de Nueva Alianza pensaron en alguien ajeno al partido, pues no tienen cuadros militantes de interés y optaron por una militante priísta con una regular exposición en medios. Rosario Guerra fue la seleccionada.
Rosario había resultado ser objeto de violencia física en un evento de su partido (PRI) cuando pretendió competir por la presidencia en el Distrito Federal, por lo que su nombre se encontraba fresco en la memoria colectiva.
De esa manera se seleccionó a los cuatro aspirantes que cuentan con 60 días para convencer al electorado de la ciudad de México de que son la mejor opción para gobernar los próximos seis años. Para iniciar sus respectivas campañas, cada uno de los cuatro aspirantes se hizo arropar por lo más selecto de su partido, los candidatos presidenciales y los políticos de prosapia de cada uno de ellos.
En el caso del que marcan como favorito de las encuestas, Miguel Ángel Mancera, no contó con la presencia de su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, aunque sí con las del tres veces candidato presidencial, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, del actual jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, del ex jefe de gobierno, Alejandro Encinas Rodríguez y de los aspirantes a los cargos distintos que serán votados en la capital del país el 1 de julio.
De los cinco jefes de gobierno surgidos de ese partido faltaron dos, Rosario Robles, por ya no militar en ese partido (es aliada del PRI en la actualidad) y el mencionado López Obrador.
Los priístas si llevaron a su aval más preciado, el candidato presidencial Enrique Peña Nieto, para respaldar la figura de Beatriz Paredes y sus nuevas aspiraciones de gobernar la capital del país, entidad en la que los priístas no lograron consolidar triunfos.
Desde 1997 han sucumbido ante la ofensiva perredista, primero (97) quedando en segundo lugar y después manteniéndose en un tercer sitio constante, en los comicios del 2000, 03, 06 y 09, por lo que buscan no quedar tan abajo en las preferencias electorales, si es que no alcanzan la victoria.
En el caso de los panistas, Isabel Miranda fue arropada también con lo más selecto de su partido y fue la primera en iniciar campaña, desde el primer minuto del domingo, respaldada por la candidata presidencial Josefina Vázquez Mota, el dirigente nacional del partido y candidatos, militantes y simpatizantes no en número muy nutido. Luego, como parte de su estrategia realizó una caminata por dos de las principales avenidas del Distrito Federal.
Más modesta fue la candidata de Nueva Alianza, Rosario Guerra, la que efectuó una pedaleada en bicicleta y más tarde un mitin con un reducido grupo de simpatizantes, como arranque de campaña. Eso sí, estuvo respaldada por su candidato presidencial Gabriel Quadri y un puñado de militantes y simpatizantes que contrastan notoriamente con los reunidos por Mancera y Paredes en sendas concentraciones públicas.
VERACRUZ, RIESGO PARA EL PERIODISMO
Otro artero crimen de una periodista en Veracruz pone en riesgo la integridad de cuantos practican esa actividad en el estado que gobierno Javier Duarte de Ochoa.
Regina Martínez, corresponsal de la revista “Proceso” y por añadidura colaboradora del diario Notiver, fue estrangulada en su domicilio, con lo que une su nombre a la cadena de crímenes registrados en el corto período de gobierno de Duarte de Ochoa, ya que antes fueron asesinados Milo Vela, Evaristo Ortega y Yolanda Ordaz.
Otros incidentes se han registrado, como agresiones físicas y verbales a periodistas y el incendio a un diario, entre otros asuntos. El reclamo es generalizado, para que las autoridades investiguen y resuelvan los casos y frenen estas agresiones.