PRI, mucha espuma, poco chocolate
Francisco Rodríguez jueves 1, Mar 2012Índice político
Francisco Rodríguez
Los priístas -¡ah, los priístas!- le bajaron a la espuma de su chocolate. Tras una encerrona en Los Pinos, hasta donde acudió su dirigente Pedro Joaquín Coldwell para entrevistarse con el principal de los ocupantes de esa residencia, dieron por terminado el affaire de la intromisión de Felipe Calderón en el proceso electoral en curso.
¿Qué los hizo mudar de opinión y, sobre todo de actitud?
No lo sé a ciencia cierta, pero me lo imagino.
Veo al señor Calderón sentado tras su enorme escritorio, mismo que está cubierto por alteros de expedientes encuadernados en keratol color negro.
Imagino que Calderón hace una mueca de disgusto al tiempo que pronuncia, seco, un “buenas tardes; pase, por favor tome asiento”, señalando una silla nada cómoda frente a la mesa de trabajo.
Y conjeturo que mientras el dirigente sustituto priísta -Calderón odia al PRI, su padre le enseñó a odiarlo- se acerca a la silla, le suelta a bocajarro un “ya sabe lo que tengo aquí, ¿verdad?”, mientras con el índice apunta uno a uno a los varios voluminosos expedientes amontonados en la superficie del escritorio.
Presumo que Joaquín contesta con una negativa -“no señor, no sé que sean esos papeles”-, lo que provoca que la corta mecha del ocupante de Los Pinos comience a sacar las primeras chispas que, todos lo sabemos, irremediablemente lo llevan al estallido.
— Son los expedientes de los que tanto se habla en los medios -diría Calderón en mi imaginación- y que aquí mismito en Los Pinos, para que no haya fugas de información, están “armando” varios ministerios públicos federales, comandados por el licenciado Ballesteros…
– Entonces ¿es cierto lo que dicen los medios? -diría, imaginariamente, Pedro Joaquín cual muletilla en lo que piensa una respuesta a la altura de las circunstancias.
– Pues sí que son verdades de a kilo. Aquí están documentadas, probadas, una a una de las corruptelas que han perpetrado los priístas durante los últimos años. Están todos.
En mi desbordada quimera veo al cozumeleño disminuirse ante el moreliano.
— ¿Y qué va a hacer con esos expedientes negros? –preguntaría Joaquín Coldwell.
— Los voy a filtrar a los medios, si ustedes continúan con su amenaza de denuncia en mi contra…
— Pe-pe-pero señor -tartamudearía en mi cacumen el dirigente sustituto de los priístas -usted bien sabe que sí violó la ley electoral, además lo hizo a propósito y…
— Está dicho. Si ustedes prosiguen con su denuncia, si insisten en seguir usando a los perredistas como mano del gato para sacar mis castañas del fuego, estos expedientes van a ser públicos.
Y sin más, Calderón daría por terminada la reunión que más tarde, en un boletín de prensa, sería calificada como “cordial”, “de entendimiento mutuo”, bla bla bla.
Producto de mi fantasía todo esto. Sólo eso. Mera fantasía, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: Hace unos días apareció una nota informativa en la que se decía que, a causa de las jubilaciones de los trabajadores de la CFE, esta empresa estaba a punto de quebrar. De inmediato recibí una llamada de un alto funcionario de ese monopolio estatal: “sí va a quebrar, pero no por los jubilados, sino por la bola de panistas que acaban de llegar aquí, a quienes se les han creado puestos y más puestos con altos salarios”. También está a la vera de irse a concurso mercantil porque, dicen, a la llegada de Antonio Vivanco como director general de CFE, hay no pocos empresarios desanimados en invertir y participar en las licitaciones, pues cuentan que para “entrar” en cualquier proyecto tiene que llegar con el visto bueno de Vivanco o ser amigo directo de éste. Tal ha ocasionado que varios empresarios molestos con esta situación, anuncien que darán a conocer en los próximos días la lista de favoritismos y conflictos de intereses. ¡Ah, el Año de Hidalgo!