Cuauhtémoc Cárdenas
Ramón Zurita Sahagún viernes 21, Oct 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano fue distinguido con la Medalla Belisario Domínguez por su contribución a la vida democrática del país.
Fue uno de los primeros priístas en demandar democracia y apertura dentro de ese partido y al conseguirla encabezó un movimiento que aglutinó a diversas corrientes políticas a su alrededor.
La sacudida que provocó fue tan grande que motivó la llamada caída del sistema, cuando la votación alcanzada en los comicios de julio 1988 generó angustia entre los detentores del poder político.
Eran los tiempos de modorra del PAN y de que los priístas buscaban una apertura que no se daba, por lo que el hijo del “Tata” se convirtió en una opción real para disputarle el poder a un partido hegemónico que tenía 58 años sin soltarlo.
La candidatura presidencial del 88 fue novedosa, aunque Cuauhtémoc insistió en ser candidato dos veces más, ya sin el respaldo necesario para ello, por lo que fue marginado a tercer lugar, respectivamente (1994 y 2000).
En 2006, Cuauhtémoc insistió en ser candidato, sin posibilidad alguna, ya que su antiguo discípulo, Andrés Manuel López Obrador, logró un crecimiento impresionante, similar o mayor al que había tenido el ingeniero 18 años antes.
Desde antes de esa fecha, Cárdenas Solórzano había marcado distancia del partido y de su distinguido alumno, decepcionado por una serie de situaciones internas, en las que prevalecían malas prácticas políticas y hasta hechos vergonzosos de corrupción y abuso del poder.
Su presencia política ha sido intermitente en los años recientes, limitándose a hechos aislados, con gran presencia dentro y fuera del país en eventos académicos y de homenajes.
De política poco y espaciado, mostrando congruencia de las palabras con los hechos.
Sin embargo, alguien le está soplando al oído al ingeniero que puede ser tercero discordia, ante una eventual ruptura entre Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard, como el eventual gozne entre las posiciones de uno y otro y el aglutinador de las corrientes de izquierda.
La mosca en el oído ya la tiene y le zumba alrededor, por lo que manifiesta que aceptaría participar como candidato de la izquierda, solamente si esta tuviera posibilidades de ganar.
Es decir, de forma cómoda se instala como el posible salvador de la izquierda y aglutinador de estas corrientes, si es que tienen posibilidades de triunfo, algo que no tuvieron en 1994 y 2000, cuando con antelación se sabía que el PRD y su candidato distaban de ser competencia para el PRI y el PAN.
Hoy, el PRD tendría posibilidades de triunfo, si sus dos principales cabezas se ponen de acuerdo en una candidatura de unidad que no es precisamente la de Cuauhtémoc.
Los tiempos del ingeniero ya pasaron y es cierto que fue un gran dinamo para mover las conciencias del pasado, pero ahora es solamente un referente.
Cuauhtémoc continúa teniendo autoridad moral, aunque las nuevas generaciones de electores saben poco de él. El resurgimiento de Cuauhtémoc se debe a la entrega de la Belisario Domínguez y a eso se debe remitir el ingeniero, cuyas intenciones de ser candidato deben pertenecer al pasado.
A riesgo de ser un poco riguroso, en las elecciones del 2012, el ingeniero Cárdenas tendrá ya 78 años de edad y aunque se mantiene en óptimas condiciones de salud y de mente, el gobierno de México requiere de personajes con empuje y el dinamismo necesario para enfrentar los retos que son inmensos.
En un país tan dado a realizar comentarios malsanos y tratar de enredar las cosas, los maledicentes sueltan rumores al por mayor.
Teniendo sus orígenes en Michoacán (aunque nacido en el Distrito Federal), hay quienes relacionan la entrega de la medalla al ingeniero Cárdenas respaldada por la bancada del PAN, como parte de una supuesta negociación para que el perredismo reconozca el eventual triunfo de Luisa María Calderón.
Se recuerda que Michoacán tendrá elecciones estatales en noviembre próximo, donde las encuestas hablan de una disputa cerrada entre los tres principales partidos, aunque se reduce a dos, cuando se hacen más minuciosos los sondeos.
Luisa María Calderón del PAN y Fausto Vallejo Figueroa del PRI mantienen una disputa voto por voto, mientras que el perredista Silvano Aureoles se mantiene en la pelea, pero un poco distante del primero y segundo lugar.
Michoacán se convirtió en un bastión del perredismo, donde la influencia de la familia Cárdena fue sumamente notoria.
Fue en ese estado, donde el movimiento encabezado por Cuauhtémoc en 1988 ganó 11 de 12 diputaciones federales y las dos senadurías.
Después de ello conquistó el gobierno estatal, por mediación de Lázaro Cárdenas Batel, hijo de Cuauhtémoc y nieto del general, seis años después, Leonel Godoy Rangel refrendó ese triunfo, siendo otro político surgido del entorno de la familia, ya que en los tiempos de gobierno de Cárdenas Solórzano fue procurador y secretario estatal de Gobierno.
Hoy, los habitantes de esa entidad parecen cansados de los gobiernos de izquierda y buscan una nueva opción.
GOBERNADORES, SATISFECHOS
Dos gobernadores que salieron plenamente satisfechos de sus diálogos con los diputados fueron los de Sinaloa, Mario López Valdez, y el de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo.
Los dos lograron una negociación satisfactoria en torno a sus presupuestos para el año próximo, ya que el enviado por el Ejecutivo traía recortes en diversas asignaturas.