El conflicto panista
¬ Augusto Corro lunes 5, Mar 2012Punto por punto
Augusto Corro
Los panistas manifestaron su repudio por la inclusión de Fernando Larrazábal en la lista de diputados plurinominales.
Es decir, el alcalde regiomontano tendrá su curul en el Congreso de la Unión, sin mover un dedo para lograrlo.
Lo anterior provocó una respuesta condenatoria de los principales panistas en Nuevo León.
Concretamente, Rogelio Sada Zambrano, con más de 50 años de militancia panista, ex diputado y ex presidente municipal de San Pedro Garza García, renunció a esa organización política.
“Estoy triste, muy triste, porque ha sido el partido (PAN) de mi vida y hoy quedo huérfano de partido. Por eso vengo con corbata negra, para expresar mi dolor en el sentid de que, para mí, Acción Nacional ha muerto”, expresó el ex panista. Entre otras consideraciones, Sada Zambrano dijo que con la postulación de Larrázabal para ocupar una curul en San Lázaro “se ha insultado al pueblo de Nuevo León”.
Continuó el ex panista:
“No niego que en la política debe haber cierto grado de acomodo de realidades, pero el decir que aceptemos la corrupción porque nos va a traer en el corto plazo votos, como se pensó en el caso de Nuevo León, es una total desviación de los principios éticos que habían imperado en Acción Nacional”. Luego el decano de los azules de Nuevo León dijo que “si tuviera vergüenza Gustavo Madero (el líder del PAN) debiera renunciar”.
El año pasado los hermanos Fernando y Jonás Larrazábal atrajeron la atención pública en el caso de una extorsión al dueño de un casino en Monterrey. Jonás fue grabado en los momentos en que recibía dinero, en circunstancias extrañas, del representante legal del centro de apuestas Red. El pariente incómodo de Fernando dijo que se trataba de un pago por la compra-venta de quesos oaxaqueños.
Todo mundo pensó que el presidente municipal pediría permiso para dejar el cargo mientras se aclaraba la embarazosa situación de su hermano.
No ocurrió tal. Fernando siguió en el puesto y con el tiempo logró colarse, sin problemas, como aspirante número uno en la lista de diputados plurinominales.
La rebelión azul también amenaza con extenderse a Veracruz. Los panistas se encuentran inconformes por las irregularidades registradas durante la elección de candidatos al Congreso de la Unión.
En esa entidad, la Comisión Electoral del PAN concluyó que debido a las anomalías presentadas en la elección interna, no es válida la designación de Fernando Yunes Márquez, como abanderado azul para el Senado.
Por lo menos en otros trece estados, los panistas enfrentan problemas internos debido a que se premió con candidaturas a militantes acusados de cometer un sinnúmero de ilícitos: alterar padrones, comprar votos, chantajear y usar programas sociales en las campañas políticas.
LOS ÚLTIMOS CLAVOS
En este sexenio panista, los michoacanos han padecido el problema de la inseguridad. A Calderón se le ocurrió empezar en Michoacán su guerra fallida contra la delincuencia organizada.
Con su acción de darle escobazos al panal, lo único que provocó fue una inestabilidad social que tiene en la quiebra a esa entidad.
Claro, a lo anterior se debe sumar la ineptitud de Leonel Godoy y su pandilla de perredistas.
Si bien es cierto, que el narco no se estableció en esa entidad durante los últimos años, sí se abonó el terreno para que fructificara la delincuencia desde el gobierno de Lázaro Cárdenas Batel, el junior.
Al final, se conjugaron los factores para que esa bella tierra michoacana sufriera los efectos de la delincuencia en su tejido social, pues en esa parte del territorio nacional surgió uno de los cárteles de la droga más peligrosos: La Familia Michoacana.
Cuando el gobierno federal anunciaba que dicho cártel había sido aniquilado, inmediatamente apareció la organización criminal conocida como Los Caballeros Templarios, tan sanguinaria como La Familia Michoacana.
El gobernador Leonel Godoy tuvo que gobernar bajo el signo de la desconfianza: uno de sus hermanos, Julio César Godoy es buscado por la policía para que responda sobre sus nexos con el crimen organizado.
El tema viene a colación, porque Calderón, en su gira reciente por Michoacán, su estado natal, dijo que el ex gobernador Godoy legó al nuevo gobierno priísta de aquella entidad, de Fausto Vallejo, “un tiradero… un desorden… un problema mayor” en las finanzas públicas.
De hecho, no es nuevo que los ex gobernadores, sin importar el signo, sean acusados de manejar las finanzas estatales con los pies, es decir, irresponsablemente.
Pero una cosa es ser malos administradores y otra robar el dinero del pueblo. ¿Cuál es la condición de Leonel?
Si el ex gobernador cometió irregularidades, el propio Calderón tiene las facultades necesarias para que se investigue al ex mandatario estatal. No es suficiente con señalar los yerros de Godoy con palabras que se lleva el viento. Debe exigir la rendición de cuentas de los ex gobernadores. Mientras, Amalia García, Ulises Ruiz, Mario Marín y Humberto Moreira gozan de una impunidad total.
PREMIO A LA INEPTITUD
Los legisladores morelenses aprobaron una pensión vitalicia de 50 mil pesos mensuales al procurador de Morelos, Pedro Luis Benítez Vélez.
(El Congreso del estado aprobó el retiro del mencionado funcionario con una pensión del 70 por ciento de su salario actual).
Lo anterior fue calificado por el poeta Javier Sicilia como una desvergüenza de la clase política.
Señaló que los legisladores en vez de exigirle resultados para que en Morelos se haga justicia a las personas asesinadas, violadas, robadas o secuestradas, hayan votado una pensión vitalicia para ese funcionario.
En fin, en todas partes se cuecen habas.