Equidad
Ramón Zurita Sahagún lunes 2, Ene 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Son muchos los intentos que se han realizado para que las propuestas de las candidaturas de los partidos políticos practiquen el principio de equidad, dando mayores espacios a las mujeres.
En diversas ocasiones, los diferentes partidos burlan la ley electoral que establece las normas para que un mayor número de mujeres sean propuestas como candidatas al Congreso de la Unión.
La conformación de la actual legislatura (diputados, principalmente) desató suspicacias por el tema de las llamadas “juanitas”, mujeres que fueron postuladas como candidatas propietarias por diferentes partidos para dar paso a sus suplentes, en muchos de los casos familiares, cónyuges o amigos, lo que les permitió burlar la ley.
El caso de las “juanitas” es el más representativo ejemplo de la manipulación de las normas establecidas y del relegamiento que sufren las mujeres en cuanto a candidaturas, sin distingo de partidos políticos.
Solamente de esa forma se entiende que en pleno siglo XXI un puñado de mujeres hayan participado como candidatas presidenciales: Rosario Ibarra, Marcela Lombardo, Patricia Mercado, Cecilia Soto, entre otras, hubiesen abanderado a un partido.
Ninguna de ellas, por supuesto, fue candidata de uno de los tres partidos considerados como nacionales, sino más bien de organismos pequeños que no tenían ninguna posibilidad de ganar.
En la historia política reciente han existido mujeres con la trayectoria política suficiente para abanderar a los partidos en que militan a una contienda presidencial.
Beatriz Paredes, María de los Ángeles Moreno, Rosario Robles, Socorro Díaz, Amalia García, entre otras, han logrado un espacio propio dentro de los partidos en que han militado.
Sin embargo, ni el PRI, ni el PRD y mucho menos el PAN, han dejado pasar, hasta ahora, a una mujer como candidata presidencial.
La coyuntura se presenta nuevamente, y Josefina Vázquez Mota es la primera mujer militante del partido gobernante, en tener amplias posibilidades de conseguirlo.
No es un problema de machismo o equidad el que enfrenta Josefina para ello, sino que sus propuestas parecen muy endebles y sus argumentaciones carecen de solidez.
Es cierto que despertó un movimiento a su favor que parece ser creciente y que dentro de las preferencias de su partido, las encabeza a menos de dos meses de la celebración de la elección interna.
Las simpatías por la ex secretaria de Desarrollo Social y de Educación Pública, dentro y fuera de su partido, existen, pero también hay quienes la rechazan por el simple hecho de ser mujer, principalmente las de su propio género.
Por eso, habrá que ver si ella es capaz de soportar esos celos y ese asedio y gana, primero la contienda interna de su partido y si es capaz de enfrentar en condiciones similares a los candidatos del PRI y sus aliados, Enrique Peña Nieto y del PRD y los suyos, Andrés Manuel López Obrador.
El problema de equidad no se reduce solamente al entorno presidencial, ya que si observamos el grupo de gobernadoras es sumamente reducido.
Griselda Álvarez fue la primera, Beatriz Paredes la segunda y solamente Yucatán es el estado que cuenta con dos mujeres gobernantes: Dulce María Sauri (interina) e Ivonne Ortega. El PRD tiene dos gobernantes mujeres, Rosario Robles en el Distrito Federal (interina) y Amalia García.
Las candidatas mujeres también escasean, Rosario Castro Lozano, Ana Teresa Aranda, Luisa María Calderón, Ana Rosa Payán, Layda Sansores, Maricarmen Ramírez, Adriana Dávila, Minerva Hernández. Rosalía Peredo, Irma Piñeyro, Marisela Sánchez, Martha Elena García y Beatriz Paredes, entre otras, han sido candidatas de los distintos partidos a diferentes gobiernos, las que no han podido convencer al electorado.
Vienen ahora siete gobiernos estatales que serán elegidos al mismo tiempo que el candidato presidencial y no se vislumbra ninguna candidata mujer que pudiese surgir de los tres principales partidos políticos.
Si acaso en el Distrito Federal mantiene la esperanza de ser nominada por el PRD y sus aliados de la izquierda Alejandra Barrales.
Beatriz Paredes Rangel será nuevamente la candidata del PRI en el Distrito Federal, para ver si ahora si puede conquistar el voto de los capitalinos.
En Tabasco, Georgina Trujillo, del PRI y Rosalinda Hernández López, del PRD, fueron relegadas.
Yucatán dejó pasar las aspiraciones de Angélica Araujo Lara, del PRI y Chiapas dejó para mejor ocasión los sueños de María Elena Orantes, también del PRI.
Por los panistas, Beatriz Zavala, por Yucatán, prefiere la comodidad de una diputación plurinominal que ir por la disputa de la candidatura al gobierno del estado.
En el Distrito Federal, Gabriela Cuevas mantiene vivas sus ilusiones de abanderar a Acción Nacional, aunque se ve difícil que consiga su propósito.
Ni en Guanajuato, Jalisco, Morelos, Chiapas o Tabasco se aprecia la posibilidad de una candidata del partido que gobierna hoy a nivel federal. Dentro de los aspirantes al Senado podría existir un cambio generacional, aunque se advierte que los partidos manosean, principalmente, los mismos nombres de siempre, aunque con algunas variantes, que les dan un poco de movilidad.
Por eso, hay que hacer votos porque dentro de los propósitos de año nuevo de los partidos, se presente la voluntad de respetar la equidad y darle un mayor número de posiciones propias a las mujeres y no sean usadas solamente como moneda de cambio.
FELICIDADES
Deseamos a los lectores nuestros y ajenos, un feliz 2012, paz y reflexión, para que las cosas mejoren en un año que se avizora difícil.