El drama de Chiapas
Ramón Zurita Sahagún miércoles 9, Nov 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La semana próxima solicitará licencia como diputado federal el priísta Sami David, será el primero en la larga lista de aspirantes al gobierno de Chiapas que decida ir por la candidatura de su partido.
Sami ya fue candidato en el 2000, cuando perdió por un puñado de votos, donde hizo diferencia el fenómeno Fox que unas semanas antes había ganado la Presidencia de la República.
A favor del priísta hay que decir que quien lo derrotó en las urnas, cuando ocho partidos opositores al PRI (algunos de ellos aliados hoy al tricolor) le echaron montón, se encuentra hoy en la cárcel, acusado de una serie de ilícitos que le auguran una larga temporada encerrado.
Pablo Salazar fue uno de tantos priístas que cambiaron su militancia por una candidatura opositora en la temporada en que la fiebre del trapecio golpeó fuertemente las filas del tricolor.
Su gobierno fue un desastre, significándose por una serie de atropellos que hoy lo mantienen en calidad de formalmente preso.
La deserción de las filas priístas parece ser la consigna para ganar los comicios en Chiapas, ya que el siguiente gobernador, Juan José Sabines Guerrero, también desertó del partido tricolor para encabezar una alianza de izquierda.
Sabines Guerrero tampoco ha sido opción para los sufridos chiapanecos, que con tristeza advierten como su estado es uno de los más golpeados por la crisis y el abandono de las autoridades federales y estatales.
El actual mandatario, hijo de un gobernador interino de esa entidad del mismo nombre (Juan Sabines), mantiene un caos, donde destantea a todos con sus estrategias y proyectos.
Hay quienes pronostican un futuro similar al de Pablo Salazar para Juan Sabines Guerrero, al término de su mandato. Jaime Vals Esponda era su prospecto para sucederlo, pero de pronto todo cambió y el hijo del ministro de la Suprema Corte Sergio Valls, mantiene acercamiento con el PAN, partido del que puede ser su candidato, por las influencias de su hermana, la diputada federal panista Maricarmen Valls Esponda, convertida en propietaria, en virtud de ser la suplente del poderoso secretario particular del Presidente de la República.
Roberto Gil Zuarth mantiene el control del PAN chiapaneco y está considerada como la principal figura de ese partido en las tierras que desgobierna Juan José Sabines.
Y es que ante el total descontrol que priva en Chiapas, el PRI parece acercarse de nueva cuenta a la reconquista de esa parte del territorio nacional.
Claro que para ello deberán establecerse negociaciones con su aliado, el Partido Verde, donde el senador Manuel Velasco alza la mano para anotarse como prospecto de la eventual alianza PRI-Verde.
Es más, el joven Velasco se convirtió en la manzana de la discordia, ya que su cercanía con el actual gobernador lo hace uno de los prospectos con mayores posibilidades de ser respaldado por la presente administración.
Velasco, que hace diez años no conocía Chiapas y que fue llevado al estado de la mano por el hoy diputado federal Sami David, hace suya la máxima de tus amigos del pasado, serán tus adversarios del presente.
Sami y Velasco parecen ser las dos opciones a las que podría respaldar el partido tricolor, tomando en cuenta que la senadora María Elena Orantes López perdió toda oportunidad, cuando no pudo convertirse en secretaria general del CEN del PRI, en mancuerna con Humberto Moreira.
En aquel entonces, María Elena formó parte de una terna compuesta por ella, Blanca Alcalá y Cristina Díaz, correspondiendo a la última la designación.
José Antonio Aguilar Bodegas hace algunos movimientos por intentar nuevamente ser candidato al gobierno estatal, luego de que en 2006 salió como favorito para ganar en las urnas y cayó ante Sabines Guerrero. Sus posibilidades son escasas
La disputa por Chiapas parece una de las más interesantes de los siete gobierno estatales que entran en la elección federal del 1 de julio.
Chiapas, Tabasco, Yucatán, Jalisco, Morelos, Guanajuato y Distrito Federal componen las entidades en las que se elegirán nuevos gobernantes.
Del total de esos estados, el PRI solamente gobierna en dos (Tabasco y Yucatán), con Andrés Granier e Ivonne Ortega, mientras que en Chiapas y Distrito Federal lo hace el PRD, mediante dos ex priístas, Juan Sabines Guerrero y Marcelo Ebrard Casaubón.
Morelos, Guanajuato y Jalisco mantienen gobiernos de extracción panista, algunos de ellos con varios años de duración como son Jalisco con tres gobiernos sucesivos, Morelos con dos y Guanajuato como la gran estrella del partido blanquiazul, ya que es gobernado por panistas desde hace 20 años.
La homologación de los procesos electorales en esos siete estados puede beneficiar al partido que se mantenga arriba en las encuestas presidenciales y proyectar a los gobiernos estatales a los partidos que no han tenido acceso a administrar esas entidades.
SE CALIENTA MICHOACÁN
El ambiente preelectoral de Michoacán sigue siendo atizado por fuego, por lo que los augurios sobre el comportamiento el próximo domingo no son nada halagüeños.
El miedo invade a los ciudadanos de esa entidad que dudan sobre acudir o no a las urnas, por el clima de terror que se difunde, donde el aire se encuentra lleno de rumores y especulaciones.
Las elecciones michoacanas se pueden considerar atípicas, por todo lo que sucede en la entidad, donde solamente algo está claro, los electores se cansaron de ser gobernados por el PRD.
La moneda está en el aire y el nuevo gobernador surgirá de la dupla formada por Luisa María Calderón, PAN y Fausto Vallejo Figueroa, PRI.
Silvano Aureoles se estancó en las preferencias y hoy priístas y panistas se disputan el voto duro de la izquierda.