Derroche de recursos
¬ Augusto Corro jueves 10, Nov 2011Punto por punto
Augusto Corro
Una verdadera ofensa a la pobreza son las campañas electorales que se realizan en Michoacán para renovar gobernador, diputados y alcaldes.
Los tres candidatos a la gubernatura se lanzan acusaciones mutuas por el dispendio de recursos económicos y de toda índole que raya en el escándalo.
Sin embargo, la panista Luisa María Calderón Hinojosa, hermana de Felipe, es señalada como la más manirrota, pues además de utilizar el apoyo federal, los gastos electorales son exagerados.
En una información, perfectamente documentada en Diario Imagen, se planteó el caso de Luisa María como una “elección de Estado”, impulsada desde Los Pinos por Felipe Calderón Hinojosa. Esta ilegalidad fue denunciada ante el pleno de la Cámara de Diputados.
Entre las irregularidades de la panista fue señalado el reparto indiscriminado de recursos multimillonarios provenientes de los programas sociales, y de otras áreas a través de las delegaciones federales con el consabido comentario de “esto lo envía el presidente Calderón”… (Diario Imagen, 14 de noviembre de 2011).
Las pruebas contra la candidata blanquiazul son innumerables e irrefutables, pues se cuenta con videograbaciones de actos en los que funcionarios federales reparten bienes públicos, indiscriminadamente.
Como el PAN va por todo en Michoacán, los gastos son ilimitados en los demás renglones de la campaña. Por ejemplo, la señora Luisa María siempre utilizó el helicóptero para sus traslados de pueblo en pueblo. Su cierre de campaña tuvo a grupos musicales que cobran carretadas de dinero por sus presentaciones.
Los tres candidatos a la gubernatura echaron la casa por la ventana, nos referimos a Fausto Vallejo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Silvano Aureoles Conejo del Partido de la Revolución Democrática (PRD), aunque quien encabezó el derroche de gastos fue la aspirante panista.
Ahora, sólo falta que el Instituto Electoral de Michoacán (IEM) se haga el sordo y el ciego y que por tratarse de Luisa María, la primera hermana de México, avale esa serie interminable de ilegalidades electorales.
Por cierto, quien obtenga el triunfo en aquél estado, se ganará el “tigre” de la rifa, porque será más que imposible que los michoacanos recuperen su tranquilidad y seguridad que perdieron hace cinco años, cuando Calderón declaró la guerra a la delincuencia organizada.
De lo que sí hay certeza, es que los perredistas perderán una plaza política muy importante. Su gobernador Leonel Godoy no supo cuidar su capital político. El candidato Aureoles Conejo aparece en último lugar en todas las encuestas.
RÁPIDO Y FURIOSO A LA MEXICANA
La Comisión de Justicia del Senado analiza una ofensiva antilavado para rastrear dinero sucio.
De aprobarse, la estrategia consistiría en permitir el manejo ilegal del dinero sucio, pero con la vigilancia adecuada para conocer de dónde sale y quién lo recibe para el blanqueo respectivo.
Al parecido al operativo fallido de “Rápido y Furioso”, pero a la mexicana. Según el proyecto, “el agente del Ministerio Público de la Federación podrá emplear técnicas consistentes en la identificación y, en su caso, la intercepción en tránsito de bienes o recursos productos del delito, para luego permitir, bajo vigilancia, su envío, distribución o transportación dentro del territorio nacional, con el fin de investigar los delitos y detener a la persona u organizaciones involucradas”.
Cuando se inició la guerra contra la delincuencia organizada, el gobierno de Calderón presentaba fallas graves que con el transcurso del tiempo se agudizaron. Uno de esos problemas fue el combate al lavado de dinero. Son miles de millones de dólares los que obtienen los cárteles de la droga y si bien se sabe qué y cómo se produce, se ignora su destino.
El gobierno federal panista descuidó ese renglón importante de su guerra. ¿Cómo combatir a la delincuencia sin leyes adecuadas?
El otro renglón fue el de las policías de todo el país: federales, estatales y municipales. La corrupción tenía minados los cuerpos policiacos. Sin leyes y sin policías el fracaso de la guerra contra los cárteles de la droga era embarcarse rumbo a la derrota. La prueba de este proyecto fallido son los 50 mil muertos registrados durante el presente sexenio.
Sin lugar a dudas, el poder económico de los narcos ha sido fundamental para sostener su lucha contra el gobierno federal, pues su riqueza les permite comprar armas y conciencias y en términos generales corromper todo lo que tocan.
Y este proyecto de ley antilavado, de aprobarse, seguramente afectará a uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo: Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, quien aparece en la revista “Forbes” gracias a su fortuna estimada en 35 mil millones de dólares.
La idea, pues, de rastrear el dinero sucio suena a una estrategia compleja, en la que tendrán que participar, una vez aprobada, hombres a prueba de toda clase de tentaciones. No vaya a ser que salgan con la babosada de que se perdieron las huellas de los lavadores y sus cargamentos de dólares o pesos.