El karma del PAN
Ramón Zurita Sahagún lunes 14, Nov 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Algo está sucediendo dentro del gobierno federal que, lo nunca visto, dos secretarios de Gobernación han muerto en accidentes aéreos y otro más anunció que el mal que le aqueja es una enfermedad terminal.
Tal parece que al presidente Calderón le aqueja un mal fario que repercute en los funcionarios del gobierno federal que mejor se le acomodan a su estilo de gobernar.
Uno de los puntos cojos de su estructura gubernamental ha sido, desde el inicio, la Secretaría de Gobernación, donde ha pasado una larga lista de personajes, similar en su abundancia a los tiempos de Ernesto Zedillo Ponce de León.
La diferencia entre uno y otro es que en los tiempos de Zedillo, los secretarios de Gobernación eran relevados por inoperantes y en el de Calderón, la muerte contribuye al constante relevo de funcionarios.
Con Zedillo inició Esteban Moctezuma, siguió Emilio Chuayffet Chemor, prosiguió Francisco Labastida Ochoa y terminó Diódoro Carrasco Altamirano.
En la presente administración Francisco Ramírez Acuña fue el primer secretario de Gobernación, el que fue despedido por no tomar el control estricto de la dependencia.
Juan Camilo Mouriño asumió el encargo con buenos resultados, cuando lo sorprendió el deceso con el incidente del avión en que viajaba, que le provocó la muerte.
Fernando Gómez Mont fue invitado para ocupar la titularidad de la dependencia, llegando al límite de su incapacidad, por lo que prefirió dejar el cargo, luego de diversos enfrentamientos con miembros de su partido y otros actores políticos.
En esas circunstancias fue llamado José Francisco Blake Mora, quien a su modo logró recomponer algunas cuestiones dentro de su gestión y cuando mejor le marchaban las cosas surgió nuevamente la tragedia.
Lo terrible de esto es que las dos aeronaves siniestradas pertenecían al gobierno federal, lo que abre un compás de atención sobre el mantenimiento que tienen.
Hay muchas coincidencias entre los dos personajes muertos en los siniestros aéreos, además de su función como secretarios de Gobernación, ya que tanto Mouriño como Blake, eran cercanos al afecto del presidente Calderón y coincidieron con él en la LVIII legislatura, la misma que coordinó dentro de la bancada del PAN el mismo Felipe Calderón.
También Mouriño y Blake llegaron a recomponer la desastrosa situación heredada y el papel que jugaban era acertado, cuando ocurrieron los incidentes que les costaron la vida.
La diferencia entre uno y otro es que Mouriño se anotaba desde ese momento como uno de los principales prospectos para la candidatura presidencial del PAN, mientras que Blake ya no tenía opción para ello, aunque en algún momento se le vieron posibilidades de contender por la nominación presidencial.
De carácter reservado y alejado de los reflectores, Blake se mostraba como un político parco que, cuando menos en el papel parecía resolver la problemática inherente al cargo que desempeñaba.
Con la muerte de Blake, nuevamente se abre un espacio dentro de la otrora poderosa Secretaría de Gobernación y se presenta como difícil encontrar un candidato adecuado para el cargo, el que llegará desde un principio con el temor de seguir la suerte de dos de sus antecesores.
Pero sin en la Secretaría de Gobernación se presentan problemas con la muerte de dos de los secretarios en funciones durante la administración presidencial de Felipe Calderón, la revelación sobre la salud del secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio Irazábal, sorprendió a muchos e impactó a otros.
Considerado como uno de los prospectos fuertes para la candidatura presidencial del PRI, Alonso Lujambio fue el relevo de Josefina Vázquez Mota en la secretaría de Educación Pública y desde el primer instante se advirtió como un político panista con amplias posibilidades de competir por la nominación de su partido.
Así fue durante largos meses y se le consideraba dentro de los tres más sólidos aspirantes del PAN a ese cargo, aunque en las semanas recientes se fue desinflando, razón por la que decidió renunciar a la posibilidad de competir.
Entonces se le promovió para la candidatura al gobierno del Distrito Federal, lo que todavía se mencionaba como posibilidad real.
Llamaba la atención su ausencia de los reflectores y de los eventos públicos, aunque nadie sospechaba la verdad de la situación.
Se informó que Lujambio se encontraba hospitalizado, víctima de una afección renal, la que lo mantenía en cama, aunque desde su situación comenzó a mantener contacto con el exterior.
Vía redes sociales, Lujambio comunicaba su estado de salud, aunque el mismo día de la muerte de Blake se decidió revelar su verdadero estado de salud.
Lujambio tiene cáncer de médula, aunque no se dijo el avance del mismo, pero se trata de un mal que avanza y que puede derivar en algo mayor.
La atención centrada en lo sucedido con Blake, distrajo la misma sobre lo que sucede con Lujambio, aunque en los próximos días tendrá que conocerse su verdadero estado de salud y saber si se queda en el cargo o renuncia al mismo.
Hasta ahora, uno de los graves problemas que enfrenta la administración de Felipe Calderón ha sido la carencia de un equipo sólido y preparado para las labores que les son asignadas y para colmo de males, los infortunios son muchos.
MICHOACÁN, UN ENIGMA.
Lo que pasará en Michoacán está por verse, ya que los tres partidos participantes en la elección se adjudican el triunfo,
Fausto Vallejo fue el primero en hacerlo, Luisa María Calderón hizo lo propio y hasta Silvano Aureoles se pronunció ganador.
Los resultados oficiales se darán el miércoles, pero la lucha se espera cerrada entre los candidatos del PRI y la del PAN.
Las encuestadoras nuevamente dan la nota en los resultados variables entre unas y otras.